jueves, 17 de septiembre de 2009

La soledad del escritor

Este personajillo que se ve en la foto es Keitaro Urashima, un agapornis papillero, criado por mi mujer desde que era un pollito. Como podéis ver tiene una expresión dulce e inteligente (lo cual es curioso porque no posee ni cejas, ni nariz). El caso es que Keitaro tiene una novia: otra agapornis llamada Midori, voluptuosa y posesiva. Pero Kei-Kei (como llamamos a Keitaro) no le hace mucho caso, la verdad. Pensábamos que se animarían a tener descendencia, pero en vez de eso, se dedican a perseguirse por la jaula y a quitarse el columpio. Obviamente, siempre gana ella. La culpa de toda esta falta de interés, reside, tal vez, en que el cabroncete de Kei-Kei desahoga sus instintos en una bola de plástico de esas que hay dentro de los Kinder Sorpresa. O dicho claramente: que se tira a la sorpresa (sin relleno, claro).
A estas alturas de la entrada os preguntaréis a dónde quiero llegar. Bueno, pues para quien no lo sepa: los agapornis emiten un sonido agudo y discontinuo, especialmente molesto. Keitaro y Midori son una de las chirriantes muestras de afecto que pueblan mi vida cotidiana y que, aunque esté mal el decirlo, a veces, se convierten en un suplicio.
No sé qué os pasará a vosotros, pero yo, para escribir, necesito un profundo silencio. Como vivimos en un pisito dentro de un barrio humilde, recurro a tapones para los oídos.
Tengo que decir que me siento mal por ello. Desde que escribo en serio me he vuelto un poco egoísta. Cuando tengo una historia en mente, necesito volver a ella casi a diario, y olvido con asiduidad otras cosas. A menudo tengo la sensación de que al escribir y conforme pasa el tiempo, me convierto poco a poco en una especie de ermitaño.
Por eso, no puedo evitar recordar las palabras del maestro Hemingway respecto a la soledad del escritor:
"Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. "

Tengo la sensación de que los escritores son como mineros que escarban en lo profundo de sus mentes, y que, a pesar del esfuerzo y el trabajo, disfruntan con ello. Ansiando día tras día volver allí, al interior de las cavernas que pueblan sus sueños.
¿Qué os parece?

35 comentarios:

Ithur dijo...

Deusvolt, los escritores somos muy extraños, tenemos unas habilidades para crear, pero necesitamos recrear nuestras condiciones idoneas.
Yo tiro del cine, pongo una peli en el dvd y escucho de fondo, más que otra cosa para apagar los demás sonidos. A veces música o lo que sea.
Me has recordado al cuervo que tuve, un animal tremendamente inteligente, aunque ruidoso también.
Bueno, me voy a descansar que estoy fatal, maldito tiempo...

María dijo...

Hola amigo¡¡¡

Tienes toda la razón que da la certeza de lo dicho. Yo cuando tengo un ratico me meto en mi "despacho", y no deseo ver fuera de el. A veces, olvido que tengo otras cosas en mi vida y me siento mal. Pero por otra parte deseo escribir, hacer lo que me gusta aparte de trabajar y hacer de ama de casa. Creo que tengo derecho, pues ya he dedicado muchos años a los demás.
No se si hago bien, pero cada uno hace lo que le gusta, deporte, leer, ver la tele...
Yo escribo.

Besicos.

Maribel Romero dijo...

Jajaja, te comprendo perfectamente. En mi caso (y mi casa) son dos periquitos los encargados de volverme loca: Cielo y Lisa. Cursis ¿verdad? Los nombres los eligieron mis hijos. También esperaba que me hicieran abuela pero de momento nada de nada. Se quieren, se dan besitos, se hacen pases de comida y todos esos rituales del mundo animal pero de procrear cero. Mi padre (que es pajarero) nos aconsejó que les quitáramos el columpio. Me hizo gracia. El hombre quería que no tuvieran ningún medio de diversión para ver si así se buscaban otro más fructífero, pero no hemos llevado a cabo el experimento. Estos también gritan como locos, yo escribo a una cierta distancia de ellos pero lógicamente los oigo. No sé si ya me he acostumbrado a todo tipo de ruidos pero no me queda más remedio que escribir bajo presión decibélica (tele, música, hijos peleándose, periquitos gritando). Ahora, eso sí, cuando me quedo sola soy reina por un día y es cuando más avanzo en mis obras. Siempre me gustó la soledad y para escribir es muy necesaria para mí, ya no hablo de silencio sino de soledad. Somos raritos ¿verdad?
Me ha gustado tu entrada.
Un abrazo y buenas noches.

