Centrado ahora en mi particular “maratón literario”, quiero traeros mis impresiones sobre esta novela universal de Gustave Flaubert (nacido en 1821 y muerto en 1880).
Soy consciente de que poco puedo aportar yo a los comentarios que se han vertido sobre esta obra maestra, pero puedo atreverme, sin embargo, a tratar de acercarme a ella sin complejos, con las manos desnudas y la mente abierta del estudiante que ansía mejorar y aprender de los grandes.
En el magnífico prólogo de la edición de bolsillo de Ediciones Cátedra se analiza la obra desde diversos ángulos que nos permiten atisbar su magnificencia. Lo que más impacta es el objetivo trazado por Flaubert de construir una obra que se sostuviera por entero en el propio estilo, no en personajes grandiosos que deslumbrasen al espectador. De hecho, los personajes son vulgares y corrientes, no destacan por heroicidades, ni tienen valores dignos de elogio. La prosa, que navega entre el realismo y el romanticismo, es el resultado de un minucioso trabajado del detalle, de la palabra, de la frase; una corrección hasta la saciedad, eliminando clichés, cacofonías y redundancias. Prueba de ello son los borradores que aún hoy se conservan de la obra original en la Biblioteca Municipal de Rouen. Se conoce que Flaubert tardó aproximadamente cinco años en terminar Madame Bovary (entre 1851 y 1856), y que, para corregir, leía en voz alta la obra, eliminando y reescribiendo aquellas frases que no sonaban de forma adecuada.
Personalmente pienso que Madame Bovary es una enorme trampa. Un dulce y bello sueño en el que entras sin darte cuenta, y con el que Flaubert te embriaga sin que apenas puedas percibirlo. De hecho, la historia no comienza realmente –a mi parecer- hasta la página cuatro, puesto que el inicio no es sino un artificio hermoso de un enorme flashback, narrado en primera persona. Después, en la página cuatro, cambia de narrador, pero de una forma exquisitamente sutil.
La obra, no se basa en una sucesión de hechos, es más bien un estudio psicológico de los personajes, concienzudamente construido. Para mí, lo más hermoso quizá, es el apoyo en la descripción de la atmósfera y los paisajes para crear sensaciones y emociones en el lector que ayuden a comprender lo que sienten los personajes:
Él partía, y entonces, por la carretera principal, sobre la que se extendía una interminable cinta de polvo, por los caminos hondos donde los árboles se curvaban en bóveda, por lo senderos cuyos trigos le llegaban hasta las rodillas, con el sol sobre los hombros y el aire matinal en las aletas de la nariz, con el corazón lleno de las delicias de la noche, el ánimo tranquilo, la carne satisfecha, iba rumiando su felicidad, como los que siguen saboreando, después de la comida, el gusto de las trufas que se digieren.
Otro de los aspectos que más me han gustado es el uso de la coma y del punto y coma para detallar rítmicamente la prosa, eliminando verbos y creando una entonación maravillosa al leer:
Al lado, sobre el césped, entre los abetos, una tenue luz iluminaba la tibia atmósfera. La tierra, rojiza como polvo de tabaco, amortiguada por el ruido de los pasos, y con la punta de sus herraduras, al caminar, los caballos se llevaban por delante las piñas caídas.
Una tarde en que, sentada junto a la ventana abierta, acababa de ver a Lestiboudois, el sacristán, que estaba podando el boj, oyó de pronto tocar el Ángelus. Era a principios de abril, cuando abren las primaveras, un aire tibio circulaba sobre los bancales labrados, y los jardines, como mujeres, parecían componerse para las fiestas de verano.
Para lograr plasmar los más hondos pensamientos de los personajes, Flaubert, asienta las bases del estilo indirecto, donde consigue fusionar la voz del narrador omnisciente con la de propio protagonista, de modo que el lector no sabe dónde empieza uno y acaba el otro:
Se preguntaba si no habría medido, por otras combinaciones del azar, de encontrar otro hombre; e intentaba imaginarse aquellos acontecimientos no ocurridos, aquella vida distinta, aquel marido que no conocía. Pues no todos eran como éste. Tal vez hubiese sido un hombre guapo, atractivo, como lo eran sin duda los que se habían casado con sus antiguas compañeras de colegio. ¿Qué estarían haciendo en este momento?
