domingo, 27 de septiembre de 2009

Mi experiencia con la corrección


A raíz de una pequeña conversación con la encantadora Esther, de Prosófagos, blog: (http://www.necesidadyazar.com.ar/), he estado dándole vueltas al tema de las correcciones.
Como sabéis, dejé pasar un mes desde que acabé mi cuarto manuscrito, antes de iniciar la labor de pulido. Me preguntaba Esther si la experiencia de este “descanso” me había parecido productiva, pues, antes, yo era de los que nada más acabar, corregían y mandaban a editoriales y agencias.
Le dije que necesitaba madurarlo, pues no lo tenía muy claro.
Bueno, pues lo he meditado un poco y sigo hecho un lío, así que voy a tratar de desenmarañar la madeja a ver qué encuentro.
Para ello necesito echar mano de dos opiniones o comentarios de otros compañeros de foros y blogs:
1) Espartano (Blas Malo, http://lenegaron27.blogspot.com/), otro genial escritor en ciernes, habitual de Bibliotecas Virtuales, nos expuso a los compañeros del foro su método de trabajo. Os pongo el enlace por si queréis echarle un vistazo porque es de lo más interesante.
http://portal.bibliotecasvirtuales.com/es/foros/mis-contactos-con-las-agencias?page=33
Básicamente, Espartano establece tres pautas: un hilo temporal de la obra, una sinopsis corta de una página, y una sinopsis larga de unas quince o veinte páginas con lo más importante de cada capítulo, sobre la cual se establecen las correcciones antes de pasarla a la obra en sí. Lo que es obvio es que su método funciona, por lo menos a él le funciona, y deja claro su profunda seriedad y profesionalidad a la hora de iniciar una corrección, contando, además, con el asesoramiento de una agencia literaria.
2) naTTs y su excelente blog Palabras, ladrillos, muros y otras historias (http://cutthesewordsandtheywouldbleed.blogspot.com/) habla en sus últimas entradas del proceso creativo, diferenciando los distintos métodos que tienen los escritores a la hora de abordar la narración de una obra. Básicamente (aunque es malo generalizar) hay quienes perfilan a los personajes y definen muy bien la trama o tramas de la obra, subtramas y sucesos más importantes antes de empezar a escribir. Incluso hacen una especie de guión, o sinopsis (Ken Follet). Otro grupo parte de un personaje o personajes y de una situación concreta, sin guión previo, aunque sí puede tener una ligera idea, que puede ser tan simple como una situación o una imagen recurrente. Sería algo así como una labor de arqueología en la que vas desenterrando sin saber exactamente lo que encontrarás. Depende de lo que les de por hacer a los personajes. Y así el escritor puede llevarse una sorpresa: al principio pensabas que ibas encontrarte un carro romano, y luego se trata de una catapulta, por decir algo. A este grupo pertenecería Stephen King (y un servidor, pero lo digo en voz bajita porque ponerme al lado del maestro es mucho poner, claro…je, je).
Os invito a echar un vistazo el blog de naTTs.


Os preguntaréis: ¿Qué relación he establecido entre ambos comentarios de Espartano y naTTs?
Pues mirad, después del mes de descanso, cogí el manuscrito con muchas ganas y empecé la corrección. ¿Las sensaciones? Bueno, pues para mi decepción fueron rancias. Algo así como si se me hubiera dormido el cerebro. Me encontraba entumecido, y me costaba entrar en la historia. Luego fui arrancando motores y terminé a todo trapo, trabajando muchas horas y sin descanso hasta que terminé la corrección “gorda”. Entré con la intención de pasar la guadaña, os lo juro, pero no fue así. Eso sí, como en mi manuscrito tienen mucha importancia los flashbacks decidí cambiar el tiempo verbal de algunos capítulos, pues yo los había escrito en presente. Eso me llevó un montón de trabajo y resultó una labor muy pesada. Corregía, leía y volvía para atrás a volver a leer. Un tostón.
Lo positivo: a pesar del coñazo de corregir los tiempos verbales de un montón de páginas el resultado me gustó mucho. Creo que es un buen manuscrito, y que va ganando fuerza a medida que pasas páginas, algo habitual en mi forma de escribir. Leerme exige un esfuerzo, tienes que subir una colina para contemplar lo bueno que hay detrás. Supongo, claro, ya que hasta ahora casi nadie ha leído mis manuscritos.
Bien, llegados a este punto e hilvanando con el inicio de esta entrada: nada más terminar la corrección gorda, estaba tan cansado que no sabía por dónde tirar. Bueno, tenía claro que era el turno de la sinopsis, pieza que me cuesta mucho conseguir y que es clave para “enganchar “ a editoriales y agencias.
Lo primero que hice fue imprimir el manuscrito en papel, para lo cual os aconsejo que vayáis a una copistería o reprografía y lo llevéis en lápiz de memoria. Es más rápido y sale más barato que hacerlo en vuestra casa, que os lo dice uno que se tiró un día entero para sacar un manuscrito en su pequeña impresora. Además encuaderné el manuscrito y buff…¡vaya subidón! Es una satisfacción difícil de expresar. Me encantó verlo en papel, y creo que no se puede comparar a ver tu manuscrito en digital, ni de coña. Estaba, ¿cómo decirlo?, límpido. Como vestido de fiesta. Hermoso.
Bien, volviendo a lo de la sinopsis. Leí el comentario de Espartano y empecé a realizar resúmenes de los capítulos, pero no llevaba ni tres hechos cuando me di cuenta de que no podía seguir, que aquello era superior a mis fuerzas. ¡¡Seré vago!!, me repetía exasperado. … Entonces me dio por pensar. Creo que la corrección, la sinopsis, la redacción de un hilo temporal, se fusionan de alguna forma con el proceso creativo. Para mí, cuando escribo, me es imposible ser tan metódico, tan frío. Ojo, no es ni de coña una crítica al método de los demás, señalo lo que me ocurre a mí, pues ya he remarcado que el método de Espartano me parece super profesional y seguro que mucha gente del sector lo usa. Pero, ¡chicos y chicas, yo no puedo usarlo! Jolines, me ha faltado darme coscorrones contra la pared, pero nada, ni argumentando las cosas positivas: Sergio que tienes memoria de pez, dentro de un mes no te acordarás de por qué tu personaje fulanito hizo tal o cual cosa, ni podrás explicar qué ocurrió antes de esta otra… ¡Es verdad, todo es verdad! Pero yo no puedo. Es algo que va en contra de mi forma de concebir mis historias. Cuando han sido muy largas he anotado en un papel algún dato para no meter mucho la pata, pero de ahí no he pasado. Para mí sería como diseccionar la historia, abrirla en canal e ir destripándola… y va en contra de mi proceso creativo. No me puedo plantear por qué mi personaje decidió matar a este otro: simplemente lo hizo así en ese momento, mientras yo escribía con total honestidad. Para mí fue creíble en el momento de esa creación y ahora no voy a entrar a replanteármelo.
Os aseguro que si hubiera leído el manuscrito y me hubiera chirriado pues habría cambiado cosas. De hecho lo hice con alguna escena puntual, algunos párrafos y frases. También lo de los tiempos verbales.
Así que Esther, contestando a tu pregunta: creo que el descanso ha sido bueno en la medida que ha enfriado “la pasión” con la que escribí el manuscrito. Adormeció mis sentidos y pienso que eso te da cierta objetividad, ganas perspectiva. Ahora bien, como autor –y esto es a nivel solo personal- tengo serias limitaciones a la hora de pulir. Creo que yo tengo un nivel de saturación, impuesto por mi propio sistema creativo: obviamente creo que es bueno corregir, y corregiré, pero hasta cierto punto. Si la obra, tras una relectura, en líneas generales me gusta, no voy a seguir amasándola como un trozo de pizza, ni distorsionándola en función de si mi estado de ánimo se encuentra triste, melancólico o efusivo. Quizá mi método sea el menos recomendable, el menos purista. Pero para mí, hacer otra cosa, sería quitarle frescura a la historia. Aniquilarla. Porque en ella hay un hilo mágico, invisible, que fluye de alguna manera de forma subconsciente, que no puede ser analizado, ni descuartizado, puede percibirse pero no reproducirse en laboratorio.
Siento ser un pésimo corrector. Solo espero que si algún día me coge alguna agencia o editorial pueda adaptarme a sus exigencias.

