miércoles, 13 de julio de 2011

Escritor en construcción


Sí, lo reconozco, tengo algo abandonado el blog y apenas asomo el careto por el ciberespacio. La vida laboral me tiene contra las cuerdas, en jornadas extenuantes, donde el escaso tiempo sobrante está dedicado por entero a mi familia. Entre resquicio y resquicio ando recabando información para mi nuevo manuscrito, le doy un poco a la tecla, y leo. Ahora mismo, acabo de terminar “Verano” de J.M. Coetzee… y bueno, reafirma un poco más si cabe mi idea sobre la literatura, una literatura bastante alejada de lo que se entiende hoy por hoy como bestseller (esto es: producto precocinado, envuelto al vacío y listo para el microondas).
Nota personal: incidir sobre la definición de lo que es o no es un bestseller me inspira más tedio que otra cosa. El término se ha convertido en un círculo cerrado donde unas voces van en un sentido y otras en el contrario, discutiendo sobre la legitimidad del divertimento, sobre si un libro debe entretener o ser esto y lo otro, donde no se habla de alma, ni de “la verdad” de la literatura, más viva que la propia vida.
Lo triste del tema es que, aparentemente, ese “algo” (sustituyo “algo” por bestseller) es lo que buscan los grandes filtros editoriales, y, en los últimos tiempos con más ahínco por eso de la crisis: algo que se adapte a los moldes, algo que sea fácil y (sobre todo) rápidamente reconocible (a poder ser en una lectura de apenas unas páginas), algo que, nada más mostrado, indique a las claras ser merecedor de un código de barras.
Bien, pues Verano es una obra límpida, sencilla y, a la vez, sumamente compleja, inteligentemente construida, fascinantemente planteada. Demuestra, una vez más, que la gran literatura no está encadenada a reglas fijas, no puede preconcebirse, ni maniatarse.
Y, curiosamente, es tremendamente popular y llega al público (Verano ha sido considerada la mejor novela por muchísimos escritores españoles, y Coetzee es Premio Nobel de literatura).
Así que, de aspirar a algo, os pregunto a vosotros, aspirantes a escritores: ¿por qué no aspirar a lo más grande? ¿De qué os serviría ser un cohete de fuegos artificiales que brilla durante un segundo y se apaga para siempre?
También me quedo con algo que le leí una vez a Montse de Paz: que un buen escritor tarda en construirse a sí mismo (y si no recuerdo mal, puso un tope mínimo de diez años).
Por eso, he me aquí, amigas y amigos: un escritor en construcción, un aspirante a escritor, que escribe, lee y siente.
Sí, siente.

27 comentarios:

josé antonio dijo...

Hola Sergio. Te sigo desde hace tiempo pero es la primera vez que intervengo. Si, la cosa esta malita y en el tono de tu post se refleja cierto desánimo. Siempre ha sido dificil para los noveles en España pero ahora, puff... Y si no te adaptas a lo que se "lleva" estás listo. Novela hitórica, fantasia épica, códigos y enigmas casi surrealistas... Por supuesto cada uno puede escribir sobre lo que quiera y le guste, pero si quieres una mínima oportunidad, tienes que tener como referente al Dan Brown de turno y no a Coetzee. Por desgracia.
Saludos

Pat Casalà dijo...

¡Hola Sergio!!! Yo creo que lo importante es no perder de vista lo que te inspira. Y seguir creyendo que todo es posible, que el tiempo para aprender es necesario y que nunca se sabe suficiente. ¡La crisis acabará algún día! Y los gustos editoriales pueden dar una vuelta de repente e interesarse por lo que haces. ¡La esperanza es lo último que se pierde!
¡Un saludo1

María dijo...

Hola amigo.

Un médico amigo que tú conoces del escarabajo, me dijo un día: María, haz lo que te haga feliz.

Ya llegará la calma y tiempos mejores, al menos eso espero.
Pues eso, lee y disfruta de tu gente, de tus amigos y de la vida.

Feliz "VERANO" y tres besos muy fuertes.

María

Begoña Argallo dijo...

Me quedo con esto: Verano es una obra límpida, sencilla y, a la vez, sumamente compleja, inteligentemente construida, fascinantemente planteada. Demuestra, una vez más, que la gran literatura no está encadenada a reglas fijas, no puede preconcebirse, ni maniatarse.
Y con lo de diez años al menos. Yo sumaría alguno más en mi caso. Quizá la eternidad...soy muy lenta y me apasiona el camino.
Saludos

Lola Mariné dijo...