Flaubert fue acusado de ofensa a la moral pública y a la religión. Esto generó un proceso que lo llevó ante los tribunales, siendo absuelto, y con ello, ganando la obra más repercusión si cabe. No obstante, en mi humilde opinión, los sentimientos que se destilan de Madame Bovary se encuentran vigentes en nuestra sociedad actual con una fuerza, tal vez, más evidente. El egoísmo de las personas, su vileza, les lleva a no pensar en los demás, y por tanto, sacrifican su propio destino en función de sus desahogos, de sus caprichos, de una pasión vacua que, sin embargo, no trae felicidad a sus vidas y que arrastra todo lo que encuentra a su paso, como un río desbordado, incontrolable y mortal.
Él partía, y entonces, por la carretera principal, sobre la que se extendía una interminable cinta de polvo, por los caminos hondos donde los árboles se curvaban en bóveda, por lo senderos cuyos trigos le llegaban hasta las rodillas, con el sol sobre los hombros y el aire matinal en las aletas de la nariz, con el corazón lleno de las delicias de la noche, el ánimo tranquilo, la carne satisfecha, iba rumiando su felicidad, como los que siguen saboreando, después de la comida, el gusto de las trufas que se digieren.
Otro de los aspectos que más me han gustado es el uso de la coma y del punto y coma para detallar rítmicamente la prosa, eliminando verbos y creando una entonación maravillosa al leer:
Al lado, sobre el césped, entre los abetos, una tenue luz iluminaba la tibia atmósfera. La tierra, rojiza como polvo de tabaco, amortiguada por el ruido de los pasos, y con la punta de sus herraduras, al caminar, los caballos se llevaban por delante las piñas caídas.
Una tarde en que, sentada junto a la ventana abierta, acababa de ver a Lestiboudois, el sacristán, que estaba podando el boj, oyó de pronto tocar el Ángelus. Era a principios de abril, cuando abren las primaveras, un aire tibio circulaba sobre los bancales labrados, y los jardines, como mujeres, parecían componerse para las fiestas de verano.
Para lograr plasmar los más hondos pensamientos de los personajes, Flaubert, asienta las bases del estilo indirecto, donde consigue fusionar la voz del narrador omnisciente con la de propio protagonista, de modo que el lector no sabe dónde empieza uno y acaba el otro:
Se preguntaba si no habría medido, por otras combinaciones del azar, de encontrar otro hombre; e intentaba imaginarse aquellos acontecimientos no ocurridos, aquella vida distinta, aquel marido que no conocía. Pues no todos eran como éste. Tal vez hubiese sido un hombre guapo, atractivo, como lo eran sin duda los que se habían casado con sus antiguas compañeras de colegio. ¿Qué estarían haciendo en este momento?
Flaubert fue acusado de ofensa a la moral pública y a la religión. Esto generó un proceso que lo llevó ante los tribunales, siendo absuelto, y con ello, ganando la obra más repercusión si cabe. No obstante, en mi humilde opinión, los sentimientos que se destilan de Madame Bovary se encuentran vigentes en nuestra sociedad actual con una fuerza, tal vez, más evidente. El egoísmo de las personas, su vileza, les lleva a no pensar en los demás, y por tanto, sacrifican su propio destino en función de sus desahogos, de sus caprichos, de una pasión vacua que, sin embargo, no trae felicidad a sus vidas y que arrastra todo lo que encuentra a su paso, como un río desbordado, incontrolable y mortal.
35 comentarios:
Pues sí, Deusvolt, así es la vida y el ser humano: una victoria es la manera menos dolorosa de perder cualquier guerra y, en cuanto alguien es mínimamente transgresor, logra que mucha gente contemple cómo anochece al amanecer... y se escandalice.