Muchas gracias Esther por haberme hecho meditar. También aprovecho para indicar lo mucho que valoramos (me consta que lo hace un montón de gente) tu labor generosa de corrección en Prosófagos.
Chica, tienes cualidades mágicas. ¿Dónde las aprendiste, en Hogwarts?

47 comentarios:

Lola Mariné dijo...

Siempre es interesante saber como trabaja cada un@.
Yo hago algo parecido a Blas, aunque creo que de un modo mas intuitivo: una sinopsis general, luego lo que va en cada capitulo y empiezo a escribir como si cada capitulo fuese una sinopsis larga.
Cuando termino, vuelvo a empezar para redondear los capitulos. Despues vendría el tiempo de descanso que seguro que es bueno, pero yo no soy capaz; vuelvo repasar. Cuando me parece que esta bien hago una ultima revision centrandome en la gramatica.
Y luego viene la Agencia y te hace corregir, y luego viene la editorial y te hace corregir, y...
Bueno, pues asi va la cosa.
Interesante entrada.

Sergio G.Ros dijo...

Claro, Lola, olvidé comentar que mientras escribimos también corregimos. Por ejemplo, yo leo todos los días lo del día anterior, pulo, corrijo y sigo. Tu forma de trabajar se asemeja más a la de Blas, aunque yo me he referido a su forma de corregir, no sé cómo planteará la creación, aunque por lo metódico que es posiblemente sea parecida a la tuya, la pena es que esté de viaje de novios y nos pueda aclarar más(bueno, para él no es ninguna pena!!)
Ah, claro, y luega vienen las agencias y luego las editoriales, je,je... Oye, ¿a tí te ha pedido la agencia corregir mucho? ME parece interesante saberlo.
Muchas gracias por pasarte, Lola.

Silvia dijo...

Hola Deusvolt. Yo hago lo siguiente: Empiezo a escribir la novela en una libreta sabiendo cuales son los protagonistas y la trama de los primeros 4 o 5 capítulos, y a partir de aquí me van apareciendo personajes secundarios con los que no contaba a priori(ellos salen cuando quieren jeje, no piden permiso) y claro; estos secundarios generan situaciones con las que no contaba, pero que van de perlas a la novela, sale muy espontanea de esta manera. Cuando por fin tengo escrita toda la novela en la libreta grande de espiral, es cuando la tengo que pasar al ordenador (esto es lo que me da más palo de todo el proceso de elaborar un manuscrito, mucho más que la posterior corrección en si). Y entonces, a medida que la paso al ordenador, corrijo los errores de sintaxis, gramaticales, etc que veo en la libreta. Una vez pasada toda a ordenador, la imprimo y me la encuaderno para mí. Y es entonces cuando, con un boli rojo en la mano (como una profe jeje) empiezo a leerla como si fuera yo alguien que no la ha escrito, me intento distanciar aunque haga sólo una semana que la escribí, y de esta manera pienso que aunque me sepa toda la trama se la estoy corrigiendo a alguien. Ahora ya, finalmente, al terminar esta corrección con boli rojo, voy al ordenador y cambio en el word todo lo que no me ha gustado. Y Voilà! ya la tenemos aquí. Entonces hago una sinopsis pensando en lo que saldría en la parte posterior del libro si estuviera en el fnac (que enganche muchísimo sobre todo, jeje, que te obligue prácticamente a comprarla cuando leas esas 7 o 10 líneas jaja). A las agencias les mando la sinopsis esa enganchona que te acabo de decir por mail solicitando su lectura y ya está. Si luego alguna ha picado (esto es como ir de pesca jaja) y me pide el manuscrito entero se lo mando.Un abrazo y felicidades por tu cuarta novela!

Anónimo dijo...

¡Qué buena entrada! Hay mucha información para comentar, me has dado ideas para entradas futuras.

Vamos por partes: lo primero, las correcciones. Desde ahora te digo, Deusvolt, que debería ser obligatorio esperar mínimo un mes para hacer la segunda correción de la novela. Suele ocurrir que inmediatamente después de terminar, se siente una gran excitación y cariño (como si fuera un hijo recién nacido). Vamos, una incapacidad total para ver cualquier fallo. Es cierto que una quiere acabar, improvisar una sinopsis y mandar su gloriosa obra a la primera editorial que se le ponga delante. Sin embargo, antes de todo eso es necesario darse un tiempo, porque, ¿qué prisa hay? Una segunda corrección espaciada puede marcar la diferencia entre el sí y el no.

Así que lo dicho, la novela al cajón del olvido durante mínimo un mes, y por aburrrido que resulte retomarla, al final merece la pena.

En cuanto a la otra cuestión que planteas (Gracias por la mención de honor =D =D ), sabes que me declino por la técnica que propones, aunque lo ideal sería encontrar un punto de equilibrio donde tengamos la información suficiente para no perdernos, eso sí, dejando un margen importante a la improvisación. Porque con tanta planificación, ¿dónde queda el sentimiento?

Buen libro el que recomiendas, aunque King se la pase hablando de sí mismo más de la cuenta en algunas partes. La verdad se saca mucha información útil. Mejor voz que la de la experiencia... no la hay.

Gracias por recomendar el blog, y por comentar siempre.

¡Nos leemos, amigo!

naTTs

Sergio G.Ros dijo...

