sábado, 5 de septiembre de 2009

Con la puerta en las narices


Como autor novel, una de las primeras cosas que uno debe aprender es a recibir rechazos. Yo, que llevo tres años escribiendo en serio, he perdido la cuenta de los míos. Al principio, optaba por mandar mis manuscritos, fotocopiados y encuadernados, vía correo certificado, con el gasto económico que ello suponía. Después, entré en foros y blogs de escritores y descubrí cómo debía plantearse la estrategia para publicar, de la que hablaré en próximas entradas (aunque no sé si mi experiencia puede ayudar a alguien porque, siendo realistas, yo no he conseguido publicar todavía).
Bueno, quisiera que el motivo de esta entrada sirviera para dar una tirada de orejas a las Editoriales, por su poca, poquísima originalidad. Precisamente ese baluarte (la originalidad) que tanto enarbolan delante de los escritores aspirantes y, que tan paupérrimamente usan ellos.


LA CARTA DE RECHAZO.

Toda carta empieza dirigiéndose al "desgraciado aspirante":

Estimado/a Sr. XXX (Apellido),
  • PLANTEAMIENTO: "Hemos recibido su obra.... para valorar su posible publicación", "Le agradecemos que se haya puesto en contacto con nuestra editorial y nos haya hecho llegar su manuscrito titulado....", "Le agradecemos la posibilidad de valorar su obra....", "Hemos examinado con la mayor atención la obra,...., que tuvo la amabilidad de someter a nuestra consideración"., "Recibimos la propuesta de publicación de la obra...., que tuvo la amabilidad de enviarnos...", "En primer lugar, Editorial... le agradece el envío de su original....", "Ante todo queremos agradecerle que nos haya ofrecido la posibilidad de valorar su novela...."
  • NUDO: "Lamentamos, sin embargo, tener que informarle que, a la luz de los informes de lectura recibidos, entendemos que su original no se adapta a nuestro programa de publicaciones actual, por lo que no vemos viable su publicación en nuestra editorial en estos momentos", "El hecho de haber completado la programación de 2008, y gran parte de la de 2009 nos obliga a ser muy exigentes al considerar las expectativas de venta de los originales recibidos", "Lamentablemente, nuestro comité editorial ha estimado que no se ajusta nuestra programación...", "Lamentablemente no encaja en nuestros planes editoriales", "Lamentamos comunicarle que, tras analizar dicho manuscrito, la decisión de publicación ha sido negativa", "El hecho de haber completado la programación nos obliga a ser muy exigentes con los títulos contratados y sus expectativas de venta", "Tras estudiar sus posibilidades de publicación, lamentamos comunicarle que no estamos interesados en la edición de la misma, dado que, en estos momentos, no encaja en ninguna de nuestras líneas editoriales", "Ante todo queremos agradecerle su interés en nuestra labor pero lamentablemente, en la actualidad, y tal y como le hemos informado no vemos la posibilidad de encajarlo en nuestro catálogo, que además tenemos cerrado para los próximos años".
  • DESPEDIDA Y CIERRE: "Tal y como le comunicamos en nuestra carta anterior, no devolvemos los textos recibidos. Esperamos poder colaborar con usted en otra ocasión", "Sin otro particular, le deseamos mucha suerte en sus futuras gestiones editoriales y le enviamos un muy cordial saludo", "Confiamos en tener la oportunidad de colaborar con usted en otra ocasión y le enviamos un atento saludo", "Agradeciendo su confianza en...., reciba nuestro más cordial saludo", "En cualquier caso, confiamos en que sus futuras gestiones editoriales den fruto, y que pronto, pueda ver su obra publicada", "Por motivos logísticos, no nos es posible la devolución de los manuscritos recibidos y no seleccionados para su edición, por lo que procederemos a la destrucción de la copia que nos mandó", "Aún así, le deseamos todo los mejor tanto con esta obra como en sus futuros proyectos".

En fin, como podéis ver todas las cartas de rechazo contienen claras semejanzas, cuando no son prácticamente iguales. Tienen especial inclinación a utilizar expresiones como:

"Lamentablemente", "Le agradecemos", "línea editorial", "catálogo", "programación" , etc.