Todos hemos tenido una Bovary cerca o en torno. Y todos nos hemos sentido (sin saberlo) un poco flaubertianos (quizá lo segundo más que lo primero). Y como el hambre no es cosa que se pueda vencer a dentelladas, quiere la moral que ciertas historias solo suenen bien si acaban mal.
En lo que a mi Bovary particular respecta, fue una de aquellas historias en las que las cosas que hicimos juntos fueron más hermosas porque ahora las podemos recordar por separado.
Por cierto, muy buena elección, más por el autor que por la obra.
Añado a lo anterior una aclaración. Ocurre que le tengo cierto cariño a Flaubert porque nació en Ruan, en Normandía, cerca de mi querida Bretaña, y lo hizo meses después de la muerte de Napoleón. Se dedicó a la literatura por su mala salud (él había estudiado derecho en París) y también coincide conmigo en que tocó la novela histórica. Te recomiendo SALAMBÓ, escrita años después de Bovary. A ver qué te parece.
Umm...Fran, recuerdo que en el libro se visita la Catedral de Ruán, en Normandía, y Enmma y León contemplan brevemente la tumba destrozada de Ricardo Corazón de León, antiguo señor de Normandía. La figura de Ricardo Corazón siempre me ha interesado.
Pues fíjate que, sin embargo, en el prólogo del libro se menciona que SALAMBÓ no tuvo muy buena aceptación y que su éxito fue bastante menor que el de Madame Bovary. El prólogo está bastante bien porque te habla entre otras cosas del método y de los condicionantes que acompañaron a Flaubert para la creación de la obra. Yo no sé casi nada, pero comenta eso que dices de su mala salud, y que vivió largo tiempo a la sombra de su madre, cultivando amistades y teniendo amores de féminas, y algunos de ellos que no llegaron a materializarse. También recuerdo que viajó por Europa y a Oriente para informarse de primera mano sobre los escenarios de la novela de la que hablas.
Te tomo el consejo, amigo.
Hola amigo.
Hace años, en en el centro cultural donde tenemos la sede de "Renglones", nuestra asociación literaria, hacíamos una tertulia parecida Al Escarabajo Palabrero. Ahí descubrí a Flaubert. La novela me gustó, pero terminé por odiar al personaje de la protagonista.
De esa época, tengo un pequeño blog donde plasmaba lo que me había parecido el libro, pues aún hoy tengo la hoja sólo con el titulo de la obra, no he sido capaz de escribir nada sobre Madame Bobary. Tantas artimañas en su mente egoista me dejaron la mente en blanco. El amor es otra cosa. Lo de la forma de cuidar a su hija es tenebrosa.
Buena historia, pero fatal Madame.
Hoja en blanco, colapso total.
Besos.
Precisamente acabo de empezar a leer Madame Bovary (entre otros libros, jeje).
Has hecho un analisis estupendo.
Cuando lo termine lo reseñaré en mi blog.
Saludos.
Es verdad eso que dices de la protagonista, Isis. Uno coge odio de su vanidad, de su egolatría, pero en la vida real, por desgracia hay gente que tiene algo o mucho de Madame Bovary: desprecio a su pareja, a sus hijos, a la vida sencilla, y el dejarse embriagar por la fama, el lujo, y todas esas cosas que, una vez tenidas, no llevan a ningún lado. Pero, en realidad, todas esas valoraciones que nos hacen odiar o querer a los personajes son sólo nuestras formas morales de entrever el libro, que es mucho más, porque si lo meditamos, ¿cómo puede un libro ser tan hermoso con semejantes personajes? La respuesta: por el estilo.
Increíble, ¿no es cierto?
Un besote, amiga.
Gracias, Lola. Recuerdo que lo comentamos en tu blog: Madame Bovary iba a ser una de tus próximas relecturas. Qué barbaridad, chica, cuánto lees y, cómo lees: varias obras al mismo tiempo. Me dejas patidifuso.
Un beso y gracias por lo de reseñarlo en tu blog. Muy amable.
Flaubert fue escritor de una obra: Madame Bovary. Salambó es una novela normalita (en mi opinión) y Las tentaciones de San Antonio es excesivamente compleja. El resto de su obra no la he leído pero parece que cumple lo dicho.