Daniel DC dijo...

Estupenda entrada Sergio. Como escritores, somos ermitaños por naturaleza.; lo que no debemos permitir es que la soledad se apodere de nuestra vida.

En mi caso, aunque dedico 70 horas semanales a la profesión, encuentro el tiempo suficiente para compartir con la familia y distraerme.

Cuando llega la hora de escribir, prefiero hacerlo en soledad, pero necesito música para concentrarme.

Voy a cuadrar un margen horario para que los artículos que publique en el Blog, los puedan leer en España el mismo día jueves—son 6 horas de diferencia con respecto a la Florida.

Un cordial abrazo,

Daniel DC

PD: Tu periquito es simpático.

Martikka dijo...

Desde hace unos meses he podido escribir en soledad durante algunas horas, y créeme que no me ha sido fácil después de mucho tiempo escribiendo arañando huecos en los trabajos que he tenido. Siempre se tienen interrupciones pero era la única manera de avanzar y emplear ratos muertos. En casa lo que sí necesito es música, con eso estoy bien. El silencio, de momento, me incomoda y no me permite escribir cómodamente.
Stephen King habla en su libro Mientras escribo de esa "idealización" de la soledad del escritor, y habla de cuando él es interrumpido porque la cisterna no va bien, el teléfono, etc. Dice que esas interrupciones no afectan para nada a la escritura.

Monísimo, Kei-kei!!!

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja... Ithur, ¿un cuervo? ¡Eres la leche! Pero sí, de verdad somos extraños los escritores, aunque no más que las personas relacionadas con otras actividades. ¿Acaso no son extraños los músicos, los pintores, escultores? Y sin ir más lejos, yo conozco a un tipo que trabaja de procurador que es más raro que un perro verde. Aunque me gusta tu comentario: "tenemos unas habilidades para crear, pero necesitamos recrear nuestras condiciones idoneas." La atmósfera es importante, o eso creo. Es como el atleta que estira antes de correr.
Un saludo. Ah, y gracias por acordarte que el blog cumplía un mes, todo un detalle.

Sergio G.Ros dijo...

Isis, las personas generosas tienden a sentirse mal cuando, de pronto, se dedican un tiempo a sí mismos. Supongo que esa es una de las consecuencias, porque hay otras personas que no tienen ese sentimiento "de culpa". Veo que no soy el único al que le gusta encerrarse en su cuarto. Escribe y escribe, amiga, que la poesía se te da muy bien. A ver si algún día consigues que te publiquen.
Un abrazo.

Sergio G.Ros dijo...

Maribel, admiro tu capacidad para escribir con tal follón. Creo que fue Malube la que me comentó algo parecido a lo tuyo, pero ante una respuesta parecida me dijo que al final terminas adaptándote. Supongo que la vida es así, cada uno tiene que apechugar (en el buen sentido) con lo que le toca, y si nos gusta escribir lo haremos aunque las condiciones no sean las mejores posibles, ¿no? Je,je.. me ha hecho gracia lo de tu padre, pero me daría pena quitarle a Kei-Kei su Kinder sorpresa, ¡para una diversión que tiene el pobre! Ya bastante malo es estar encerrado en una jaula, ¿no?
Un abrazo y gracias por tu comentario.

Sergio G.Ros dijo...

Hola, Daniel, ¡ojalá pudiera dedicarle tanto tiempo! Ahora mismo, con mi trabajo, y, no habiendo publicado nada ni teniendo ingresos por esa parte (aunque tengo entendido que son pocos a no ser que vendas un montón), es imposible plantearme trabajar esas horas en mis manuscritos. Aprovecho las noches, los fines de semana, las vacaciones, duermo menos... Es por eso, que en mi caso, mis relaciones familiares y mi tiempo "propio" queda reducido a la mínima expresión. Pero intento compensarlo, no obstante, me siento a veces culpable por ello. Supongo que sería más fácil si publicara y mis padres, amigos y familiares vieran que realmente "mi afición" tiene tintes de algo más.
Por cierto, muy buena la entrada en tu blog, pero me ha sabido a poco. Esperaré impaciente la siguiente.
Un abrazo, amigo.