Silvia, me parece muy interesante tu forma de enforcar la novela: salvo lo de escribir a mano, con eso probé y no me gustó. Hace tiempo sí lo hacía así, y conozco gente que sigue haciéndolo. Pero me ocurriría lo que a tí, pasar a ordenador es un verdadero tostón, ¿no? Aunque, claro, la sarna con gusto no pica.
Estoy también contigo en que al final, se corrige varias veces, porque a medida que se va escribiendo se va corrigiendo, y en tu caso, hay otra posibilidad al pasar a computadora.
A mí me ha quedado lo de corregir con el boli rojo, ¿ves tú? Creo que me aportaría otro punto de vista corregir leyendo sobre papel, y tal vez, lo haga. Salvo que necesito imprimir otro manuscrito más, je,je..
Muchas gracias por tu aportación, muy interesante.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias a tí, naTTs por tus interesantes entradas en tu blog. Opino que debemos darnos a conocer unos a otros, porque para hacerse un hueco todo el mundo tiene algo que aportar.
Es verdad, lo que dices, con la sangre caliente uno no ve los fallos, y tiene demasiado cariño y está demasiado metido en la obra, así que, también aconsejo a esperar a que se asienten las palpitaciones. Claro, hay mucha gente que no tiene paciencia_: oye a mí me ha costado lo mío. Gracias a que puse en marcha el blog.
Ah, y como dije, la técnica que yo uso es válida para mí, pero o quiere decir que valga para todo el mundo, y estoy de acuerdo contigo que podemos llegar a un término intermedio, o, como mínimo aprender de otros ciertas pautas.
Aunque si te funciona, ¿para qué cambiar, no?
Gracias a tí, de nuevo.
Un beso.

María dijo...

Hola Deusvolt.

Como ya te comenté en otra ocasión,
cada vez me da más miedo el mundo de las publicaciones.
Es cierto que tienes que dejar reposar o dormir los escritos, pero si lo repasas muchas veces, pones y quitas...tanto, que te cargas tus ideas primarias.:-)

Besicos.

Martikka dijo...

Yo también trabajo como tú, leo lo del día anterior, pulo, corrijo y sigo. Cuando a sugerencia de un editor me hice una sinopsis y traté de trabajar a partir de ella, me bloqueé por completo y estuve mucho tiempo son escribir. Me coarta la rigidez, no puedo con esquemas.

Besos

(Esta mañana dejé un comentario en la entrada anterior, pero ha desaparecido!!)

Sergio G.Ros dijo...

Hola, Isis, pues no tengas miedo. Es una pena que tus bonitos poemas se queden en el cajón, ¿no?
Y también es cierto que si repasas y repasas, llega un momento que no sabes qué era lo que querías decir en un principio.
Nada de extremos, mejor los puntos medios, ¿eh?
Bueno, un beso. Estoy con Trilogía de Argel, empecé a leerlo ayer y me está gustando mucho. ¿Me dará tiempo de leerlo antes del próximo sábado? Ja,ja... el profe me vas a echar la bronca, ja,ja... ¡Ayúdame Isis! Oye, por cierto, ¿cuántos egipcios habrán dicho esa frase? Vaya, se me va la pinza, pues eso, que espero que me de tiempo a leerlo: siempre me pasa lo mismo me lo dejo todo para el final.
Un beso.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias por pasarte Martikka, lamento lo de tu comentario perdido: no tengo idea de por qué, a veces la red es un misterio, o, simplemente, cuando lo has guardado estaba yo creando la otra entrada, en fin.. una pena.
Claro, el editor te lo diría con la mejor intención, ya comenté que la forma de trabajar de Espartano parece gustarle mucho a los profesionales, pero a mí, buff a mí me puede y no podría hacerlo.
Un beso.

Rafael Ayerbe dijo...

Buenas Deusvolt. Interesante lo que comentas en la entrada. Yo aún no he dedicado tiempo a la correción puesto que estoy con mi primera novela.
Para mí, quizás sea esencial la corrección a nivel gramatical y léxica.
Los cambios puntuales en lo que a la trama se refiere lo veo más trabajo de un agente o editorial, una vez que la obra en sí le haya gustado a priori.
Después ya el autor puede estar o no de acuerdo.
Saludos!

Unknown dijo...

Hola Sergio,

Me alegra que sigas los consejos de Esther—una dama que ha ganado respeto entre sus colegas—, y de tus amigos Blas y Natalia.

La película que mencionó Natalia en su Blog, la recomiendo a todo escritor: Finding Forrester, protagonizada por Sean Connery. El consejo que da el maestro a su alumno: «No pienses; eso viene después. El primer borrador lo escribes con el corazón; las revisiones se hacen con la cabeza. La primera clave para escribir es… escribir; no pensar»

Las revisiones son necesarias. Hay una media que se aplica en la industria literaria en Estados Unidos: cada página escrita, se debe corregir cuatro veces y reducir un 10% en cada revisión. De esta forma obtendrás un trabajo pulido.

Para que no te aburran las correcciones, observa el truco mágico: “re–visión.”

Un cordial abrazo,

Daniel DC

Unknown dijo...

Como le comenté a Natalia, mi caso es extraño; empleo tres técnicas (individuales o en conjunto):



1.- Entro en trance y permito que una entidad use mis manos para plasmar sus ideas, sentimientos y/o emociones.



2.- Controlo mis sueños lúcidos y me nutro de lo que experimento.



3.- La historia se forma por completo en mi mente; luego la transcribo al papel.



Sin importar cuál de ellas emplee, siempre reviso y corrijo.



Un cordial abrazo,



Daniel DC

Sergio G.Ros dijo...

Bueno, Rafael, yo no soy ningún experto, pero creo que, al final, la correción toca un poco todos los palos: trama, gramática, correción ortográfica... Es "una caza de brujas" a ver cuánta guadaña eres capaz de pasar, y cuánto eres capaz de dejar sano en su justo equilibrio.
Aunque después de tu propia corrección, como bien dices, viene la parte de las agencias.
Lo cual es curioso porque una vez vi un documental titulado "Bestseller" donde un famoso autor cuyo nombre no recuerdo, decía algo así como: "¿A mí qué me importa lo que piense el editor? ¿PEro quién es él para opinar sobre mi obra? él solo tiene que publicar y punto."
Ja,ja.. qué bueno es ir de divo por la vida...

Sergio G.Ros dijo...

Daniel, pues no conocía la peli, así que me la apunto: gracias a los dos (Daniel y naTTS).
Lo del tema del 10% lo había leído en el libro "Mientras escribo". De todas formas, me hace pensar un poco: ¿No nos estaremos volviendo paranoicos? ME refiero a que parece que crear un libro se está volviendo como la comida envasada. Está bien que tengamos intercambio de experiencias, pautas, métodos, pero: ¿dónde está el artista? No podemos pretender hacer pasar todos los manuscritos por el mismo molde, ¿no? Quizá sea mi inexperiencia, o tal vez, el día lluvioso que me ha puesto melancólico. Sin embargo, y me pongo de diana, yo acabo de corregir mi manuscrito y apenas lo he reducido un 2% si ha llegado: ¿es por eso peor? No creo que vapulear el manuscrito me vaya a llevar al Olimpo de la literatura, vamos, eso es lo que pienso ahora. Sé que hay gente que se tira años corrigiendo, pero no es mi forma de ser, no es mi carácter. Así que de momento voy a pasar..je,je.
Por cierto, Daniel veo que tienes tres vías para llegar a plasmar la historia, eso de entrar en trance me ha llamado la atención. Desde luego es digno de Shyamalan. Es broma, ya nos contarás cómo te lo montas.
Un abrazo y perdonad por el rollo.
SErgio.