¿Es pues La Casablanca de la literatura? Tuvo el azar de ser escrita en el momento adecuado.
Es una obra para mí muy cercana a los clásicos rusos.
En fin a mí me emocionó esta novela las dos veces que la he leído. No tanto por el trabajo y la perfección del autor, famoso es su formar de documentarse para el envenenamiento si no por algo quizá no pretendido conscientemente por Flaubert como lo demuestra el resto de su obra.
Aquí se ve frescura, encanto e intuición en el resto de sus obras esto desaparece y ¡ay! tenemos un escritor algo cargante y ampuloso.
Madame Bovary es todo intuición, es el símil perfecto del mismo. El fracaso es el gran protagonista de la novela. No sé es una de las mejores novelas escritas nunca en mi opinión.
Su autor nunca volvería ni de lejos a escribir nada parecido bueno ni tampoco ningún otro autor en el siglo XX ni XXI.
Lo cierto, Oriafontan, es que lo que comentas me llamó poderosamente la atención: cómo es posible que una obra tan retocada, tan estudiada, tan "pulida" hasta la extenuación resulte tan "fresca". Creo que apuntas una de las posibilidades, en la que también estoy de acuerdo: Flabuert se obsesionó por hacer una obra perfecta como el que prepara una receta, analizando cada frase, cada coma, pero sin querer (bueno, es un decir, para eso hay que tener talento) salió una obra verdaderamente bella, hermosa, delicada. Es una excelente novela, y lo que más choca, insisto, es crear algo tan bello a partir de la fatalidad, de personajes viles, y que no agradan a nadie, desde el pasivo marido, resignado y ciego, hasta el egoista boticario que no duda hacer la vida imposible a cualquier competidor que se le cruza por el camino. Porque si lo meditamos bien, Flaubert hace un alegato de la belleza sin contar nada bello. Paradójico.
Del resto de obras de Flaubert no puedo opinar pues no las he leído, pero al parecer la crítica coincide con lo que has expuesto.
Muchas gracias por comentar y Felices Fiestas para ti y tu familia, Oriafontan.
Bueno, no lo he leido, pero por lo que veo, con lo que puedo leer, voy a tener que ponerme las pilas.
Es que estoy un poco pez en muchos temas XD.
Un saludo a todos.
Tenía previsto que Madame Bovary fuera mi siguiente lectura porque, como te decía en mi blog, la tuve que dejar a medias. Ahora, después de leer tu reseña, me apetece comenzarla ya. Por cierto, lo de corregir leyendo en voz alta es apropiadísimo, yo también suelo practicarlo. Gracias por toda esta buena información.
Un abrazo.
Tranquilo, Ithur, ¡si yo te contara en la cantidad de cosas que ando pez! Además, ¿para qué piensas que he iniciado mi particular maratón literario? Je,je.. ¡todo lo que tengo que leer y todas las lagunas que tengo que salvar! ¡Ánimo, querido sobrino!
Hola, Maribel. Pues yo no soy muy dado a leer en voz alta, y menos en público, creo que en ese punto aplicaré la norma de Sean Connery en "Descubriendo a Forrester" (peli que me recomendó Ithur): "Un escritor nunca lee sus obras (ante los demás), escribe para que lean otros".
Pero en la soledad de la habitación sí que puedo tratar de leer en voz alta a ver cómo suenan las palabras.
Muchas gracias por comentar, querida MAribel. ¡Feliz NAvidad, para ti y los tuyos!
Yo me aplico esa norma, Deusvolt, aunque cuando estoy corrigiendo mi novela, puedo parecer un loco, leyendo los dialogos en voz alta con entonación teatral XD.
Ahora ando leyendo a Salgari cuando tengo tiempo, pero estoy muy metido en la corrección de la tercera novela escribiendo la siguiente XD. Hoy me he dado el madrugón para corregir, voy a aprovechar las vacaciones.
Un saludo amigo.
Oye pues Ricardo Corazón de León es un personaje muy interesante. Gracias por recordármelo porque me parece que lo vamos a tener pronto en mi blog.