Leyendo tu post se me ocurre pensar en qué pasaría si Coetzee firmara ahora mismo como Pepito Perez y llevase el manuscrito de Verano, u Hombre lento, que acabé de leer la semana pasada, a cualquier editor o agente...

Alejandro Laurenza dijo...

A ser genuino, a eso aspiro; a escribir lo que necesito decir, lo que me urge, lo que no puedo silenciar; y a hacerlo de la mejor manera posible.

Vender o no, merecer algún día un premio o no, eso es otra cosa: viene después, si es que viene.

Buena entrada, Sergio.

Un saludo.

José Antonio López Rastoll dijo...

Hola Sergio,

Algo parecido me ocurre a mí. El trabajo en una academia en verano es agotador, y este año parece que a todo el mundo le han quedado lengua, inglés y valenciano.
No puedo escribir mucho.
Estoy de acuerdo contigo que más que la fama y el dinero fácil, un buen escritor busca estar en paz consigo mismo, porque, en el fondo, no se siente feliz del todo.
Hay que tener paciencia y no agotar con gilipolleces este don que atesoramos: el de saber mirar.

Un abrazo.

Sergio G.Ros dijo...

Muchísimas gracias, José Antonio, por seguir mi blog. Es un honor, de veras. Respecto a lo que comentas es cierto, lo sé, pero bueno, de momento sigo en mis treces... la de intentar seguir la estela de los que me gustan, y Dan Brown no está entre ellos. Un abrazo.

Sí, Pat, la crisis acabará algún día, me quedo con tu comentario, es muy optimista!!! Un besote.

Sergio G.Ros dijo...

Hola, queridísima María, no sabes lo que me acuerdo de ti, guapa. Espero que todo te vaya tan bien como te mereces. ¿Cómo va la publicación de ese poemario? Te deseo lo mejor, amiga. Un besico de parte de los tres.

Sergio G.Ros dijo...

Je,je... Begoña, pues yo también soy lento, siempre lo he sido y también me apasiona el camino. Mucha suerte a ti también, amiga y gracias por comentar.

Interesante reflexión, Lola...Aunque ya sabes la respuesta porque hay precedentes de situaciones parecidas de grandes escritores que, al hacer lo que tú dices, no se comieron una rosca y vieron la triste realidad del mercado... Un besote!

Sergio G.Ros dijo...

Gracias, Alejandro, me quedo también con todo lo que apuntas, y lo suscribo, ser genuino es buscar tu propio estilo y eso requiere tiempo y tesón.. y ser sincero con uno mismo. Un abrazo y mucha suerte, amigo.

Ja,ja.. pues ya somos dos, José Antonio, esperemos que ese don del que hablas dé sus frutos... o por lo menos nos siga haciendo felices que no es poco. Un abrazo.

Guillem López dijo...

Sentio ergo sum!! ;-)
un abrazo!

Nando dijo...

Por seguir con el ejemplo de Dan Brown, dices que es triste que eso sea lo que buscan la editoriales.

A mi me parece lógico, casi absurdo no hacerlo. ¿Si tuvieras una editorial preferirías vender 10 libros de la más alta literatura, según tu opinión, o millones de bestsellers? ¿Preferirías tener que despedir a los empleados porque no vendes (y no es unas suposición, es un escenario real) o tener que pensar qué hacer con los beneficios?

¿Y los millones de personas a las que sí les gusta Dan Brown? ¿Tienen que dejar de leerle porque no tiene un Nobel? ¿Tenemos que leer lo que los responsables de otorgar el Nobel decidan?

En mi opinión, cada lector debe poder decidir qué quiere y qué no quiere leer. Nadie más. Y las editoriales son negocios, que subsisten a base de vender, y hacen bien en buscar lo que la gente quiere comprar. No se me ocurre un planteamiento mejor para cualquier empresa que viva de vender algo.

Están cerrando editoriales por todo el mundo y algunas pasando serios apuros. ¿Crees que se lo pensarían si tuvieran la ocasión de publicar el siguiente libro de Dan Brown y así salvar su empresa y el empleo de sus integrantes?

Lo que a unos gusta y consideran bueno o verdadera literatura puede no gustar a otros. Espero que nunca nadie tenga la oportunidad de imponer su gusto a los demás.