Ithur dijo...

Deusvolt, yo soy incapáz de usar una estrategia tan profesional como la de Espartano, yo no puedo planificar nada y me cuesta mucho seguir las pautas. En una ocasión mi crítico me preguntó "¿Qué va a pasar con...?", y le respondí "¿Por qué crees que lo sé?".
Hoy estaba escribiendo delante de la máquina y se me ha colado un personaje, no sé qué hace ahí ni si volverá a aparecer, ahí tienes un ejemplo.
Con esto quiero decir que, aunque el modo de trabajar de Espartano es muy profesional, a mí me parece demasiado rígido, no tengo capacidad para seguirlo, soy demasiado vago XD.
Buen tema, Deusvolt.
Saludos.

Sergio G.Ros dijo...

Amigo Ithur, otra coincidencia, ja,ja.. Pues sí, otros pensarían que somos demasiado vagos, pero realmente ambos sabemos que trabajamos duro cuando hay que hacerlo, o, ¿acaso no te quita horas de sueño escribir cuando te apasiona? Por eso no digas que eres vago, eres como eres.
Y vuelvo a reiterar que me da pena que Espartano esté de vacaciones y nos aporte su punto de vista. Su forma de trabajo es encomiable, pero ¡yo tampoco puedo con ella! Tal vez por eso no consiga publicar, ¡quién sabe!
Un abrazo, y sigue dándole a la tecla. Yo, de momento, estoy rumiando la próxima idea, tengo un rumorcillo por ahí, pero necesito algo de información para ambientarla... Ya veré por dónde salgo.

Unknown dijo...

Precisamente es ese molde al que todos los aspirantes le temen. El formato no es una formula mágica; es la perfección de una técnica. El próximo jueves lo comprenderás.

Te recomiendo que veas la película de Sean Connery, es inspiradora.

Mis técnicas de escritura son sencillas de aplicar, sólo requieren práctica. El trance no lo recomiendo a los principiantes por dos razones:

1.- Es un estado alterado de consciencia donde puedes perder la noción de la realidad si no estás preparado.

2.- Debes mantener la conexión con tu cuerpo en todo momento aunque llegues al estado de desprendimiento; si no lo haces, te pasará lo mismo que a la niña de la película El Exorcista: permitirás la entrada de entidades con frecuencias negativas muy densas y te será imposible liberarte de ellas.

Mi recomendación: emplea las técnicas que estás acostumbrado y púlelas.

Un cordial abrazo,

Daniel DC

Esther dijo...

Hey, Deusvolt, que no esperaba esta entrada… ¡gracias por lo de encantadora! Jajajaja… no lo soy tanto, por cierto… Lo que sucede es que hay gente como vos que me muestra aprecio, nada más. ¡Y lo agradezco!

Ahora, qué bien que me hace sentir el que algo que hayamos hablado te disparar el pensar sobre el tema de las correcciones. Quiero decir, pensar más a fondo de lo que lo habías hecho. Pensar siempre sirve, ¿no? Acuerdo con vos en que un acto creativo no puede organizarse en reglas fijas… eso es un contrasentido completo. Pero, por lo menos desde mi perspectiva, pensar justamente lleva a romper con las reglas, a salir de los esquemas. La razón no tiene nada de esquemático ni conduce a esquemas, jejejeje.

Daniel DC cita:
«No pienses; eso viene después. El primer borrador lo escribes con el corazón; las revisiones se hacen con la cabeza. La primera clave para escribir es… escribir; no pensar»
Es una buena reflexión. Personalmente, adhiero al concepto: es difícil pensar con frialdad en pleno acto creativo. Pero en algún momento hay que hacerlo, ¿no?

Veo que aquí hay muchos métodos de corrección expuestos, y hay más, todavía. No creo que exista un método mejor que otros; como en todo, lo que vale es lo que le funciona a uno. Pero sí es interesante conocer otros métodos diferentes al que uno usa, porque es bien posible que, de esta forma, uno encuentre técnicas que le resulten útiles. Por mi parte, coincido fuertemente con NaTTs: dejar esperar un tiempo prudencial antes de revisar. Y también con Silvia: soy una convencida de que corregir sobre el papel es mucho más eficiente que corregir sobre la pantalla. En literatura o en cualquier otra cosa, la letra impresa hace saltar cosas que no saltan en la pantalla del monitor. Se lee de otra forma. Sipi, Sergio… te aconsejo que revises sobre la copia impresa, jejejeje.
Además, es el formato en el cual querés publicar, ¿no es así? Pues… si uno quiere un libro impreso, entonces es bueno ver cómo queda el leerlo impreso. No necesariamente será igual que leerlo de la pantalla. El vehículo importa.

También acuerdo con vos, Deusvolt, en que la corrección implica revisar todo. La obra no es ni su ortografía, ni la lógica de construcción del narrador, ni la estructura, ni la historia, ni… La obra lo es todo, y el todo es una unidad. O debería serlo, y por lo tanto, una revisión implica revisar el todo. Y me parece que esto que decís:
“Lo cual es curioso porque una vez vi un documental titulado "Bestseller" donde un famoso autor cuyo nombre no recuerdo, decía algo así como: "¿A mí qué me importa lo que piense el editor? ¿PEro quién es él para opinar sobre mi obra? él solo tiene que publicar y punto."
Ja,ja.. qué bueno es ir de divo por la vida...”
Abre otra lectura además de la que le das (que comparto: qué bueno es ir de divo por la vida, jajajaja). ¿Por qué descansar en el editor, el corrector, el agente literario, en la revisión y valoración de la propia obra? Claro que ellos harán esa tarea, por supuesto que sí. Pero… ¿no es el propio autor el que tiene que entregar su obra con toda la perfección a la que él pueda llegar? Digo, si uno hace algo… ¿no quiere, acaso, que ese algo sea bueno, sea hermoso, sentir la satisfacción de haber producido algo que es valioso? ¿No es acaso uno el mayor responsable del producto que ofrece? Por eso digo otra lectura: quizás, si el autor hace realmente bien su tarea, puede, entonces sí, decir: no me importa lo que diga el editor, porque he filtrado mi manuscrito con todos los filtros posibles. Obvio, si no sos famoso… ¡aún así mejor ni lo pienses!

Abrazos,
Esther

Esther dijo...