Sergio G.Ros dijo...

Hola Marta, gracias por pasarte. Estoy contigo en que para escribir, como en cualquier otra cosa, necesitas sentirte cómoda. Me recuerda a mi época de estudio: había gente que estudiaba con walkman, otros en bibliotecas, otros en aularios, otros viendo la tele, y gente que no podía estudiar más que en su casa. Escribir es lo mismo: cada uno necesita su espacio. Lo que ocurre es que ahora, ya trabajando y con otras responsabilidades, es más difícil encontrar ese espacio ideal.
Has tocado mi fibra sensible: el maestro King, je,je... Una máquina el tío. "Mientras escribo" es una verdadera fuente de inspiración.
Gracias, se lo diré a Kei-Kei de tu parte.
Un beso.

Ithur dijo...

Sí, Deusvolt, un cuervo, aves muy inteligentes, lástima que se les tema por tradición.
Recordé en el foro felicitarte, pero con mi estado... no recordé poner nada aquí.
Nosotros también necesitamos estirar, por decirlo de alguna manera, en mi caso empleo todo el tiempo posible en mis novelas, aunque ultimamente intento ser más una persona real que un ogro escondido xd, paso demasiado tiempo delante de la máquina de escribir.
La verdad es que "Mientras escribo" es uno de los libros más usados últimamente para comentar XD.
Saludos, y felicidades por este blog.

Warkos dijo...

siempre se escribe mejor en silencio, es evidente, o al menos para mí, porque veo que otros ponéis música o películas, pero a mí me pasa muchas veces que el ruido ya me suena como a lo lejos y casi no me molesta, los vecinos, las teles, los coches... ruido por una banda y por otra, totalmente rodeado.

si algún día no pudiera soportarlo quizá no sería mala idea cogerle la palabra a Hemingway y salir pitando de la gran ciudad.

Sergio G.Ros dijo...

Bueno Ithur, no sé por qué pero yo, a los pájaros y en general a los animales, les caigo bien. Deben presentir que "soy buena persona", je,je.. Lo que dices respecto a ser "visible" o real es una gran idea. ¿Sabes? A veces he tenido la absurda imaginación de que si me hiciera famoso de narices con las novelas (qué tontería ¿no?) no debería recluirme en mi gran mansión. Pienso que, alejarte de la realidad, del mundo, te quitaría la inspiración para escribir. Porque si no concoces lo que te rodea y te afecta, ¿de qué demonios vas a escribir? No sé, a lo mejor se me ha ido la cabeza.
Gracias por tus palabras.

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja... Warkos, uno se termina acostumbrando a lo que le echen: que se lo digan a Cervantes, del que se cree escribió un montón estando encarcelado. Pero estoy contigo que es mejor el silencio, la soledad... Supongo que así puedes encontrar "tu voz interior". Y sí, no estaría mal salir de la ciudad durante un tiempo. Si hay pelas, claro.
Un abrazo.

oriafontan dijo...

Es lógico que para escribir se necesite tranquilidad. Muy simpáticos los nombres de los pajaritos.

Lola Mariné dijo...

Escribir es una tarea solitaria. Dura para quienes como yo, somos expansivos y nos gusta charlar y estar con gente. Pero tambien necesito absoluta tranquilidad y silencio para sumergirme en la historia; una vez alli, ya no me importa, me olvido de todo lo demás.
Saludos y gracias por la visita.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Oriafontan por la visita. Lo de los nombres es cosa de mi mujer que es una fenómena para esas cosas.
Un saludo.

Sergio G.Ros dijo...

¡Hola Lola!Gracias a tí por pasarte. Lo de que hayas fichado por Sandra Bruna es una pasada. En sí mismo el proceso de escritura es una tarea solitaria, tiene que serlo a la fuerza, independientemente de la atmósfera que haya alrededor del escritor. No obstante, eso no tiene que cambiar el carácter de las personas. Mira a Hemingway, se encerraba en su cuarto para escribir y pasaba el resto del día de fiesta en fiesta.
Un saludo y gracias a tí por pasarte.

Pilar dijo...