Lo que yo lamento, sobre todo, es la escasez de comentarios personalizados, humanos. Sé que tal vez eso suene a quimera, pero me gustaría encontrarme una nota a boli que pusiera lo que fuera: "Tu novela es una basura", "Aburre", "Demasiada paja", "Chico, deja de usar la voz pasiva"...mmm... Lo que sea que no haya salido de una contestación estándar. En el libro "Mientras escribo" (que me parece voy a citar un buen puñado de veces), Stephen King cuenta la siguiente anécdota:
En primavera de mi último curso en el instituto de Lisbon (o sea, en 1966) recibí un comentario manuscrito que cambió para siempre mi manera de enfocar las revisiones. Debajo de la firma del director, reproducida a máquina, figuraba a mano lo siguiente: «No es malo, pero está hinchado. Revisa la extensión. Fórmula: 2da versión = 1ra versión - 10%. Suerte.»

Según King aquel comentario supuso una gran inspiración para él, y creo comprenderlo. Guardo mis cartas de rechazo en un sobre plastificado, y no cuento, las que hay en mi carpeta de Hotmail. Pero son gajes del oficio. No pienso rendirme por unas cuantas hojas impresas por una máquina.

Para finalizar esta entrada, pongo mi propia carta de rechazo a un Editor:

"Estimado editor,
Ante todo quisiera agradecerle su interés en mi novela, pero lamentablemente, en la actualidad, y tal y como le he informado no veo la posibilidad de que este bestseller con ofertas de traducción a cincuenta países y varios estudios de cine, pueda encajar en su línea editorial. Por favor, no insista. Además, tengo entendido que ya han cerrado el catálogo para los próximos años.
Véalo por el lado positivo. El gobierno va a subir los impuestos, y, puesto que iban a ganar un fortuna con mi novela, tendrían que haber pagado gran cantidad de ese dinero a Hacienda.
Aún así, le deseo a usted y a su grupo, todo lo mejor para sus futuros proyectos.
Reciba un cordial saludo"

21 comentarios:

Marta Querol dijo...

Jajaja, ¿qué quieres que te diga? Que está fenomenal, real como la vida misma, y que es la historia de muchos noveles que se quedan con la sensación de si alguien habrá leído de verdad su obra.
Estoy segura de que se ahorrarían trabajo en general si al recibir algo infumable dijeran claramente que aquello no es publicable, pero las editoriales saben que los escritores son lectores, clientes potenciales a los que es mejor no cabrear, no sea que ya no compren en su editorial. Como si un lector eligiera libros por la editorial que los publica y no por la obra y el autor.
Pero así son las cosas, y así las ha contado Sergio, con mucho acierto.

Blanca Miosi dijo...

Devoust, coleccionista de cartas de rechazo, podrías escribir una novela que se llame: "el coleccionista" Tú sabes, los títulos que invento siempre son cortos y lacónicos, así como la nota que he enviado a la editorial que publicó mi primera novela y a la agente con la que ahora cuento.

No he tenido oportunidad de leer cartas de rechazo, pero creo que si las recolectara haría algo con ellas, algo productivo, bueno, ya tú lo estás haciendo al publicarlas en tu blog.

Me ha gustado mucho la carta de rechazo a la editorial. Es inspiradora.

Muy buena entrada, te felicito!
Blanca

Sergio G.Ros dijo...

Ji,ji.. Marta pues eso, lo gracioso es que no podemos decir nada! Así están las cosas, las tomas o las dejas. Nada, uno tiene que hacerse el duro, cubrir su corazoncito de una gelatina protectora y esperar a que el portazo no le parta la nariz. Supongo que eso de los rechazos se difuminará en el tiempo cuando a uno le publiquen. Será como un recuerdo tierno o no tan tierno del caminito que hizo hasta conseguirlo. Lo importante es no desesperar.
Y, claro que hay cierta hipocresía en las contestaciones. Tu teoría de lectores potenciales es muy acertada. Tampoco quieren tener mala publicidad. Imagina que yo, por ejemplo desde mi humilde blog hablara mal de ellos, y como yo, lo hicieran muchos mas blogs amigos... Buff juntanto puñaditos y puñaditos de internautas quizá salga una cifra nada desdeñable. Más si cabe que todos somos lectores de pro.
Un placer que te pases por aquí, Marta, muchas gracias.

Sergio G.Ros dijo...