Se sabe que soy un desastre a la hora de hacer síntesis, así que continúo en otro post…

Una cuestión que me parece interesante de debatir es: ¿y qué sucede si dejo el manuscrito reposar un año? ¿Dos años? Pues… posiblemente, salvo que uno sea ya un escritor muy bien formado, luego de un año o dos descubra, al tratar de revisarlo, que directamente tiene que re-escribirlo. Todo. Que falla la prosa. O que los personajes no tienen la profundidad necesaria. O que los diálogos están mal planteados. O… lo que fuese. Porque en el camino ha aprendido, y al aprender descubre que aquello que le parecía bueno ahora le parece malo. Con lo cual, vale la pregunta: ¿y por qué, entonces, apurarse a intentar publicar?
Se podría responder: “si se piensa de esta forma, entonces uno nunca se decidiría a publicar nada”. Lo cual es válido como respuesta. También se podría responder: “pero si te lanzás a querer publicar cuando todavía estás formándote, perderás un montón de tiempo y de energías, que aprovecharías mejor empleándolos en mejorarte como escritor, y encima, podés tener tan mala suerte que te publiquen. Claro, porque si te publican un libro que al cabo de dos años a vos te parece mediocre… es tener mala suerte, porque ya no podrás escapar nunca a ese libro, una vez publicado, no hay marcha atrás: está y seguirá estando”. Y entonces viene la pregunta: ¿y cuál sería el punto intermedio? No sé, claro, no hay reglas. Pero me parece que es importante plantearse: y si dejo este manuscrito para revisar recién dentro de un año, ¿qué pasaría después con él?

Y ahora sí, me despido de verdad.

Otro abrazo!

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Daniel por la aclaración. ¡Espararé hasta el próximo jueves el tema del formato! No obstante, alzo mis protestas una vez más, y ya que pusiste tú el ejemplo: tus entregas me recuerdan a los libros de Harry Potter, cuando ponían carteles diciendo quedan 72 horas para que salga!! Ja,ja... Ah, y después de lo que has contado del trance, ni de coña me planteo hacerlo. ¿El exorcista? Buff... casi me hago caquita con la peli y con el libro. Prefiero pulir "mi forma de pulir", ja,ja.
En serio, muchas gracias por tus comentarios.
Un abrazo.

Sergio G.Ros dijo...

Bufff… Esther había escrito una respuesta bastante larga pero llueve a cántaros y se fue la luz en el momento menos apropiado…ja,ja,… En fin, que muchas gracias por tu extenso comentario, que además creo muy necesario porque el tema lo merece. Voy a exponer las conclusiones que yo saco:
1-. Debo corregir en papel. Es cierto, no es lo mismo leer un texto en pantalla que en papel, digan lo que digan. El vehículo es distinto y se perciben cosas diferentes.
2-. Creo que es bueno esperar un tiempo desde que se teclea “fin” y hasta que se pretende corregir. ¿Cuánto tiempo? Bueno, estoy parcialmente de acuerdo con vuestros comentarios. Creo que depende del autor aunque es cierto que a nuestra sociedad le domina “la impaciencia”. Pero, ¿años? Umm… ahí pongo “un pero” y me valgo de tus mismas argumentaciones, Esther. Precisamente dentro de años yo mismo sería diferente al que soy ahora, tendría más experiencia como escritor y estaría más asentado, en teoría. Ahora bien, ¿qué habría sido de Hemingway si hubiera hecho eso? Recordemos que a Hemingway (lo dice el blog de Blas Malo) lo negaron 27 editoriales y agencias. ¿Debía haberse planteado no querer publicarlas y corregirlas al cabo de los años? Pues yo creo que no. Evidentemente, él lo habría hecho con más perspectiva con más conocimientos, con más oficio. Pero cada cosa tiene su momento. Porque cuando uno escribe algo se produce una confluencia de cosas: estado de ánimo, circunstancias personales, tema que le inspira… Si miro hacia atrás, no podría escribir el mamotreto de 900 páginas que escribí y que me llevó dos años. Aunque pueda corregirlo, que lo haré más adelante, no soy partícipe de dejarlo estar muchísimo tiempo, porque creo que es vital que la persona que corrige y la que escribe estén cercanas en el tiempo. Obviamos que debe haber algo más allá de “la pureza de la escritura”, también existe “la frescura”. Ja,ja.. puede sonar una gilipollez lo que digo, pero para mí es importante. Por ejemplo: un chico le dice a su chica: oye, como la primera vez que hicimos el amor fue un desastres , pues nada nos tiramos dos años haciendo el amor con otras personas, y luego volvemos y lo hacemos de nuevo a ver qué tal se nos da. Casi seguro que cuando vuelvan a hacer el amor será mejor que la primera vez, torpe y nerviosa que tuvieron, pero “ya no será la primera vez” y “ellos como amantes serán diferentes”. Es un concepto, el de corregir con el que también hay que tener cuidado. La perfección debe tener sus límites. Además, todo artista debe saber cuándo poner el fin a su obra. Después de lo dicho, quiero resaltar que quizá algún manuscrito mío decida estar en el cajón años, porque lo sienta así. …pero reescribir… buff… eso de momento me cuesta pensarlo, aunque sé que es una opción. Bueno ahí queda eso.
3-. Pensar es bueno, ja,ja.. ¡y tanto que lo es! ¡Gracias Eshter por hacerme meditar! Ja,ja… Es bueno plantearse estas cosas y no solo escribir y escribir.
4-. Hay que buscar el punto medio.
¿Más aportaciones? Esto se pone interesante.
Muchas gracias, encantadora Esther, aunque lo niegues.
Un beso,
Sergio.

Blanca Miosi dijo...

¡No puede ser! escribí un largo comentario y no lo veoooo!!!

Blanca Miosi dijo...

Ya vuelvo, con más tiempo

Anónimo dijo...

Tremendo comentario, Esther.

Veo mucha razón en lo que dices, en especial corregir en papel y de nuevo dejar pasar un tiempo prudencial.

A menudo creo que los escritores pecamos de impacientes, y como bien dices lo que en el presente parece estupendo, al cabo de unos meses se revela pésimo, o cuando menos no tan bueno. Lo afirno desde la experiencia y es que de los 15 a los 19 años viajé mil años en una máquina del tiempo, literariamente hablando. Visto así, nunca acabaríamos de corregir, pero como me comentaba Marian Keyes en un email, hay que poner un límite. Es evidente que siempre se podría cambiar esto, y lo otro o lo de más allá, pero tarde o temprano alguien debe decir: es suficiente. Una corrección obsesiva -patológica, casi-, puede llevarnos a que la novela inicial sea totalmente distinta de la final. Tampoco es eso, supongo, pero sí como decías es nuestro deber obtener lo mejor de lo que tenemos.

En cuanto a la obsesión por encontrar un método... Siempre he sido contraria a "encasillar", y estas cuestinoes las veo como una oportunidad de reflexión e intercambio de ideas. He ahí la verdadera utilidad: estamos adquiriendo nuevas herramientas de las que podemos servirnos en un momento dado. Quizás durante la escritura no las llevemos a la práctica, pero sí después, es decir, al corregir.

Oye, ¡me quedo sin aire, y eso que escribo! =) Menuda parrafada.

Me paso más tarde a ver cómo sigue la discusión.

Saludos y abrazos,

naTTs

Sergio G.Ros dijo...

Siento Blanca que se haya borrado tu inestimable comentario. ¿Sabes? A mí me ha pasado lo mismo en diferentes días y siempre me digo que mejor lo hago en Word y luego lo pego, pero después no lo hago, ja,ja,... Besos-.

