Recién he vuelto de la tertulia literaria "El escarabajo Palabrero", y debo deciros que ha sido una experiencia muy grata, aunque tengo que trabajar eso de hablar en público, pero todo a su tiempo. La gente ha estado maravillosa, no hemos parado de hablar y me he sentido muy arropado. ¡Gracias a todos! Os dejo una foto, y a continuación la reseña que preparé sobre el libro que tocaba comentar: Desgracia, del premio nobel J.M. Coetzee.
Abrazos para todos.
P.D. La foto es por cortesía de la nueva y primera secretaria (je,je..) de El escarabajo: María N. Arteaga (la chica morena, vestida de negro, en la esquina izquierda de la foto):
Por Sergio G.Ros
Desgracia de Coetzee es un libro inmenso. Fácil de leer, pero nada sencillo de interpretar, si es que existe la posibilidad de interpretar un libro.
La novela es un descenso a los infiernos: asoma al lector hacia un precipicio sin fin, sin fondo. Durante la narración acompañamos al profesor David Laurie en su caída en desgracia, su vergüenza, su deshonra. Un juego de acepciones en español a partir de la palabra inglesa Disgrace, que aparecen en el texto en distintas ocasiones:
“Te culpo a ti y la culpo a ella. Todo esto es una desgracia de principio a fin. Una desgracia y una vulgaridad.”, “Supongo que he caído en desgracia.”, “Demasiada vergüenza, se dirán el uno al otro: demasiada vergüenza para contarlo”, “El perro no se deja engatusar, es debido a su presencia: de él emana un olor erróneo (Saben qué está pensando cada uno, lo huelen), el olor de la vergüenza”, “Estoy siendo castigado por lo que sucedió entre su hija y yo. Estoy sumido en una desgracia de la que no será nada fácil que salga por mis propios medios”.
“Desgracia” es una novela dura. La declaración de intenciones de Coetzee comienza desde el primer párrafo: usa el tiempo presente, una apuesta arriesgada, sin duda, pues como lectores estamos acostumbrados al uso del pasado. El pasado es un tiempo más lírico, más hermoso para escribir. El presente en comparación parece seco, gris, frío, escurridizo: incomoda al lector. Coetzee lo utiliza con maestría, en tercera persona, alternando un narrador que entra y sale de la historia, que se distancia del profesor Laurie y que a veces se confunde con él. Jugando tal vez con el mismo concepto de Flaubert en Madame Bovary, obra que, por cierto, se menciona a menudo en la novela, y con la que podemos establecer ciertas conexiones. Así podríamos decir que Coetzee utiliza el estilo indirecto, fusionando la voz del narrador omnisciente con la de propio protagonista, de modo que el lector no sabe dónde empieza uno y acaba el otro:
Ejemplos de fusión:
Está bastante colado por ella. No es algo nuevo: prácticamente no deja pasar un trimestre sin enamorarse en mayor o menor medida de alguna de sus alumnas.
En fin, en eso no hay nada digno de mención. ¿Cuándo fue la última vez que murió una oveja por causa de la vejez?
Ejemplos donde asoma el narrador:
Lucy tiene un punto irritable, de un tiempo a esta parte, para el cual no encuentra él justificación alguna.
Lo más sensato sería callarse la boca, pero él no lo hace.
Además del uso del presente, Coetzee lanza un guante a la nueva narrativa. Su novela rompe dos reglas básicas de la escritura: nada más comenzar realiza descripciones detalladas de personajes y utiliza frases afirmativas, prácticamente sentencias que convierten al narrador en un dios que todo lo sabe.
Soraya es alta y esbelta; tiene el cabello largo y negro, los ojos oscuros, líquidos…
Ese es su temperamento. Su temperamento ya no va a cambiar: es demasiado viejo. Su temperamento ya está cuajado, es inamovible.
Otra conexión con Madame Bovary: el personaje principal de Coetzee, Laurie, no despierta nuestras simpatías: es soberbio, terco, obstinado, se presenta gris y anodino, un erudito viejo que vive una vida fría, y, que, sin embargo, recibe sacudidas de deseo incontrolable y cede a ellas. El deseo como perdición.