Blanca, tus títulos me gustan. Precisamente yo le doy vueltas a los títulos de mis obras y no consigo hacerlos cortos, tal vez, es porque es mi forma de ser: ¡no sé resumir! je,je.. Lo importante es la honestidad con uno mismo. Respecto a lo de hacer una novela de este tema, no creas que es una mala idea, no.
Por cierto, me interesa eso que dices que tu carta a la editorial fue breve, ¿cómo de breve? Hola, soy B. Miosi, les ofrezco mi novela el legado, stop, versa sobre el vidente que influenció a Hitler, stop, 410 páginas. Je,je... no te lo tomes a mal, pero es que yo no veo manera de que me hagan caso, guapa.
Lo de publicar retazos de cartas de rechazo, al menos, sirve para que los que lean esta entrada no se asusten al recibirlas, je,je..
Vamos, digo yo.
Como siempre, muchas gracias, Blanca.

Blanca Miosi dijo...

Devoust:

No envié carta a Roca, estaba visitando su página porque una amiga me había enviado su novela: el pintor de Flandes, y me fijé en la editorial, me gustó la portada, y me dije: me gustaría que publicasen La búsqueda. Entonces pinché en "contacto" y pegué la sinopsis, con tan mala suerte que en lugar de escribir una nota acompañádola, pisé la tecla "enter" y se fue. Al poco rato, recibo respuesta en mi correo: ¿Me podría enviar el manuscrito como archivo adjunto? y ¡claro que lo envié!!

A los quince días la editorial me informó que querían publicar la novela.

Con Antonia Kerrigan sucedió algo similar. No envié carta. Sólo una sinopsis de quince líneas, y debajo:

"Quisiera saber si estaría interesada en representarme.
Atentamente,
Blanca Miosi"

Recibí una contestación automática diciendo que no esperase respuesta sino hasta dentro de seis meses. Pero seis días después recibí una carta diciendo que enviase la novela. Y otros seis días más que quería representarme.

Como ves, mi experiencia en editoriales y agentes no es muy larga, así como no lo son mis cartas y mis títulos. Creo que ellos están hartos de leer cartas en las que el escritor trata de "vender su obra" Simplemente no las leen. Espero haberte servido de alguna ayuda.

Besos,
Blanca

Sergio G.Ros dijo...

¡¡¡Jolines, Blanca, no me digas esas cosas que me pones los dientes largos!!!!!
Ja,ja.... Muchísimas gracias por tu rápida y sincera contestación. Lo que acabas de contar es un ejemplo de que al final, si los agentes quieren, escogen y no hay que dar tantas vueltas. Fíjate tu caso, quince líneas y una nota breve y nada más. Pero, ¿para qué quieren algo más? Me ha parecido un comentario muy esclarecedor y te lo agradezco sinceramente.
A mi me cuesta bastante resumir y hacer una buena sinopsis, pero tengo claro que debe ser breve y concisa.
Quizá siga tu estrategia querida Blanca en próximas tentativas, cuando acabe de corregir mi última novela.
Creo que todo lo demás es pura parafernalia y que, como bien dices, los agentes y editoriales apenas tienen tiempo para leer.
Saludos.

oriafontan dijo...

Siempre está el camino de Jack London y su antólogico Martín Eden. A él lo que le amargó no fué las cientos de negativas si no la falta de comprensión de su amada.

Si los que te leen aprecian tus escritos y con suerte y tenacidad algo se conseguirá.

Dicen que Manuel Machado era mejor poeta que Antonio Machado; ignoro si será cierto pero al menos de serlo, el primero siempre tendrá a alguien que reconozca esa supuesta verdad.

Ithur dijo...

Deusvolt, sobre todo sabes que me encanta la carta de rechazo al editor. Y como es de esperar estoy de acuerdo si la novela es una basura, podrían decirlo y punto, yo no miro la editorial cuando encuentro un libro que me gusta, simplemente me gusta.
Os leo, mientras habláis de editores y agentes, y me siento pequeñito pequeñito. Ni se me pasó por la cabeza un agente, aunque no esperaba editar de ninguna manera. Mi carta fue breve también: "adjunta les envío mi novela, primera parte de una saga".
Estoy seguro Deusvolt, de que algún día, antes de lo que piensas, mirarás tus rechazos y reirás al recordar los esfuerzos del pasado. Al menos así lo espero, compañero.
Como siempre interesante. Un saludo, y a devorar a esos editores.