Sergio G.Ros dijo...

naTTs lo que has comentado me ha parecido muy interesante y copio: "estamos adquiriendo nuevas herramientas de las que podemos servirnos en un momento dado. Quizás durante la escritura no las llevemos a la práctica, pero sí después, es decir, al corregir." Es decir, que, a la hora de corregir es bueno que hagamos caso de una serie de pautas, frías y objetivas, "encasilladas" que nada o poco tienen que ver con el proceso creativo. Me parece acertado. Yo ya me he apuntado algunas:
- Esperar un tiempo tras la escritura (mínimo 1 mes - máximo 1 año).
- Tras una corrección en "pantalla", imprimir el manuscrito y realizar corrección en papel.
- Utilizar un boli rojo, je,je.
-Siempre llega un momento en el que hay que parar. Es como comer pipas, puro vicio, si te pasas estropeas el estómago.
Por cierto, yo creo que la “impaciencia” viene motivada porque los noveles estamos deseosos de publicar, así que cuando, Esther, argumentabas: “…porque si te publican un libro que al cabo de dos años a vos te parece mediocre… es tener mala suerte, porque ya no podrás escapar nunca a ese libro..” tienes toda la razón del mundo, pero eso sería mirar con perspectiva de futuro, y los noveles (en los que me incluyo, claro) pues vemos tan, pero tan difícil publicar que “publicar a casi toda costa” es nuestro objetivo. Aunque tampoco es así, porque muchos y un servidor se esfuerzan en dejar a su niño/niña lo más guapo posible, y pulido, y brillante.

¿Quién da más?

Silvia dijo...

Hola Deusvolt. Bienvenido al club de los del "boli rojo" jejeje
La verdad es que se aprende un montón de los comentarios de los colegas escritores; ya he visto que mi gran fallo es no dejar reposar el manuscrito. Pero que quieres que te diga chico.. después de imprimirlo, esto de esperar un mes.. va a ser que no... dos semanillas y ya es mucho.Que no, es broma, lo intentaré jejeje Un saludo!

Sergio G.Ros dijo...

Hola Silvia, ¡lo del boli rojo es un detalle importante! je,je.. Estoy contigo: se aprende un montón de las experiencias de los demás. Pues, hija, a mí me estaba costando horrores lo de esperar, porque además me pilló en verano, con más tiempo libre, los días más largos, las noches más largas, menos horas de sueño, ja,ja.. ¿Que cómo lo logré? Pues una de las cosas fue poner en marcha este blog, quitándome un poco el mono de escribir, charlando y conociendo gente... Y así llegó el mes y empecé a corregir... Pero, ¿un año? Como decía Antonio Ozores: ¡No, hija, no! Ja,ja,ja... No sé, entiendo las posturas, y las meditaré profundamente. Ahora, lo que es cierto es lo de leer la obra en papel, una gozada y otra visión totalmente distinta. Ahora toca ir a una copistería a sacar otro manuscrito en papel. Porque imprimí tres: uno al registro, otro a mis suegros (está dedicado a ellos) y otro para mi esposa (mi lectora)...ah, y el de mi esposa ni tocarlo, que es muy puntillosa, ¡ya me echó la bronca porque tenía una esquina dobladilla en la portada! ¡Pues imagínate si lo subrayo todo de rojo!
Ja,ja.. un placer, Silvia.

Ithur dijo...

Deusvolt, yo tengo la ventaja de que, al ser tan vago corrigiendo, y no parar de escribir cosas nuevas, tengo mucho espacio entre creación y corrección. Precisamente hoy, que no tengo clase y he madrugado para llevar a mi madre al trabajo, estoy aprovechando para pasar al ordenador, después un último vistazo y se acabó.
Por cierto, el manuscrito que estoy pasando a ordenador tiene tres años o así, es mi segunda novela, tuve que esperar porque el ordenador lo compré cuando ya tenía bastante escrito, y entonces tenía más interés por escribir que por editar, aún es así XD. Es cierto que veo muchas cosas que fallan, pero principalmente hago cambios pequeños para dar mayor personalidad a los personajes.
Hace algún tiempo ví la película Descubriendo a Forrester, y he de admitir que me encantó, sobre todo la cita que deja Daniel D.C.
Recomiendo esa película, merece la pena sentarse a verla.
Saludos.

Blanca Miosi dijo...

Hola Devoust,

Qué interesante me parece este artículo, y cuántas respuestas diversas, me emociona ver que tantos jóvenes estén tan interesados en la literatura, en escribir una novela, en preocuparse por la forma, los detalles, la técnica... lo que demuestra que no sólo es el deseo de escribir, sino de hacerlo bien. La preocupación por el aprendizaje es inherente a las personas que pasan por la vida con ocupaciones más excelsas que únicamente comer, trabajar y dormir.

Te diría que cada escritor tiene su propia técnica, pero lo que sí puedo decirte y es porque lo he sentido en carne propia es que la primera novela está escrita con las entrañas, las siguientes, con el cerebro.

Esa primera novela siempre quedará como la prueba de que sí podemos. Que podemos concluir una obra y que es la que nos dará el empuje para hacer otra y otra. Es la novela que daremos a leer a nuestros familiares y amigos que quedarán maravillados de que hubiésemos podido hacerlo, y nos llenarán de palabras de júbilo, de aliento y de admiración, lo que servirá para que continuemos en esta ruta. Después es probable que ni quieran saber más de nuestras novelas, pero ya tendremos el camino empezado.

Estoy de acuerdo con Martika que dice que no le gustan las reglas rígidas, a lo Blas Malo, pues requiere una voluntad y disciplina férreas, aunque tiene sus ventajas, pues no dejas cabos sueltos. Yo más bien me inclino por la teoría de la inspiración. Cuando se escribe se esté en un estado Alfa, totalmente concentrado, se puede caer el mundo a tu alrededor y ni te das cuenta, estás metido en la historia y ella es la que te lleva y no tú a ella. Bajo esas circunstancias imposible escribir de manera reglada.

Espero haber servido de alguna ayuda,

Besos!
Blanca

oriafontan dijo...

Bien yo tengo dos humildes conclusiones.

1.- Escribir una novela (digna de ese nombre) no es nada fácil y no se hace en una tarde tonta.

2.- Si la hisotoria no provoca un mínimo de entusiasmo o emoción en el lector da igual las correciones que hagas.

Es cómo un dibujo a lápiz, si es malo por mucho que lo pases a tinta o pongas mi colores seguirá siendo malo.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Ithur, ya me apunto la peli. Tiene que estar bien porque todo el mundo la recomienda.
Me ha hecho gracia tu forma de corregir: es otra opción. Pero para eso tienes que estar entretenido escribiendo sin parar, y escribir a mano, para luego pasar a ordenador...ja,ja.. De todas formas no hablas de tu forma de corregir. Si he entendido bien, corriges mientras pasas a ordenador, ¿no? Bueno, en cualquier caso dejas pasar un buen montón de tiempo.
Gracias por tu comentario, amigo.
Un abrazo.