Y, entonces, ¿con estas armas cómo es posible que Coetzee consiga una obra extraordinaria?
En primer lugar, por sus reflexiones existenciales, tan profundas y reales como las que nos asaltan a todos los seres humanos en las situaciones más inverosímiles. Esa clase de pensamientos que aparecen en nuestra mente como estrellas fugaces y que pocas personas, muy pocas, pueden retener, y menos aún, expresar de viva voz. Coetzee se convierte en un recolector de pensamientos, esos que entroncan directamente con las cuestiones más profundas, que más nos atormentan, que sacuden nuestra alma y duelen.
Se siente viejo, irritado. Ella se conduce de mala manera, está saliéndose con la suya, es demasiado; está aprendiendo a explotarlo, y probablemente aún lo explotará mucho más. Pero si ella se ha salido con la suya, él se ha salido con mucho más; si ella se conduce de mala manera, él se ha portado mucho peor. Mientras estén juntos, si es que lo están, él es quien lleva la voz cantante, ella es quien lo sigue. Más vale que no se olvide de eso.
Otro de sus aciertos es ser capaz de extraer ese tipo de reflexiones a partir de hechos físicos, de movimientos, de gestos de los personajes. Como ocurre en nuestra propia realidad:
…Si no percibe un en ella un apetito sexual pleno es solamente porque todavía es joven. Hay un momento que sobresale en el recuerdo, el momento en que ella lo engancha con la pierna por detrás de las nalgas para atraerlo más cerca de sí: cuando el tendón interno de su muslo se tensa contra él, siente el ímpetu del deseo y el alborozo. Quién sabe, piensa: tal vez a pesar de todo haya un futuro.
Además, Coetzee es muy hábil usando los “tempos” de la novela: acorta la longitud de los párrafos e imprime velocidad en secuencias vitales, usa con gran fluidez los diálogos para describirnos (por sus acciones, por sus pensamientos) a los demás personajes, y otros ardides como por ejemplo el uso de los dos puntos (:) que unen oraciones entre sí y permiten llegar a conclusiones causa-efecto.
Ciudad del Cabo: una ciudad pródiga en belleza, en bellezas.
El vino, la música: un ritual al que suelen jugar los hombres y las mujeres, unos con otros.
África aparece como un personaje propio, omnipresente en la historia, y, los estertores del Aparheid son el catalizador de la misma. En cierta forma Desgracia se comporta como un proceso de ósmosis, donde los personajes pasan de un punto a otro, dejando cosas por el camino, cualidades, esperanzas, sueños. Nada es lo mismo cuando llegan al otro lado, es ahí donde los protagonistas se muestran como seres intermedios, imperfectos y ambivalentes que no muestran sus cartas ni desvelan del todo sus secretos. Todo está dicho a media voz, se sobreentiende o, simplemente, no se dice.
Y, Laurie, el viejo Laurie contempla lo que lo rodea como un dinosaurio del pasado que no puede o no sabe adaptarse a los cambios porque no los comprende, no los comparte.
La clave quizá de todo esté en dos párrafos del libro:
Vuelve a entrar en Ciudad del Cabo por la N2. Ha estado fuera algo menos de tres meses, aunque en este lapso los asentamientos de los chabolistas han tenido tiempo suficiente para saltar al otro lado de la autopista y extenderse hacia el este del aeropuerto. El flujo de los vehículos debe ralentizarse mientras un niño con un palo arrea a una vaca extraviada para alejarla de la calzada. Es inexorable, piensa: el campo va llegando a las puertas de la ciudad. Pronto habrá ganado paciendo otra vez por el parque de Rondebosch; pronto la historia habrá trazado un círculo completo.
Si los viejos montan a las jóvenes, ¿cuál es el futuro de la especie?....Suspira. Los jóvenes abrazados, inconscientes, atentos sólo a la música sensual. No es este un país para viejos.
Creo que esa es la lección que nos deja Desgracia de Coetzee: “los viejos tiempos” son sólo un recuerdo del pasado, la naturaleza sigue su curso de forma lenta e imparable, sin que nada ni nadie pueda detenerla.