Sergio G.Ros dijo...

Je,je... Oriafontan, tengo que leer ese libro: "Martín Eden", que siguiendo tu consejo, compré hace unos días. Bueno, lo del reconocimiento es un tema delicado. Yo creo que hay algo de hipocresía cuando se trata. Muchos autores dicen que se conforman con que los lean unos pocos, aunque sea gratuitamente. Ummm... Bueno, yo siempre he dicho que me encantaría vivir de la escritura...ja,ja.. Sé que es un imposible tal y como están las cosas, pero es mi sueño, y sin sueños no seríamos humanos. De todas formas, aunque no me publicaran seguiría escribiendo. Una cosa no quita a la otra. Escribo porque me gusta escribir, porque lo necesito. No se trata de ninguna parrafada, créeme. Aunque es hermoso que una persona se emocione con lo que escribes. Solo una ya es un logro.
Un abrazo.

Sergio G.Ros dijo...

¿Pequeñito tú, Ithur? Vamos, que sabemos que te gusta comer, ¿no? Ojo, a mí también (lo he aventurado, no tengo ni idea de que te guste mucho). Tranquilo, lo de sentirse pequeñito a mí me pasa a menudo. Sobre todo cuando me he topado con algunos escritores. PEro es normal, mira al compañero Oriafontan, él ha leído a los grandes clásicos, sobre los que -y me sonrojo- yo tengo muchas lagunas. PEro es bueno conocerse y dejarse aconsejar. Es bueno tener otros puntos de vista ¿Sabes? Me apunté hace unos meses a una tertulia literaria para ver opiniones de otras personas. El aislacionismo no deja de ser eso. Aunque tipos como el gran maestro Hemingway abogaran por la soledad del escritor, que, en parte, comparto.
Lo del agente es muy recomendable amigo mío. Ten en cuenta que él o ella (normalmente ella) se encargará de buscar la editorial más adecuada y forzar los temas económicos además de asesorarte en lo contratos. Lo que ocurre es que aquí, en España, hay pocos agentes si lo comparamos con EE.UU.
Muchas gracias por tus buenos deseos, amigo. Quizá en un futuro no muy lejano podamos vernos en alguna presentación de un libro. ¿Qué tal el tuyo?
Un saludo y no te sientas pequeñito. Tal vez te sientas así, porque tu arte es demasiado grande.

Ithur dijo...

¿Yo presentando un libro?, no me lo imagino, la verdad. Seguramente estaría yo allí, con mi aspecto desaliñado, y la gente mirando extrañada diciendo en voz baja: "¿Ese ha escrito un libro?" y los niños mirándo con curiosidad y las madres cogiendo sus manos para llevarselos a rastras "No le miréis". Pero yo manteniendo mi sonrisa forzada. Por cierto, claro que me gusta comer, XD.
Lo más parecido a una tertulia que he tenido jamás es charlar con un amigo, y nada más. Me gusta hablar con otros que comparten mis gustos y conocer sus opiniones, aunque en cierto modo soy más de refugiarme en mis cloacas XD.
No creo que mi arte sea grande, soy un simple escritorcillo del montón, como siempre digo un montón enorme. Además, yo sólo pongo la máquina y mis dedos, todo lo demás se hace solo. Siempre hay mucho que aprender, así que hay que estar atento.
Un saludo, compañero.

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Sergio, comparto tu sueño, y de verdad digo que si consiguiera vender digamos 25.000 ejemplares de una novela, uhm, de veras me plantearía algunas realidades. Ya veremos.

Desde luego, el panorama es desolador, pero para eso el escritor debe ser honesto. Y debe intentar mejorar siempre; para eso hay que continuar leyendo y escribiendo.

Un saludo. ¡Y reitero la excelencia de tu entrada anterior!

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Blas por los ánimos. Me alegra de que tú, al menos, estés ya más cerca de conseguir ese objetivo con el que soñamos todos. Espero de corazón que tu novela encuentre pronto editorial (que seguro que sí) y que sea un éxito. No dudes que la leeré con gusto.
Un abrazo, amigo.

Daniel DC dijo...

Hola Deusvolt,

Ver esta entrada, me trajo recuerdos. Quizás mi comentario te pueda ser útil.