Sergio G.Ros dijo...

Je,je.. Gracias, Guillem

Sergio G.Ros dijo...

Vaya, Nando, te has tomado muy a pecho mi comentario. Vaya por delante que creo que tienes razón en el tema de ventas y también en que hay muchas personas que dependen de ello, pero mi enfoque no va por ahí, va hacia qué escritor quiero ser. Por supuesto que es muy lícito que guste Dan Brown, pero comprenderás que también es lícito que yo no quiera parecerme a él. Ojo, esto sale porque creo que Dan Brown es el ejemplo de un escritor superventas cuya literatura no me agrada, no me gusta, no me llena. Creo que ya lo he comentado otras veces, la saga de Harry Potter (la más millonaria de la historia, si nos vamos a los extremos) está muy bien escrita y es otra cosa. Y respecto a tu último párrafo: "Y Lo que a unos gusta y consideran bueno o verdadera literatura puede no gustar a otros. Espero que nunca nadie tenga la oportunidad de imponer su gusto a los demás."
Te preguntaría: has pensado la gran cantidad de escritores que no tienen una oportunidad porque no escriben, precisamente, como Dan Brown?¿Y no es eso una manera de imposición, una forma de tratar de imponer los gustos de los lectores desde la base, desde el filtro de lo que más adelante pueden encontrar en los escaparates?

Maribel Romero dijo...

El quid de la cuestión es que no podemos escribir un best-seller deliberadamente, y tampoco podemos escribir alta literatura deliberadamente. Escribimos como sabemos, ni más ni menos, y si escribiendo como sabemos somos capaces de llegar al lector y entusiasmarlo, entonces habremos conseguido nuestro pequeño triunfo, que podría ser grande si a ese lector entusiasmado le siguen otros, y otros, y otros... En realidad un best-seller no es más que eso, y creo que no tiene por qué estar reñido con la alta literatura.

Disfruta del verano y de tu familia.

Un abrazo.

Nando dijo...

Sergio, contestando a tu pregunta, no, veo eso como una imposición, en todo caso lo vería como una imposición de los lectores, que prefieren leer ciertos tipos de libros y por eso las empresas tratan de vendérselos.

Si los lectores empezaran a comprar millones y millones de libros de poesía, por poner un ejemplo, en cantidades similares a las que vende Harry Potter. Los editores empezarían a filtrar y preferir ofrecer poesía, para vender millones de libros.

Entiendo el tipo de escritor al que aspiras ser, y te deseo que lo consigas. Pero si la gente no quiere leer a escritores de tu "tipo" y prefiere otros, yo no lo veo como algo triste.

Personalmente, no me gusta Dan Brown, ni el fútbol, ni los programas del corazón, pero no creo que se deba escribir y emitir en televisión lo que a mí me gusta, o lo que yo opine que es mejor.

Y en cuanto a las oportunidades, solo es cuestión de esperar unos años a la revolución digital (que ya ha empezado). Todo el mundo tendrá su oportunidad. Te pongo un ejemplo con una comparación. Antes de internet, si querías opinar sobre algo y que te lean tenías que escribir en un periódico, revista o similar. Ahora no hace falta. Cualquiera puede crear un blog y opinar sobre lo que le dé la real gana. Hay millones de blogs, nadie censura nada, y la gente visita los que quiere y los que le gustan. Así será la publicación de novelas en el futuro. Y no dentro de tanto tiempo. Nosotros lo veremos.

Y mis disculpas, si he usado un mal tono, o te ha parecido que me lo he tomado muy a pecho. A lo mejor, por lo poco que he leído en tus entradas, es que no estás acostumbrado a que nadie disienta de tú opinión, en tu blog al menos. Así, por lo menos discutimos un poco. En el buen sentido, naturalmente.

José Antonio dijo...

Hola Sergio. Debo haberme explicado fatal. No te proponía que siguieras ese ejemplo, sino que eso es lo que hay. Especialmente en los tiempos que nos han tocado vivir. Si hasta las agencias han despedido a lectores y eso ha estrechado aún más el filtro de manuscritos.
En cuanto a la polémica sobre los bestsellers creo que la cuestión no es negar a Dan Brown u otros de su estilo, sino en la falta de diversidad, endémica en España, un país donde, mucho más que en otros países supuestamente desarrollados, las editoriales actuan como meras máquinas de traducir éxitos de otros países.
Un Saludo

Sergio G.Ros dijo...