Me ha encantado esta entrada y todos los comentarios. Yo también tengo un pájaro "raro", un Mainate del Himalaya; habla un montón, imita todos los sonidos, empieza a las siete de la mañana y no para hasta la noche... jejeje, pero es un encanto. Alguien ha mencionado un cuervo, Lama, así se llama mi Mainate, también es negro, pero tiene unos preciosos orejones amarillos en la cabeza y es algo más estético. Lo tengo al ladito de mi mesa y mi ordenador, así es que, siempre le tengo de fondo. Me he acostumbrado a leer o escribir con todo tipo de "fondos". Mis hijos, su música (infernal a veces), la televisión, interrupciones de todo tipo, la perra, la gata... Pero consigo aislarme, creo una especie de burbuja a mi alrededor que sólo se abre cuando realmente me necesita alguien. Así es como me apaño. No necesito el silencio, pero si alguna vez consigo atraparlo... también me recreo en él, aunque un fondo del vaivén de las olas del mar no lo rechazaría nunca. Yo también tuve una parejita de agapornis, Pepa y Pepe, al ver al tuyo, Deusvolt, me ha dado un vuelco el corazón. Un saludo a todos.

Armando Rodera dijo...

Aunque ya me había pasado varias veces por aquí, es la primera vez que te dejo un comentario, Deusvolt. Me enteré hace poco de que tenías un blog, aunque hace ya tiempo que me sonaba tu nick.

Soy un antiguo visitante de Bibliotecas Virtuales (más lector que participante asiduo) y alguien que ha aprendido mucho con el famoso hilo iniciado por Elisabet sobre "Mis contactos con las agencias". Luego lo animasteis gente como tú, Malube o Espartano, y al ver el éxito que van teniendo estos compañeros de letras, uno se anima aún más.

Mi primera novela la escribí a ratos y no tenía una mecánica propia. A veces incluso con música clásica o ruido. La siguiente la he escrito en casa, yo solito y como tú, sin ningún ruido. Cuando empiezan los vecinos a molestar, ya no me concentro. Tampoco me acostumbro a escribir con la tele puesta o la compañía de mi chica, que me pongo a hablar y no me cunde. En el fondo, soy también un solitario.

Pero tienes razón en que somos algo especiales. Nos dejamos las pestañas, invertimos un montón de horas, trabajamos noches y fines de semana, pero disfrutamos con ello!!! Ojalá pudieramos vivir de ese trabajo, no nos importaría a ninguno.

Por cierto, felicidades por tu bitácora.

Saludos.

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja, Pilar me ha encantado tu comentario, nada más leer la especie de tu pájaro: "Mainate del Himalaya" lo he buscado en el Google. Tiene rostro inteligente y las plumas de un negro brillante (por lo menos las imágenes que he visto), seguro que es lindo y que lo queréis un montón. Cuando todavía vivía con mis padres, mi madre se emeñó en comprar un loro, un yako africano gris de cola roja, al que pusimos "Julio" como a mi padre (para fastidiarlo, claro). La sorpresa fue saber que los loros pueden vivir cerca de 80 años, por lo que, a la larga Julio se vendrá conmigo. Es decir, formará parte de la herencia de mis padres. Los pájaros dan mucho trabajo y no se puede tener el mismo tipo de relación con ellos como con gatos o perros, pero a su modo son cariñosos, aunque también los hay antipáticos, picones y chirriantes, je,je... Admiro a gete como tú, Pilar, que puede concentrarse con tal follón. Pero es lo que hay. Además, no siempre el ruido es algo molesto. ¿No era la J.R. Rowling la que escribió Harry Potter y la Piedra Filosofal en una cafetería?
Un beso y gracias por pasarte.

Sergio G.Ros dijo...

Hola Armando, es un honor que te pases por aquí cuando quieras y dejes tus comentarios. Me alegra muchísimo de que lo hagas y además, si vienes de Bibliotecas Virtuales mejor que mejor, que ha sido y es mi foro-hogar. Soy de la opinión de que habría que poner un monumento a Elisabet por la entrada de "Mis contactos con las agencias", ya que ha pasado de los 1000 post y podría en sí misma encuadernarse y hacerse un libro con ella. Creo que recoge los consejos más importantes que debe conocer un novel para publicar (ojo, que yo aún no lo he hecho).
¿Tú también estás en la brecha? Je,je.. cada día me sorprendo más de la cantidad de noveles que nos apiñamos en la barrera de agencias y editoriales. ¿Verdad que somos un montón? Pues nada, compañero, mucho ánimo que el camino es largo y duro, pero en compañía se hace mejor.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
P.D. Sí, hay un buen puñado de escritores en Bibliotecas Virtuales: Malube, Espartano, (En su día Elisabet), Ithur, Zanbarbone, Warkos, y cada vez se unen más, por lo que, poco a poco, el foro emerge de sus cenizas: Manela, Nenepower, Barbara, Casius...