Los seres humanos, inamovibles de pensamiento y acción, sólo pueden sobrevivir si aceptan esa realidad, si se mezclan con lo nuevo. Pero ese proceso tiene un alto precio: es sumamente doloroso, indignante porque socaba la dignidad y crea deshonra, vergüenza. No es, ni de lejos, una catarsis de luz y alegría al estilo occidental. Y los viejos, los que no pueden adaptarse a esa nueva realidad, tan sólo podrán aspirar a tener una muerte digna: a que alguien les administre una inyección letal mientras se los acaricia y se los calma, para después, encerrarlos en una bolsa de plástico y quemarlos en un horno industrial. Asegurándose de que estén bien muertos.
24 comentarios:
Hola Sergio:
Hace bastante tiempo me lei un libro de este novelista sudafricano.¨Tierras de Penumbras¨
(1974)
Te escribo una frase de Coetzee, en ella define los tiempos que vivimos.
Una generación que tenia miedo a todo, admira a una generación que no tiene miedo a nada. Pero !Cuidado con lo que admiramos!.
Pues estamos indefensos ante ellos, nos advierte el escritor.
Despues de leer tu reseña, solo me queda felicitarte.
Un fuerte abrazo
Tessa
Bueno, bueno, Sergio, me ha encantado tu radiografía de la novela. Y esos análisis de distintos párrafos. La verdad es que mantienes un nivel excelente en el Blog y ésta entrada es prueba de ello.
Animaa a leerla, que creo que es el interés máximo de tu Alma Impresa. Enhorabuena, Sergio.
P.D.- Si alguna entrada se me pasa es por culpa de la GDM, que me tiene preso día y noche.
Hola Sergio.
De nuevo tengo que felicitarte.
Además de hacer la tertulia de ayer muy grata "como estamos acostumbrados", la reseña es muy buena, como siempre.
Y además, te doy las gracias por ese trabajo de "secretaria", ya tengo dos "jefes" geniales que aportan cosas bonitas y buenas en mi vida y que se mueven por el mismo lugar: el mundo de la literatura.
Es un placer ayudarte desde lo poco que sé en lo que pueda, aunque sea enviando las fotos de mi pequeña cámara que siempre me acompaña.
Gracias por todo, y el mes próximo más.
Un beso tertuliano.
En primer lugar enhorabuena por el arranque de la tertulia, Sergio. Se os ve muy bien en la foto, je, je. De lo de hablar en público mejor me callo, que le tengo auténtico pánico...
Sobre tu reseña me ha encantado la forma que tienes de diseccionar la novela: esa forma de comentar los puntos fuertes de la obra con ejemplos de párrafos donde podemos saborear lo descrito por tí. Muy bien.
No he leído nada de este autor, pero por tu descripción merece un lugar en nuestro famosa lista de libros por leer.
Saludos.
Hola Sergio.
Medio kg de enhorabuenas. A las de tu blog, sumo: por la brillante dirección de la reunión de El Escarabajo Palabrero de ayer, por el trabajo realizado con su Boletin, por el exhaustivo estudio de la reseña de Desgracia, por el ameno y profundo contenido de las conversaciones post-tertulia, y por el interés que nos inyectas a los amigos por la "cosa literaria".
Un abrazo. Antonio Lois.
Sergio, mis felicitaciones por ese magnifico análisis de esta novela. No me extraña que hayan dejado en tus manos la dirección de esta tertulia.
Sigue así, llevas en la sangre el amor a la literatura.
Vaya Sergio, me sorprendes otra vez con otra magnífica entrada. No he leído nada de este autor. Y me han impresionado esos párrafos, aderezados con tus reflexiones. Otro libro a la larga lista los de "algún día cuando pueda"...
Muerte, vejez, el tiempo que pasa y se nos va, grano a grano, incontenible, ¿acaso no lo pensamos todos los mortales, todos los días de nuestra existencia? ¿Acaso no surgen de repente destellos que nos dicen de paralizan de pronto, del tipo "¡Contra, pero si hoy hace quince años que entre en la Facultad!¿¿Quince ya??"?