La literatura y el cine, parten del mismo principio: la industria del entretenimiento.

Hace una década, comencé a entrar en la cinematografía y opté por el camino difícil: enviaba guiones a los estudios, productoras y agencias de representación. Todas me mandaron cartas de rechazo. Luego me propuse estudiar cine y al participar en los festivales, conocí a personas clave que me ayudaron a comprender, cómo opera la industria del entretenimiento.

Desde ese entonces, defiendo a la industria y su mecanismo de operación.

Tanto las productoras de cine y televisión, como las editoriales y agencias literarias, reciben miles de manuscritos “no solicitados” todos los días. Los lectores asignados, deben presentar un informe de los posibles recomendados; la decisión que tome la directiva, dependerá de la corriente literaria o idea del momento.

¿Qué hace un lector asignado cuando toma un manuscrito? Revisa la primera página; si no cumple con los estándares, de formato y estructura literaria, lo descarta y toma el siguiente manuscrito.

Si un manuscrito llama su atención, lee aleatoriamente dos o tres páginas para ver si mantiene el formato; de no cumplirlo, lo descarta y va con el siguiente, hasta encontrar uno que si cumpla con los estándares.

La política interna estipula que no deben leer manuscritos no solicitados (los que más abundan), como no pueden responder a miles de personas todos los días, tienen un formato de carta de rechazo que envían como solución diplomática.

Mi recomendación: no envíes tu manuscrito a las editoriales; te ahorraras dinero y frustraciones; es preferible que al tenerlo tu manuscrito listo, redactes una carta sinopsis y te busques un agente literario.

Nunca menciones a los agentes literarios o las editoriales que has escrito novelas (es el primer signo de un amateur), refiérete a tus historias como manuscritos. Luego que publiques, la editorial esperará tu siguiente proyecto y es ahí cuando puedes decir que estas escribiendo o finalizando tu nueva novela.

Espero que esta información que aprendí a lo largo de los años, te sirva de ayuda.

Un cordial saludo,

Daniel DC

Esther dijo...

No sé, Deusvolt.

¿Originalidad? ¿Esa es la piedra fundamental?

Bueno... entonces, a la hora de ser original... quizás el enviar el manuscrito y, adentro, la carta de rechazo... "oigan, señores editores, si me van a decir que no con una "carta molde", pues ya les envío de entrada mi respuesta, así ni ustedes ni yo perdemos el tiempo".

Hablando en serio: me encanta la carta de rechazo.

Abrazos,
Esther

Sergio G.Ros dijo...

Daniel DC, ¡muchas gracias por tu aportación! Me ha parecido la mar de interesante, y me apunto eso de no poner "novelas" si no "manuscritos", ¿vale el comodín de "obras" o suena demasiado pedante? De todas formas, Daniel, aunque hayas trabajado en el medio, y desde dentro, ¿no te parece un poco descorazonador? Tus propias palabras: "Si un manuscrito llama su atención, lee aleatoriamente dos o tres páginas para ver si mantiene el formato; de no cumplirlo, lo descarta y va con el siguiente, hasta encontrar uno que si cumpla con los estándares." No lo digo como ataque ni nada de eso, entiéndeme, lo digo porque juzgar toda una obra solo por unas breves páginas, y que se asemejen a "un estándar" que véte tu a saber cuál es... no deja de ser... Buff.. aterrador!! En fin, me alegra contar con tu opinión y te agradecería cualquier comentario que puedas aportar a un "amateur", "novel" e inexperto como yo.... ¡¡¡Tengo mucho que aprender!!! Es verdad, gracias a gente como tú, y otros amigos y amigas de foros y blogs he ido recopilando experiencia y consejos que ayudan y dan esperanzas.
Un abrazo, Daniel.

Sergio G.Ros dijo...

Gracias, Esther. Me pregunto -y otros amigos virtuales también- qué ocurriría si de verdad mandara la carta de rechazo. Quizá algún editor u agente con algo de ironía enarcara una ceja y consiguiera llamar su atención. Pero probablemente, lo que ocurriría sería todo lo contrario.
Pues sí, a mi, en concreto, me han rechazado un manuscrito diciéndome que, a pesar de estar bien escrito y ser ameno, tocaba cuestiones un poco sobadas y poco originales. Temas como vampiros y cosas de esas, je, je... ¡Vampiros! ¿Te imaginas? Si quitaras esa palabra te cargarías a la mitad de la literatura y el cine que triunfa este año. Eso, sí, agradezco de corazón al editor que me rechazó por lo menos, por haberme respondido personalizadamente. Que lo cortés no quita lo valiente.
Un besote.
SErgio.