Blanca Miosi dijo...

Un pajarito que me imagino es pequeño porque por los alrededores de casa no existen pájaros grandes, pía todas las mañanas a las 5 y 30. El gobierno cambió el horario, ahtes 5 y 30 eran las 6 de la mañana, pero el pajarillo no lo sabe, así que sigue piando a su aire. Es mi despertador. Escribo una hora de madrugada, aunque generalmente lo hago de noche, y preferiblemente sin ruido.

Me ha encantado tu post.

Besos,
Blanca

Blas Malo Poyatos dijo...

Maravilla de entrada, Sergio. ¡La descripción psicológica de tu agapornis hace justicia a tu prosa!

¡Por fin! tengo vacaciones, y aunque estoy a Dia D-7, estoy decidido a mi empujón final a EEDLA.

En mi casa tengo Cascos Antirruido de la obra, y te aseguro muchacho, que estoy siempre tentado de usarlos. Pero yo creo mi burbuja con música; me pongo Ancient FM en el Internet y ¡Hop! ya estoy dentro de la historia. Si no, recurro a la radio convencional. Alguien dijo que la música se creó para poblar nuestra soledad.

Un saludo

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja... ¡Pobre pajarillo, Blanca! ¿En qué estarán pensando los gobiernos? Deberían avisar a los animales del cambio de horario... Coincido contigo en lo de escribir temprano. Desde que escribo en serio, me levanto al amanecer (antes dormía como un lirón, sobre todo los fines de semana). Apenas levantarme, me lavo la cara y me siento ante el ordenador portátil. En esos momentos es cuando mejor me siento para escribir porque el silencio y la sensación de soledad es completa. Pero cuando el tiempo apremia, escribo también por las tardes y, sobre todo, por las noches.
Muchas gracias por pasarte. Un besote.

Sergio G.Ros dijo...

Como siempre, gracias por tus palabras, Blas. Animan mucho. Casualmente te estoy respondiendo a las 5:50 a.m. porque acabo de regresar de una despedida de soltero. ¿A tí ya te la han hecho?
Je,je... De momento, soy incapaz de escribir con música. Necesito total concentración y en mi caso es a través del silencio. Aunque nunca se sabe.
Un abrazo: ya te queda poco.
Ah, y enhorabuena por las vacaciones. Te las mereces.

Anónimo dijo...

¡Qué bonito tu periquito! Acabé en tu blog a través de prosófagos y vine a dar con esta entrada.

Es curioso que necesites absoluto silencio para escribir. ¿No te distrae el propio silencio? A veces es más cómodo estar rodeado de ruiditos cotidianos (no sé si el canto de tus pájaros podría considerarse así :) ). Quizás es una manía personal. Como comentaba alguien arriba, sin música no podría concentrarme.

La cita de Hemingway es genial, sencillamente. Es cierto que a menudo, al escribir necesitamos un nivel tal de concentración que dejamos de prestar atención a otras cosas. Me encanta también la última frase de tu entrada.

¡Enhorabuena por el blog!

Sergio G.Ros dijo...

¡¡Hola NaTTs !! Encantado de tenerte por estos lares, y más viniendo de tan insigne casa como Prosófagos.
Bueno, es una pregunta interesante la que haces: por lo general sí me incomoda el silencio, pero cuando escribo, con los tapones puestos, se crea un "vacío" que me reconforta: ahí estoy yo, andentrándome en lo profundo de mi mente, con la penumbra de la habitación, la luz verde de mi lámpara de mesa (una manía, como la de las bibliotecas) y la luz propia de la pantalla del ordenador. Cada autor recrea su atmósfera, algo íntimo donde se encuentra a sí mismo. Soy algo despistado, y supongo que esa es la única forma de centrarme.Tú te concentras con música, ¿qué música? El tito King lo hace con rock duro o heavy metal si no recuerdo mal. Para gustos los colores, ¿no te parece? Je,je.. Oye me alegra mucho que hayas venido, amiga. Pásate cuando gustes. Por cierto, he visto que también tienes un blog. Le echaré un vistazo.
Un beso, guapa.

Zanbar dijo...