Flaubert tenía muy mala salud desde niño. Efectivamente vivió pegado a las faldas de su mamá (excepto cuando andaba indagando en los secretos de otras faldas con intenciones menos filiales).
Yo le tengo mucha envidia por muchas cosas (aparte de una de las mencionadas), entre otras por haber nacido en una de las regiones más bellas de Europa y por haber vivido en la Ciudad más hermosa del mundo (y es que uno todavía aspira a ser algún día un español a las orillas del Sena).
Un abrazo
Fran
Me gusta la recomendación. ¡Espera que anoto!... Ya. Flaubert, no está nada mal.
Cuando sea capaz de ordenar todos los escritores y libros que tengo recomendados !Dios mío! se me habrá echado el tiempo encima... Qué muerte más tonta: morir aplastado por las horas...
Un abrazo Sergio; me voy, vuelvo a desaparecer, ya sabes.
En junio de este año llegó a mis manos, como siempre, buscando entre las obras de mi viejo librero, una edición de lujo de Madame Bovary con un prólogo de 22 páginas, en el que se contaba la vida y obra de Gustave Flaubert. Recuerdo que puse una entrada, no para hablar de la obra, sino del autor, un escritor que a fuerza de coraje y empeño logró escribir su obra cumbre: Madame Bovary, considerada por muchos como una obra maestra.
La novela en sí yo diría que no posee un gran argumento, creo que como bien lo has captado, es más la forma que el fondo. Si bien cada época tiene sus parámetros para catalogar las novelas, hoy en día creo que su obra continúa siendo vigente más como una referencia del buen hacer que como historia argumental.
Me han gustado los extractos que posteaste, son buenos ejemplos de una escritura meticulosamente bien pensada, revisada hasta la exhaustividad, y que es el principal ejemplo que nos legó Gustave Flaubert.
Un abrazo,
Blanca
Eres increíble, Ithur: No paras. ¡Pareces un hombre orquesta! Me alegro que tu impulso imaginativo no decaiga y sigas con tesón, llegarás lejos, seguro.
Un abrazo.
En efecto, Francisco, siempre me ha interesado la época de las Cruzadas, en particular la de Ricardo Corazón de León. Supongo que fue la más "mediática", aunque no se consiguió gran cosa, después de todo. PEro el personaje, en sí mismo, con su arrojo y valentía, con su crueldad a veces, e, incluso, cuando hasta hace poco me enteré que se discute si era homosexual. Que si le tiraba los tejos al rey Felipe de Francia, en una relación de amor-odio, en la disputa, precisamente por Normandía. Creo que podría dar para una entra más que interesante. Mi curiosidad, supongo, se despertó porque siempre aparece como secundario en los grandes libros de caballería, como si fuera parte más del paisaje, un elemento necesario para dar credencial a las obras.
En fin, un saludo y si es tu sueño vivir en Normandía, quién sabe, si en unos años, ya convertido en un escritor famoso, no puedes permitirte una mansioncita a las orillas del Sena, je,je...
Un abrazo.
En efecto, querido MiánRos, tortura la tuya, laboral, pero tortura al fin y al cabo. Pero, hoy día, como consuelo, mejor eso que la cola del INEM: mucho ánimo, que los exquisitos clientes de tu afamado centro no te den much... uppS!!! ¡Que lo pase usted bien, hombre! ¡Un abrazo!
Un comentario muy apropiado el tuyo, Blanca. Flaubert trabajó hasta la extenuación para conseguir una obra redonda, perfecta, revisada hasta la meticulosidad. Aunque, como hemos comentando en anteriores ocasiones, para pulir, debe haber una base sobre la que hacerlo; o dicho de otro modo: Flaubert tenía talento, eso está fuera de toda duda. Trabajó como un poseso, pero sin el talento, el trabajo sería en balde.
No obstante, lo has dicho muy bien: el trabajo por la meticulosidad, por la revisón, fue su mayor legado.