Sergio G.Ros dijo...

Blanca, muchas gracias por tantas molestias... Sé que has tenido que volver a redactar el extenso comentario que pusiste el otro día.. Lo siento. No sé qué es lo que pudo ocurrir, porque esto de la red y la informática no es lo mío: lo que sí he hecho es cambiar la ventana emergente por página completa, no sé si será mejor, pero parece menos claustrofóbica.
Respecto a tu comentario:
Me ha gustado tu frase: "Esa primera novela siempre quedará como la prueba de que sí podemos."
Yo, por ejemplo, no me creía capaz de terminar un proceso tan largo como es el de escribir una novela, que implica, constancia y tesón. Pero lo hice. Al igual que muchos de vosotros. Considero que existe ese estado Alfa del que hablas, o meditación profunda, o, simplemente, el interior de uno mismo, una caverna o un refugio muy profundo donde puedes escuchar lo que susurran "las entrañas".
Ah, Blanca, y ¡por supuesto que sirves de ayuda! ¡Faltaría más! Hablo por muchas y muchos cuando te digo que eres un ejemplo de superación, y de humildad. Así que muchas gracias por aportar comentarios a este modesto blog, y a otra cantidad enorme de blogs amigos (que me consta). Eso demuestra tu cercanía virtual (y personal) hacia la gente que te lee y a la que lees.
Para terminar: aunque suene tópico, yo creo que la juventud también es un estado de conciencia Alfa. Conozco muchos jóvenes que parecen viejos: son inflexibles y duros como rocas. Así que para mí eres un jovencita.
¿Te pones falda de colegiala? Ja,ja... Es que yo soy así... Un beso muy grande, guapa y gracias.

Sergio G.Ros dijo...

Oriafontan, gracias por recalar en esta página.
Tus opiniones, creo, serán suscritas por muchos. Todos nosotros (los que escribimos) y solo nosotros sabemos el esfuerzo que implica terminar un manuscrito: las noches en vela, los sacrificios personales, el tiempo invertido, el dinero gastado (información, documentación, apuntes, cartuchos de tinta, fotocopias...), los quebraderos de cabeza, las depresiones... Aunque es un inmenso placer, la escritura se compone de etapas, porque como toda persona que vive, que siente, cada día es distinto, y mientras escribes, cambian las estaciones, la luz del día, los sucesos personales, tus hormonas o las de tu pareja, las condiciones del trabajo diario, el estrés del mismo, o el estrés por no tenerlo: pero escribes. Así que, el que alguien acabe un manuscrito, sea cual sea su calidad, si ha puesto el alma, y ha utilizado los recursos que Dios le ha dado, y los que haya podido adquirir por el camino, creo que esa persona es digna de respeto. Porque es honesta.
Es fácil juzgar, pero hay que ser prudente cuando se critica a un escritor, por lo menos a un novel, que tiene que hacer muchas cosas (profesionalmente y personalmente), para su desgracia, aparte de escribir.
Por otro lado, me gusta mucho tu comentario: "2.- Si la historia no provoca un mínimo de entusiasmo o emoción en el lector da igual las correciones que hagas. Es cómo un dibujo a lápiz, si es malo por mucho que lo pases a tinta o pongas mi colores seguirá siendo malo".
Totalmente de acuerdo: es verdad. Pero de tu observación, me surge otra pregunta: ¿Puede ocurrir que, de un buen manuscrito, por culpa de una incorrecta correción, se termine en un mal manuscrito?"
Muchas gracias por comentar, Oriafontan.

oriafontan dijo...

¿Puede ocurrir que, de un buen manuscrito, por culpa de una incorrecta correción, se termine en un mal manuscrito?"

Preguntas.

Pues yo creo que sí.

Con un exceso de corrección se puede transforma arte en estética.

Olvidar qué es lo principal en una novela. Para mí es provocar emoción. (ejemplo Stefan Zweig).

Un cuadro no es mejor porque se parezca más a la realidad sino por lo que transmite. Puede ser incluso técnicamente malo pero sublime porque transmite. Y eso es lo esencial.

Y que pulan otros porque eso lo puede hacer cualquiera en cambio transmitir emoción eso amigo muy poquitos pueden y te aseguro que si algo me emociona no me fijo en los tiempos verbales.

Sergio G.Ros dijo...

Oriafontan, lo que dices es muy representativo. Me viene a la memoria -y ya que hablamos de dibujo- una obra que "conmocionó" al mundo del cómic en los ochenta: "the Dark night returns (el regreso del señor oscuro o el regreso del señor de la noche).
Esta obra profundizaba en los sentimientos y acciones de los personajes por encima de rasgos heróicos y, visualmente, no seguía la estética de la época. Podría decirse, incluso, que esos dibujos parecían "mal hechos". Pero, joder, cómo emocionaban, y emocionan (ya que hablamos de tiempos verbales..).
De todas formas, yo creo que, como autor, tengo que dejar mi obra lo mejor que "yo crea que debe estar", corrigiendo o puliendo como quiera. Siempre honestamente. Eso, amigo mío, hasta los más afamados pintores lo hacen. Al hilo de todo esto, y volviendo a la pintura, recuerdo una entrevista de Antonio López, uno de los mejores pintores españoles y, por cierto, más cotizados. López decía que un cuadro estaba terminado "cuando él creía que estaba terminado"... podía pasar un año retocando, puliendo, o dos días, o diez años . Llegaba un momento en que colgaba el pincel y punto final.
Por eso, y retornando al sector editorial, o literario: si otras personas ajenas al autor, pero profesionales al fin y al cabo del sector, "aconsejan" hacer una serie de cambios, pues bueno, nos gustará más o menos, (ojo, que a mí tampoco, a priori, y "entre comillas"), pero, chico, es lo que hay. Lo que toca.
Y el panorama es el que es.
Aunque, Oriafontan, tampoco puedo hablarte con conocimiento de causa porque yo solo soy alguien que escribe, de momento (me refiero a mis manuscritos) en el más puro e impuesto anonimato.
Un abrazo.

Ithur dijo...

Deusvolt, escribo a máquina, luego, al terminar y llegar el turno, paso a ordenador, pero con tanto esmero que tardo casi una hora por página, asegurándome de que todo está bien. Al terminar lo releo para cercionarme y después lo lee mi "crítico". No me resulta muy útil porque hasta ahora no me ha sabido decir qué me falla, pero al menos él detecta fallos de ortografía que el Word se ha comido XD.
Es un proceso sencillo, pero cuando estoy pasando al ordenador tengo unas ganas impresionantes de escribir algo nuevo XD.
Un saludo.

Marta Querol dijo...