Yo escribo con música, y no clásica precisamente. La necesito para concentrarme. Yo con ese pajarillo no me concentraba, jaja, qué zoo, Dios. Y anda que Ithur con el cuervo, se parece a Poe. Yo en casa tengo dos gatos, una parece un mono y se me sube al hombro, y el otro cuando se aburre me da bocados en la pantorrilla XD

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja...Zanbar... pues sí, vaya zoo, y falta nuestra perra, una cocker spaniel, aunque la tenemos en el patio porque cuando lameto en casa se aburre y no te deja tranquilo.
Es curioso lo de la música. Yo no podría, pero claro, cada uno tiene su método.
Ah, y tú tampoco te quedas corto con los gatos, que aunque independienes si se ponen folloneros, pues eso, se ponen folloneros...ja,ja.
Un abrazo.

Mónica Bezom dijo...

Hola, Deusvolt: muy bueno el post. Pasando por todos los tonos de sueños y vigilias, y toda clase de recetas, creo que si bien cada cual tiene su propio método, a la hora de escribir hay un factor común: la necesaria, inefable, poblada de presencias invisibles a los demás ojos, de la Soledad. El escritor es un resultado del cincel de la Soledad. En esos instantes, se esculpen palabras, historias, descargos y mundos. En esos instantes, me atrevo a afirmar, el escritor es un dios que se mueve tranquilamente entre los fenómenos universales y se acerca demasiado a las respuestas de ciertos misterios.
Cuando llega la necesaria pausa, es un humano más, cascarrabias, alegre, madre, padre, hijo, rebelde, taciturno, solidario, egoísta o mentiroso. Lo sabio, me imagino que es poder distinguir -y ceñirse- a las diferencias de ambos estados, para no caer en el vano encierro de la soberbia, donde se sepultan las ideas y se agota la pulsión del poeta.

Vaya, qué rollo te he soltado, me ha inspirado este artículo. Salúdame al pajarillo.

Abrazos.

Turkesa
www.expresamenteturkesa.com

Sergio G.Ros dijo...

¡Hola, Turkesa! Me alegra mucho que te pases por el blog, y más si cabe, con ese hermoso comentario que nos has dejado: chica, ¡es para enmarcarlo! Oye, qué bien escribes.
Además, tu reflesión es muy acertada. La soledad es el vasto imperio del escritor, dueño y señor de todo lo que ve, oye o en definitiva, siente. Un señor despótico que juega con el destino de sus personajes... je,je.. Bueno, en mi caso no es del todo cierto. Ya he comentado que mis personajes, bueno... ellos hacen lo que les da la gana, prácticamente.
Un abrazo muy fuerte, Turkesa. Lo dicho pásate cuando gustes. Gracias por tu hermoso comentario.

Mónica Bezom dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mónica Bezom dijo...

Deusvolt: Muchas gracias por tan amable respuesta.
Pero ¡Ay, no!En nigún momento quise sugerir que el Escritor fuera "Un señor despótico que juega con el destino de sus personajes...". Es -para mí ¿eh?- como... un dios respecto del cual sus creaciones cobran vida propia, y salen a los caminos para hacer cualquier desatino... Que el dios-escritor tendrá que componer. Como ves, me sucede igual que a tí, y lo he oído ya de muchos escritores: en algún momento, los personajes se rebelan (como los hijos adolescentes, ¿viste?) y se van en sentido contrario. Sin ir más lejos, he escrito un cuento humorístico -que calculo que sigue dando vueltas por el foro-, en el que los personajes son los foreros, incluida yo, pero... ¡escaparon a mis intencioneso y al destino que les tenía preparado! ¡Jajaa! Así sucede pues: TAL COMO DICES.

El cuento que te digo se llama "Consorcio de Propietarios" y anda por la página 3 de Prosa.
http://www.prosofagos.com/viewtopic.php?f=3&t=1482

Besos.

Y gracias por tus palabras.

Sergio G.Ros dijo...

Ja,ja..buena intervención, Turkesa. Los personajes son la monda, hay que tenerlos a raya, o como se dice por acá (no sé si deci también allá) "atarlos en corto", porque si no, se te desmadran... Oye, le echaré un vistazo a tu relato.
La verdad, me siento culpable porque no suelo leer muchos relatos de gente en los foros, pero, chica, ¡tengo tantas cosas que hacer! je,je... Ya te diré algo.
Un beso.