Y, ahora, desafiando a Oriafontan, respondo su guante lanzado al aire: "Su autor nunca volvería ni de lejos a escribir nada parecido bueno ni tampoco ningún otro autor en el siglo XX ni XXI." Pues yo creo que sí es posible, Oriafontan. Quizá, algún día, algún escritor, conseguirá superar a Madame Bovary, por una razón: es una obra exquisitamente escrita, muy bella, pero flojea en el argumento, en los personajes: ¿qué hubiera ocurrido si además Flaubert hubiera contado con una mejor historia y unos personajes sublimes?
Es una reflexión bienenticonada, que conste. Un abrazo, Blanca.
Me alegra que en cierta forma me des la razón, Deusvolt, pues no siempre se tiene que estar de acuerdo al dar la opinión de una obra de la que todos dices es una maravilla. Es difícil salirse del standard, y cuando el listón está bien alto, más difícil aún.
No quse decir con mi comentario que la obra de Flaubert fuese de una argumentación mediocre, no obstante. Cada época tiene sus adeptos y sus propias cláusulas, señales, tendencias, o como quieran llamarse. Estoy segura de que para la época en que fue escrita Madame Bovary aparte de ser una buena novela, bien escrita, rompió con muchos cánones y fue lo que la hizo famosa.
Sin ánimo de polemica.
Besos!
Blanca
Hola Deusvolt
Una mansión no: con un ático mirando al Sena me sobra, aunque tenga 25 metros, como los minipisos del Gobierno, o 200, como el despacho de la ministra de Vivienda...
¿Que se especula con que Ricardo Corazón de León era homosexual? ¡Por favor! Si hubiese vivido en la España de los años 20 del siglo ídem le habrían llamado "María la Molinera". MMmmmm... Cuando acabe con la historia de Mengele os pongo la de Ricardo III (más parecida a la serie Dallas que otra cosa...).
Y para felicitaros la navidad a todos os incluyo este enlace, lo siento pero no lo puedo evitar (amor de padre):
http://www.dancingsantacard.com/en/?santa=2055375
FELIZ NAVIDAD
Ninguna polémica, Blanca, además pienso que tu comentario es muy acertado, pues Madame Bovary rompió, ciertamente, muchos cánones de la época. Un beso, amiga.
Francisco, ya te vale hacerle eso a tu mascota, ¡pobrecilla! Ja,ja...
Lo que he comentado sobre "especulación" de la homosexualidad, lo he leído en varios artículos y revistas de historia. Por tu divertido comentario, deduzco, como siempre, que la verdadera historia, con pruebas fehacientes es mucho más explícita que lo que nos hacen creer, ¿no?
En fin, ya leeré tu post, cuando salga.
Un saludo, amigo. Y si te ha tocado la lotería -a mí ni un chavo-, pues nada, cómprate ese pisito al lado del Sena.
Deusvolt
En cuanto a mi mascota, no es lo peor que le he hecho (llamarle "Cojoncitos" en medio de la calle y ver cómo un montón de hombres se dan la vuelta mientras él viene meneando el culete es todo un espectáculo).
Lo de Ricardo III es una historia muy interesante en cuanto que su hermano le traicionó mientras él estaba conquistando Jerusalén para nada y... sí, hay pruebas de su homosexualidad (y pluma) que han pasado a los anales de la Historia (nunca mejor dicho). Hablaremos de él pronto en el blog.
En cuanto a la lotería, me tocó el gordo hace 16 años cuando conocí a mi mujer... pero hoy me han tocado 120 euros que vienen muy bien para comprar la moqueta y las cortinas del apartamento en París.
¿Se me nota que estoy de buen humor?
Abrazos (te mando un mail pronto para el café) ;o)
Jolines, Fran, pues mira, no tengo nada en contra de la homosexualidad, por supuesto, pero eso de imaginarme a Ricardo Corazón de León (ahora Leona), con pluma, pues qué quieres que te diga, que me descuadra bastante. Porque es bien sabida su valentía y su permanencia en primera línea de combate, su arrojo y su destreza con las arma. Lo que hiciera en la alcoba, o junto a la hoguera del castillo, pues bueno, pero con ¡pluma! Joer, es difícil de digerir, aunque puede dar mucho jugo para una historia, ja,ja... ¿no?