Un abrazo
Hola, Tessa, apunto esa recomendación tuya. Descubrir a Coetzee ha sido una suerte y un placer, y como apuntas, es un tipo que tiene unas profundas reflexiones, que te dejan boquiabierto.
Gracias por tu felicitación.
Un beso.
Gracias, también a ti, Alejandro. Me alegro que te haya gustado la reseña, y que te guste también el descurrir del blog. Ahora ando muy liado y tengo poquísimo tiempo, por lo que no he podido comentar tu GDM, ni el de otros blogs como quisiera, pero te adelanto que tu nivel es muy alto si lo comparamos, por ejemplo, con la novela que estoy leyendo ahora para reseñar: Septiembre zombie. Creo que si estableciéramos un paralelismo con tus entregas, ganarías por goleada en muchos aspectos. Un abrazo.
Ja,ja.. de nada por lo del trabajo, María n. Ya sabes que está mal pagado :)) aunque ilusión no sobra, ¿verdad? Es broma, me alegra que estuvieras allí, amiga. Fue una tarde muy interesante, y muy grata, para recordar. Tu cámara es un objeto indispensable, que conste; aunque mi careto estropea las fotos!! Ja,ja...;)
Hasta la próxima tertulia, amiga.
Un besote.
Gracias por tu comentario, Armando. La valoro aún más pues sé de tu buen hacer con las reseñas, así que gracias dobles. Lo cierto es que la tertulia fue muy fructífera porque te brinda la oportunidad de conocer otros puntos de vista, otros enfoques, y te das cuenta de lo poquísimo que sabes, y de lo mucho que te queda por aprender.
Respecto a hablar en público, no dicciono bien, y eso provoca pequeños malentendidos, pero que, solventados con gracia, pueden ayudar un poco a salir del lance, así que suerte si te lo estás planteando.
Un abrazo, amigo.
Jolines, Antonio, pues muchas gracias. La verdad es que me encantó que estuvieras a mi lado en todo momento: fuiste un gran apoyo. Como te dije, se me hacía tremendamente raro verte al otro lado, entre el público. Se puede aprender mucho de ti, amigo, y estoy seguro de que esos sueños literarios que ambos tenemos darán sus frutos. Tú, por lo pronto, puedes recoger los tuyos ya, eso sí, a capazos, aunque te advierto que necesitarás un camión para transportarlos porque has sembrado mucho y bien.
Un grandísimo abrazo y muchas gracias.
Gracias Lola por esos ánimos, me alegra que te haya gustado, amiga. Este año, como dije, estoy haciendo una carrera intensa de lectura, aprendiendo mucho, de mucha gente, lectores y escritores. También de ti, y de tu maravillosa e incipiente carrera. Besos.
Ja,ja.. Blas: la lista es interminable, ¡hay tanto que leer!, ¡y tanto bueno! Pero nada, eso es una alegría ante la mediocridad que nos rodea de televisiones y otros esperpentos. Pero, ojo, también como escritores podemos aprender de lo malo.
¿Sabes? Ahora que echo la vista atrás y leo mis obras, comprendo lo lejos que estoy del nivel que debo dar.
Respecto al paso de los años, me sorprendo descubriendo que ahora soy mucho más sensible a él, cosa que antes me traía al pairo. Chico, nos hacemos mayores.
Un fuerte, abrazo, amigo.
Felicidades, Sergio, por esta reseña; me parecen bastante acertadas tus conjeturas considerando los textos que nos dejas ver de la novela. Imagino que lo debiste pasar bien en la tertulia; se te ve genial entre el corro de tertulianos.
Un saludote, amigo.
Mián Ros
Hola Sergio,
Supongo que escogieron "Desgracia" porque es una novela difícil. Y de lo dificultoso es de donde más se aprende, a analizar, a reflexionar, a pensar, a escribir y por supuesto, a leer.
Hay partes excepcionales en esta obra, que no pueden ser producto de simples deseos de escribir. No. El autor es un escritor ambicioso, va más allá, experimenta, trasgrede, y es lo que lo hace tan diferente.
me identifiqué con él (no por su excelente forma de escribir, por Dios, no, que no me comparo) sino porque la novela que estoy escribiendo está en presente, también en pasado, y en primera persona y en tercera persona. Ojalá que pueda culminarla con bien. Por otro lado, tiene otra dificultad: cuenta la historia que se lee en un libro y al mismo tiempo forma parte de la historia del libro. Je, je, creo que yo sola me entiendo.