Desde luego, Deusvolt, cada tema que abres genera un aluvión de información.
El tema de la corrección es interesantísimo. Sabes que ha sido mi cruz, a pesar de mis esfuerzos. Lo que habría dado por cruzarme con una Esther en mi camino que me ayudara a planchar las arrugotas (ya no arruguitas). Pero no pudo ser.
Se han dicho muchas cosas interesantes sobre el método de corregir, de escribir y de crear. Coincido con lo que ha dicho Blanca sobre que la primera novela se escribe con las entrañas y te da la seguridad de que eres capaz de sacar una creación adelante.
Y con Oriafontan en que la literatura debe emocionar, y si no emociona, por perfecta que esté, le faltará algo.
Yo intento dejar pasar un mes antes de empezar a corregir, pero no siempre lo consigo, aunque lo cierto es que sí que ha pasado mucho más de un mes desde que la comencé, por lo que esos primeros capítulos ya están reposados. Y lo hago sobre papel, con una profundidad tal que puedo cambiar el orden de las escenas, incluir personajes nuevos o cargarme párrafos enteros. Eso, además de las correcciones ortográficas y de estilo que detecte.
Así que la labor es muy, muy lenta. Por cierto, yo lo hago en lápiz, ya que también corrijo las correcciones. Una locura.
No entro en la forma de arrancar y crear porque se va a hacer muy largo, pero mi método es más parecido al tuyo (qué raro ¿verdad?)
Enhorabuena otra vez por abrir este tema.

Sergio G.Ros dijo...

Ithur, ¿una página por hora? Umm... es una buena media, desde luego se ve que te lo tomas en serio: ¡tomo nota!
Entiendo lo que dices de que te entran ganas de escribir algo nuevo: normal, ¡con lo prolífico que eres! ja,ja... Y tu crítico, pues bueno, a lo mejor no te dice nada porque está encantado con lo que lee.
Un abrazo, amigo.

Sergio G.Ros dijo...

Prima Malube, gracias por pasarte, ya sé que has estado (y estás) muy liada: bienvenida. Oye, ¡que la corrección también es mi cruz!
¿Sabes? Después de haber leído todos vuestros comentarios, creo que tengo la sensación de no haber dado suficientemente la talla con mis correcciones, de no haber sido todo lo paciente y serio que debería para con mi niña (mi último manuscrito es fémina). Así que meditaré un poco el tema, tomando nota de lo de imprimir en papel y corregir directamente sobre él (con boli rojo + lápiz).
Tendré un poco más de paciencia si cabe para mandar a editoriales y agencias, total, ¿qué prisa hay, no?
Bueno...ya veremos, lo consultaré con la almohada.
¿Tienes una forma de crear parecida a la mía? Ja,ja..¡otra coincidencia! No sé, tendrías que leer alguno de mis manuscritos para ver si nos parecemos, porque yo aunque ya disfruté de tu estupendo Ave Fénix, no sabría decirte. Tú eres muy buena escritora, ya lo has demostrado. No solo por publicar, sino por ser finalista en el Planeta (¡la leche!). Yo, en cambio, aún tengo que demostar. Y sólo se puede desmostrar publicando, así de sencillo, cruel y claro. Y si no que se lo digan a los socios de la Nocte (Asociación Española de Escritores de Terror, que solo permiten el acceso a los que ya han publicado (ni coedicones ni autoediciones) alegando: "Es muy díficil valorar el trabajo de los compañeros escritores y no pretendemos juzgar los escritos de nadie, por eso dejamos que sea el propio mercado editorial quien realice el fitro de acceso a la asociación". Oye, que están en su perfecto derecho.
Un beso muy grande y gracias por tus palabras.

Maribel Romero dijo...

Poco puedo añadir a todo lo dicho. Me alegro de que hayas quedado satisfecho con ese hermoso manuscrito en papel. En mi opinión un mes es poco tiempo de descanso (ya ves, aquí cada maestrillo tiene su librillo), creo que las obras necesitan más reposo. Y también opino que no hay que corregir del tirón, aunque uno tenga unas ganas enormes de acabarla, registrarla e intentar sacarla al mundo. En mi última corrección he ido a capítulo por día y me ha gustado el sistema.
Suerte con el manuscrito.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Maribel,
Asumo que no he sido demasiado ortodoxo en mi corrección. Le he dedicado esfuerzo y ganas pero la he hecho de un tirón (en varias semanas). Todavía no he mandado a ninguna editorial ni agencia, estoy en una especie de limbo aún. Además, espero que me contesten respecto a mi tercer manuscrito. No creo que sea bueno mezclar varios manuscritos en varias agencias, así que aún tengo tiempo de esa nueva corrección en papel.

Muchas gracias por tus buenos deseos. Lo mismo digo para tu o tus manuscritos.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Aunque ya esté casi todo dicho, quiero añadir que realmente es recomendable dejar reposar la obra, PERO también duro. Y no por pensar en el montón de trabajo que supondrá la corrección, sino por esa separación forzosa entre la madre y el hijo. Ya he sucumbido un par de veces a la tentación de echarle un vistazo, y eso que estoy en cuarentena. Es difícil, porque ese escrito ha llenado un espacio de nuestro tiempo que de pronto se queda vacío. Además... bueno, lo normal es que se desee gozar de nuestra creación: releerla, mostrársela a alguien, hablar sobre ella...

En fin, que es difícil, pero me temo que necesario. Sobre todo el aislamiento, que no tanto el transcurso del tiempo.

Sergio G.Ros dijo...

Buena aportación naTTs: ese es otro punto clave, el vacío que sientes al distanciarte de tu criatura, con la que has estado ligado un montón de días, horas y noches...
Aislamiento: tomo nota.
¿Lo ves? Tu mismo comentario prueba que no está todo dicho.
Muchas gracias, guapa.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola compañero,
desde que acabé mi manuscrito lo he crregido cuatro o cinco veces, y aunque cada vez que debí usar las tijeras me dio pena, visto con perspectiva vino bien hacerlo. Medí un par de meses antes de comenzar a corregir para poder salir de la historia lo suficiente, y entonces lo primero que hice fue imprimirla (en efecto leer en la pantalla es molesto y en formato físico la experiencia gana mucho) y dejar de lado todo lo que estaba leyendo. Durante esas semanas en ue me dedico a la corrección solo leo el manuscrito, para evitar contaminarme.
Me apunto a tu tipo de escritua, lo que siempre he tenido en cada uno de mis proyectos ha sido los personajes, la trama ha crecido en torno a ellos, si bien es cierto que tenía unas pautas principales que deben seguir para llegar al final planeado desde el principio (es decir, conozco el inicio del camino, el final y a mis acompañantes, pero no sé de qué manera haré el recorrido).
Un abrazo (por cierto estoy leyendo "Mientras escribo" y es muy bueno, gracias por aconsejarlo.

Sergio G.Ros dijo...

Hola Jesús, me alegro de que te guste el libro "Mientras escribo", de él se puede aprender mucho, aunque es cierto que el maestro King aprovecha para contarnos su vida casi con pelos y señales, pero bueno, todo tiene su precio, jaja...
Tu forma de corregir me parece la más adecuada, visto lo visto, tras los comentarios del resto de gente: te felicito por ello. Yo, tendré que volver a imprimir en papel antes de volver a corregir.
Un saludo y gracias por pasarte.