Daniel DC dijo...

Hola Sergio,

Es preferible que te refieras a tu historia con el termino: Manuscrito; con esto demuestras a las editoriales y agentes literarios, que tu obra es susceptible de ser publicada.

Cuando se está por fuera de la industria y se desconocen los motivos de una actitud de rechazo en conjunto, la persona se siente víctima y su primera reacción es hablar mal del proceso. Al emplear la empatía, se entiende por qué toman esa decisión.

Me explico:

Imagínate que consigues trabajo en una editorial, te asignan la posición de lector y te dicen: «debes presentar un informe al final del día sobre los manuscritos que te asignaremos», de pronto, te sientas en un mullido sillón y te colocan sobre la mesa 10 manuscritos. Tu primera impresión es si leo rápido, los puedo terminar al final de la tarde. Pero cercano a las 11:00 a.m., te colocan sobre la mesa 30 manuscritos más. Pudieras decir: “Bueno, entrego este informe a las 5 de la tarde y me llevo el resto de los manuscritos a casa para poder avanzar y los reporto mañana.”

Al día siguiente, con los ojos rojos del trasnocho, tienes el informe listo. Llegas al trabajo y te consigues en la mesa 40 manuscritos con la asignación del día y así sucesivamente a lo largo de la semana.

Luego de un par de meses, debes tomar una decisión: o renuncias o tomas medidas drásticas.

La solución: manuscrito que no se adapte al formato, será descartado.

“¿Cuál es el formato?” preguntarás.

Voy a preparar una entrada en mi Blog para suplir todas las dudas.

Un cordial abrazo,

Daniel DC

Sergio G.Ros dijo...

Daniel DC, tu explicación me ha parecido muy interesante. Me gustaría que cuando publicaras ese comentario en tu blog me avises para que le eche un vistazo (por cierto voy a ver si agrego tu blog en mi lista si no lo está ya).
De todas formas, aunque comprendo perfectamente la postura del "lector profesional", y me puedo solidarizar con ella "por humanidad", no resta ni un ápice a la sensación de "terror" que me produce el hecho de que se rechacen de forma sistemática miles de manuscritos por no cumplir "un estándar". ¿No te parece algo realmente inaudito y casi totalitarista? Aunque sea ínfima la proporción de manuscritos brillantes, ¿cuántas obras estupendas se estarán perdidendo en las redes de la ignorancia? No es que quiera ponerme muy pesado y rasgarme las vestiduras, Daniel, pero creo que si se publican decenas de miles de libros nuevos al año, según varias fuentes, y se gana bastante dinero con ello, ¿no se podría poner un poco más de recursos al servicio del departamento de rececpción de manuscritos? No sé, igual estoy diciendo una tontería.
Saludos y muchas gracias por tus interesantes aportaciones que aportan un punto de vista diferente.
Sergio.

Daniel DC dijo...

Hola Sergio,

Te entiendo y comparto tu opinión. La industria tiene su política interna y es difícil cambiar esa mentalidad. Lo importante es conocer el mecanismo que ellos emplean; así se superan las barreras y el aspirante a escritor puede lograr que una historia les interese a los agentes literarios o en última instancia, la editoriales.

Te aconsejo que leas el artículo que publiqué en mi Blog el día jueves 02 de julio, titulado: “La vida de un escritor.” Te ayudará a entender el panorama del mundo literario.

Un cordial abrazo,

Daniel DC

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Daniel, de momento no tengo cuenta en Facebook, a ver si saco tiempo y me hago una. Eso sí, he leído con gran interés los datos de tu entrada del día 2 de julio, las cifras son apabullantes: como bien dices son rechazados cerca del 94% de los manuscritos (¡increíble!). Sería bueno que expusieras tus ideas de "dentro del sector" para los menos experimentados, entre los que me incluyo. Echaré un vistazo a tu blog (que he enlazado en el mío) de cuando en cuando para ver lo que nos cuentas.
Por cierto, también he comentado tu última entrada.
Un abrazo.
Sergio.