Joer... Maribel, lo has clavao!! "Escribimos como sabemos, ni más ni menos, y si escribiendo como sabemos somos capaces de llegar al lector y entusiasmarlo, entonces habremos conseguido nuestro pequeño triunfo" ¡Gracias!

Sergio G.Ros dijo...

Je,je.. Nando, ¡el debate es extraordinario! ¿Cómo ho iba a gustarme? Si no has visto muchos debates en El alma impresa es porque los últimos post no se han prestado a ello. En cuanto a este, es normal la diferencia de opiniones, y ¡bienvenida sea! De todas formas, no creo que yo me haya expresado a las mil maravillas, ni tampoco que haya estado muy fino a la hora de intentar decir lo que quería decir con exactitud. Por eso, creo que llevas parte de razón, aunque suscribo totalmente lo que dijo Maribel. Creo que es lo más correcto y lo más lógico.
Un abrazo y gracias por comentar.

Sergio G.Ros dijo...

JE,je.. no te precoupes José Antonio, como expliqué, yo tampoco he andado muy fino. Muchas gracias por tu comentario, y ojalá, poco a poco la cosa cambie.Un abrazo.

Nando dijo...

Yo estoy de acuerdo con Maribel, pero con un matiz.

Algo sí se puede hacer. No se puede escribir deliberadamente un bestseller (o todo el mundo lo haría, excepto tal vez los que aspiren a otras metas con la literatura), pero se puede intentar. Se puede imitar/plagiar, o coger un tema de moda porque se piensa que tiene más posibilidades, por poner un ejemplo.

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Sergio. Ánimo con el bache profesional. En todas partes cuecen habas, y de esas habas yo ya sé bastante este año.

De la escritura, supongo que hacemos lo que podemos, sabemos o queremos. A mi me gusta y es un escape, una evasión y un divertimento. Saco tiempo de donde puedo, unos días más, otros menos o nada. Leo a ratos (ultimamente escasos); me documento. Los más de los días estoy deseando que llegue la noche para esribir aunque sea media cuartilla porque me lo pide el cuerpo.

Por lo menos, si no escribo, leo. Y si lo que leo me inspira, escribo. Y con eso soy un poquito más feliz. De bestsellers no entiendo.

Un abrazo, amigo

Unknown dijo...

No dejes nunca de ser tú mismo, escribas lo que escribas.
UN abrazo amigo.

oriafontan dijo...

El éxito de María Dueñas es digno de estudio. No he leído la novela vaya esto por delante.

Ahora están rodando una serie sobre su ¡primera novela publicada!

Ya comenté que mi suegro se lo regaló a mi mujer "porque tenían muchos en el Corte Inglés". Ese fue su motivo.

¿alguien sabe decirme una razón lógica que explique el éxito de esta escritora novel?

Probablemente no haya nada lógico.

Anónimo dijo...

Precisamente de María Dueñas quería hablar yo al hilo de lo que comentaban Sergio y Nando. Yo creo que Sergio se refiere a que las editoriales se han centrado en un tipo de libro con unas serie de clichés que corresponden a los best-sellers, y rara vez se salen del camino, cuando si lo hicieran y dieran una oportunidad a otras cosas tal vez también fueran best-sellers. En cierta manera juzgan a los lectores con unas miras muy estrechas. Y un ejemplo de eso es Maria Dueñas. La novela gustará más o menos, pero se ha vendido como churros y ha sido un soplo de aire diferente en medio de lo que se venía publicando, sin que la editorial previera semejante éxito.
Para llegar a ser best-seller hay que llegar al mercado y tener cierta promoción para empezar. Y esa oportunidad la regula la editorial, como es lógico, pero con pocas innovaciones.
A este paso, a penas quedarán clásicos del XXI para la posteridad, y los clásicos, son best-sellers.
No sé si me he explicado.
Sergio, un abrazo fuerte. Todos estamos en construcción.
Marta Q.

Blanca Miosi dijo...

¡Hola Sergio!

Estoy de acuerdo con Marta, todos estamos en construcción, algunos con la casa más avanzada, otro poniendo los cimientos. Hoy en día hay más posibilidades de publicación que antes, si crees realmente en tu obra, puedes venderla por Kindle y tendrás muchos lectores, que es lo que al fin y al cabo deseamos, pues para ellos escribimos.

Besos!
Blanca