Deusvolt, hay algo que no deberíamos olvidar. Antes del cristianismo, y en grandes líderes militares, era común sentir "amor" por un hombre, sobre todo creo que en la Roma imperial, aunque claro, lo que no se hiciese en Roma...
Además, al margen de lo que hiciese el pobre hombre, que nadie dude de su hombría, que tuvo gónadas para hacer todo lo que hizo XD.
Excelente reseña, parece que has aprendido mucho leyendo la obra y tus observaciones han sido muy acertadas.
Me gusta mucho tu blog. ¡Saludos!
Vamos a ver, Ithur, eso que dices respecto a las relaciones sexuales en la antigüedad es cierto, y quiero reiterar, nuevamente, que no pongo en duda a Ricardo Plantagenet, es más, he sido yo el que ha sacado su nombre a la palestra, pues, como dije en el principio, es un personaje que me resulta muy interesante, y lo que ha quedado demostrado fue su valentía y sus dotes militares. Ahora bien, sea por cultura, y en ella englobo todos los libros que he leído, artículos, ensayos, etc. sobre las Cruzadas, donde aparece a menudo, y todas las películas que he visto, donde se hace alusión al personaje, que por cierto, tuvo sus puntos negros y crueles, todo hay que decirlo, pues eso, que me cuesta un huevo imaginármelo con un plumón a lo María Molinera, como dice Francisco Gijón. Lo que no quita, como es lógico, que el hecho de tener pluma o no tenerla, sea totalmente independiente de ser buena o mala persona, listo o necio, cobarde o valiente, bueno o malo, tonto o listo, o toda aquella cualidad que podamos atribuir al género humano.
Hola, Danny, pues sí, he tomado algunas notas de Madame Bovary, y creo que se puede aprender mucho de ese libro, cuando menos, disfrutarlo.
Me alegra que te guste el blog, amiga, pásate cuando quieras, que será un placer tenerte por aquí.
Un saludo.
Deusvolt:
De los grandes guerreros y conquistadores de la historia, el más sobresaliente: Alejandro Magno. Es bien sabido de su amor por su general Hefaistión, compañero y amigo de batallas.
No creo que la valentía y el heroísmo estén reñidos con la homosexualidad.
Sucede que se ha estereotipado. Cuando se habla de homosexsuales se los imagina con un plumero en la cabeza, lo cual para nada es verdad. Te sorprenderías cuántos hombres de apariencia muy varonil que posiblemente tratas cotidianamente, son homosexuales.
Creo que esto merece una entrada aparte, no crees?, ja, ja,
Una idea para el 2010!
Besos y Feliz Navidad!
Blanca
Deusvolt, es una buena idea que cuelgues tu experiencia con los grandes clásicos, para que podamos compartirla contigo y aprender lo máximo.
Creo que dejaste por ahí una lista con los benditos clásicos... tendré que hacer por encontrarlos y leer. He oído hablar de este libro y tengo un manual en el que se ponen muchos ejemplos sobre él, así que lo sumo a una lista que no sé ya por dónde coger.
Tu análisis es, como siempre fantástico. Escribes muy bien... ¡así da gusto!
Besos!!
Blanca, pues sin ánimo de crear polémica, ahora parece que al que se ha malinterpretado es a mí. Es por eso que creo que una entrada sobre la homosexualidad es, todavía, difícil de tratar, porque cuando uno habla sobre ella, tiene que hacerlo “con un tacto” que me parece ilógico, pues todo el mundo aboga por dotar al tema de normalidad, pero al mismo tiempo entra un nerviosismo que lo hace de todo, menos normal. Perdonadme si me estoy expresando incorrectamente o no transmito lo que quiero decir, pero todo esto me recuerda y mucho a un artículo que le leí hace tiempo al escritor Arturo Pérez-Reverte (el de Alatriste), que se quejaba -y con razón- que cada vez que hablaba de “homosexual” hoy en día, tenía poco menos que ir pidiendo perdón por ello.