Muchas gracias por traer este escritorazo, Sergio, se puede aprender mucho de él.
Besos!
Blanca
Desgracia,vergüenza, pecado... un autor reconocido por un premio Nobel, desconocido casi(en España al menos)hasta la concesión del galardón.
Es una paranoia mía seguro pero no sé, tengo la sensacion que se prima la negatividad, dejando al margen las cualidades literarias del autor que seguro que son muchísimas.
Los telediarios nos inundan con terremotos, terrorismo, paro, crisis... sí, es una desgracia que no se primen otro tipo de literaturas.
Me quedo con el entusiasmo, la esperanza, la fe, vamos lo que hoy no se estila ni se premia con un Nobel.
Paranoias mías, pero no me interesa este escritor pese a la buena reseña de Sergio.
Gracias, Miguel, la verdad es que lo pasamos bien en la tertulia, fue muy amena y dinámica, con distintas ópticas que la hicieron interesante.
Un abrazo.
Ja,ja.. Blanca, me he querido contener, de verdad, pero no he podido!! No es que quiera ser borde, ¿pero te acuerdas que hablamos hace tiempo de mi novela escrita en primera persona, en tercera, en presente y en pasado? ¿Qué me dijiste, eh? Ja,ja.. Me alegra que experimentes, que trasgredas, eres una gran escritora y seguro que será una novela bellísima.
Besos, amiga.
Umm.. como siempre tus discrepancias, Oriafontan, son bienvenidas e interesantes. Coetzee es un autor atípico, e incómodo, duro. Creo que poco más puedo añadir a lo que he comentado en la reseña, pero no es menos cierto, que para gustos los colores. Estoy contigo en que los temas que trata no son agradables, y que en esta obra al menos, prima lo negativo, pero es una gran novela, amigo.
Un abrazo.
Bueno, Sergio, no es que te haya copiado la idea, ¿eh? sé que tienes una novela así, pero es que la tama de la novela lo pedía a gritos. No había otra forma viable de hacerla, encima trabajar el pasado y el presente casi de manera simultánea, eso sí, por capítulos. Mi inspiración vino de una novela que leí hace poco, de Morris West, solo que él la relata toda en primera persona. Cuando empecé a escribir, debido al argumento vi que no podía continuar pues no se entendería.
Espero que mi agente no me la tire por la cabeza, je, je, mientras tanto, estoy gozando un puyero, como dicen por aquí!
Besos!
q buena reseña!
Ja,ja.. ¡que ya lo sé!,Blanca: pero es que tenía que decirlo, ja,ja.. has comentado justo lo que yo argumentaba al escribir mi novela: que la historia me pedía al escribirla unos tiempos verbales y unos determinados narradores. Lo dicho, seguro que te sale una novela preciosa, y si encima disfrutas como una enana escribiéndola, mejor que mejor.
Besos.
Gracias, Diario de... me alegro que te haya gustado. Un beso.
Excelente crítica Sergio.
Pero no sé si me atrevería a leer esta novela.
Me produce mucho respeto el lado oscuro en el cual nos sumergen algunos autores que te dejan con sus escritos un regusto amargo.
Imagino que disfrutaste mucho de la tertulia. Me alegro mucho.
Un beso.
Gracias, Arlette. Sí lo pasamos fenomenal en la tertulia. Tienes razón en lo de Coetzee, como comenté es un autor incómodo, oscuro, pero sincero y duro como él solo.
Un beso, amiga y gracias por tu comentario.
Esa novela me encantó, sobre todo el aprendizaje del "sentir" de los perros. Hay una frase que me gusta repetir y de hecho así la dejé en un tweet: https://twitter.com/OrlanSilva/status/262736414414868480
Saludos en letras ;-)
Hola alguien me puede enviar la novela completa de ''DESGRACIA'' de jhon coetzee, completa por favor.
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