Todo esto ha empezado porque le comenté a Francisco que se especulaba sobre la homosexualidad de Ricardo Corazón de León. Y he dicho bien, “se especulaba”, porque eso es lo que he leído yo en distintos medios, pero Fran, historiador de profesión, ha comentado que además “tenía pluma”. Y yo he dicho que la imagen de Corazón de león, “con pluma”, se me hacía difícil de asimilar, precisamente por los estereotipos, por la cultura que me había llegado a través, entre otros, de los escritores. En ningún momento, he manifestado que el ser homosexual vaya reñido con la valentía, ni nada de eso, pero sí he comentado que se me hace difícil imaginar a Ricardo Plantagenet en la Batalla de Hattin contra las tropas de Saladino, arengando a sus soldados, a los Templarios y a los Hospitalarios, en plan “María la Molinera”, que oye, a lo mejor estoy equivocado y así fue. Pero, ojo, será todo lo normal del mundo, que yo todavía no he leído ni visto una peli donde alguien haya tenido el valor de ponerlo de ese modo.
Y, también he dicho, que, “el tener pluma” no tienen nada que ver con las cualidades de un ser humano, porque he conocido a gente con pluma con una mala leche que no veas, y gente con pluma muy tierna y delicada. Lo que demuestra que los estereotipos que asocian al homosexual, con o sin pluma, con la delicadeza, o la sensibilidad, son eso: estereotipos. Porque si queremos hacer que la homosexualidad, repito, sea vista como algo normal, “que ha estado ahí toda la vida”, no podemos tener la doble moral de, paralelamente, hablar de que son mejores ni peores. Pues no, oye, que heterosexuales malnacidos ha habido, hay y habrá unos cuantos, y buenos, buenísimos, pues también. Que lo cortés no quita lo valiente, ea.
¿Y qué es lo que más me joroba? Pues tener que justificarme.. Uff! ¡Eso me joroba cantidad! Mucho, mucho, pero nada, ¡Feliz Navidad! ¡A los de la pluma y a los que no, a los/las homo, hetero y bis!
P.D. Y, Blanca, no me sorprendo de que haya hombres, “que parezcan muy hombres”, y sean homosexuales, para nada. Lo que no me gusta es la gente “que alardea de algo”, sea lo que sea.
Hola, naTTs R!! Pues gracias por tus palabras, y si necesitas una lista, la mía se ha complicado un montón y es bastante larga y enrevesada, pues pedí consejo a los compañeros y yo mismo, dentro de mis posibilidades, me hice con unos cuantos, conforme los voy leyendo los voy poniendo en mis lecturas, lo que ocurre es que, cada poco se me cruzan otras lecturas, ja,ja.. Ahora mismo ando con "Por quién doblan las campanas" de E. Hemingway.
De todas formas, si necesitas una lista, yo te paso la mía sin ningún tipo de problemas, ¿tienes mi email, no? Pues lo que quieras, amiga.
Un beso y ¡Felices Fiestas!
naTTs, si te sirve de ayuda, los consejos que me dieron y la lista que puse están en la siguiente ruta del blog:
http://elalmaimpresa.blogspot.com/2009_11_01_archive.html
Un saludo.
Mil gracias!!! Pues haré una selección, porque si escribo no leo, y si leo y escribo... pues adios al tiempo para estudio.
¡Cómo me gustaría tener tiempo para todo!
En fin Deusvolt, mil gracias por la lista.
¡Abrazos!
Muy buena entrada, Deusvolt.
Imagínate... !no sé qué más agregar a ella!
(Jejejeje)
Abrazos,
Esther
Hola!! Excelente nota. Yo personalmente creo que Madame Bovary es uno de esos libros que marcan umbrales, por miles de razones. Admito que es un poco pesado, pero al analizarlo se vuelve fascinante
Justamente armé una nota en mi blog al respecto donde mencionó lo que me llamó la atención en un análisis informal.
Te invito a leer mi nota y comentarla!!
http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/06/50-sombras-de-madame-bovary.html
También, si querés podés seguirme en:
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Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general. Saludos!!
Luciano
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