El viernes fue un día extraño. Salí de casa algo más temprano para intentar evitar la larga caravana que se forma al ir hacia el trabajo. A pesar de eso, cuando tomé la salida de la autovía tuve que admitir que los minutos robados a mi sueño habían sido infructuosos. A través de la luna de mi coche observé la garganta luminosa que discurría frente a mí. Suspiré y subí el volumen de la música. Cada vez tengo menos ganas de escuchar las noticias.
Tras una lenta procesión, a base de segunda y pedal de freno, justo cuando iba a incorporarme a la última rotonda, me adelantó, por el arcén, una patrulla de la Guardia Civil. Los agentes cruzaron el vehículo con habilidad en medio de la rotonda y se bajaron. Sus chalecos reflectantes refulgieron entre tinieblas. En un santiamén desplegaron una suerte de conos cerrando el paso. Coño, justo cuando rozaba la entrada del curro con los neumáticos. Nos obligaron a seguir otro kilómetro de autovía hasta la siguiente rotonda. Como por arte de magia, el denso tráfico se descongestionó, y el motor de mi coche ronroneó alegre, harto ya de las marchas bajas, pero, claro, mis ánimos quedaron mermados.
A pesar de la música, y dependiendo de las canciones, cuando conduzco suelo meditar.
Recuerdo que una de las cosas en las que pensé fue en que los viernes son de los mejores días, porque traen la ilusión del fin de semana en ciernes y lo que eso conlleva: el dulce hogar, el fin de la dictadura del despertador, las comidas familiares, la lectura, en definitiva: la ausencia de otras obligaciones a excepción de las propias. Siempre que se tenga la suerte de no tener que trabajar los sábados o los domingos, que a veces también toca. Pero, paradójicamente, los viernes son también días lastrados. En ellos se sedimentan los cansancios de la semana, el estrés, los problemas sin resolver y los que amenazan con agrandarse.
Para un aspirante a escritor, el fin de semana resulta nefasto. Sabe que la bandeja de entrada del correo permanecerá ajena a ese mensaje quimérico. El que todos llevamos en mente, y que abrirá un hueco entre las nubes.
Tras la jornada de trabajo volví hecho polvo a casa. Tuve que aprovechar una tregua que concedió la lluvia. Ahora el asfalto se antojaba límpido, con un negro tan profundo y homogéneo como un trazo de pincel ejecutado con destreza.
Ya en mi casa, me tiré sobre la cama, quitándome los zapatos al mismo tiempo. Así de cansado estaba. El curro anduvo turbio como el día, con sensaciones contradictorias. Los datos, los números, los emails se amontonaban en mi cabeza, atropellándose.
Fue mi esposa la que me recordó que a las siete y media había una presentación de un libro en Cartagena. Le contesté que no tenía ganas, que estaba demasiado agotado como para pensar siquiera en ir. Ella entendió que me encontraba en esos días grises que me asaltan sin previo aviso. Fue muy tierna.
El caso es que me convenció. Volví a montar en el coche y salí pitando, temiendo llegar tarde como suele ocurrirme. Para colmo de males, la ciudad estaba hecha un desastre gracias al famoso "Plan E" que la mantenía más patas arriba que de costumbre. Las líneas divisorias de los carriles yacían amarillas indicando provisionalidad e improvisación, carteles de advertencia surgían cada poco, los sentidos del tráfico se invertían, y el trayecto se convirtió en un rally incierto e irritante. Dejé el coche en el aparcamiento del puerto, que ofrecía una estampa costumbrista con retazos de nubes grises sobre un mar agitado.
Cuando llegué a la veterana librería Escarabajal, subí los escalones de dos en dos, y pude comprobar que la presentación de “El secreto de Nicea” ya había comenzado. Me senté al final de la media docena de filas de sillas desplegables. Una treintena de personas escuchaba con atención a la dueña de la librería (Ana Escarabajal) comentar el currículum tanto del autor de la obra, Francisco Gijón, como el del hombre que iba a actuar de cicerone del mismo, Francisco Javier Illán.
Tras una lenta procesión, a base de segunda y pedal de freno, justo cuando iba a incorporarme a la última rotonda, me adelantó, por el arcén, una patrulla de la Guardia Civil. Los agentes cruzaron el vehículo con habilidad en medio de la rotonda y se bajaron. Sus chalecos reflectantes refulgieron entre tinieblas. En un santiamén desplegaron una suerte de conos cerrando el paso. Coño, justo cuando rozaba la entrada del curro con los neumáticos. Nos obligaron a seguir otro kilómetro de autovía hasta la siguiente rotonda. Como por arte de magia, el denso tráfico se descongestionó, y el motor de mi coche ronroneó alegre, harto ya de las marchas bajas, pero, claro, mis ánimos quedaron mermados.
A pesar de la música, y dependiendo de las canciones, cuando conduzco suelo meditar.
Recuerdo que una de las cosas en las que pensé fue en que los viernes son de los mejores días, porque traen la ilusión del fin de semana en ciernes y lo que eso conlleva: el dulce hogar, el fin de la dictadura del despertador, las comidas familiares, la lectura, en definitiva: la ausencia de otras obligaciones a excepción de las propias. Siempre que se tenga la suerte de no tener que trabajar los sábados o los domingos, que a veces también toca. Pero, paradójicamente, los viernes son también días lastrados. En ellos se sedimentan los cansancios de la semana, el estrés, los problemas sin resolver y los que amenazan con agrandarse.
Para un aspirante a escritor, el fin de semana resulta nefasto. Sabe que la bandeja de entrada del correo permanecerá ajena a ese mensaje quimérico. El que todos llevamos en mente, y que abrirá un hueco entre las nubes.
Tras la jornada de trabajo volví hecho polvo a casa. Tuve que aprovechar una tregua que concedió la lluvia. Ahora el asfalto se antojaba límpido, con un negro tan profundo y homogéneo como un trazo de pincel ejecutado con destreza.
Ya en mi casa, me tiré sobre la cama, quitándome los zapatos al mismo tiempo. Así de cansado estaba. El curro anduvo turbio como el día, con sensaciones contradictorias. Los datos, los números, los emails se amontonaban en mi cabeza, atropellándose.
Fue mi esposa la que me recordó que a las siete y media había una presentación de un libro en Cartagena. Le contesté que no tenía ganas, que estaba demasiado agotado como para pensar siquiera en ir. Ella entendió que me encontraba en esos días grises que me asaltan sin previo aviso. Fue muy tierna.
El caso es que me convenció. Volví a montar en el coche y salí pitando, temiendo llegar tarde como suele ocurrirme. Para colmo de males, la ciudad estaba hecha un desastre gracias al famoso "Plan E" que la mantenía más patas arriba que de costumbre. Las líneas divisorias de los carriles yacían amarillas indicando provisionalidad e improvisación, carteles de advertencia surgían cada poco, los sentidos del tráfico se invertían, y el trayecto se convirtió en un rally incierto e irritante. Dejé el coche en el aparcamiento del puerto, que ofrecía una estampa costumbrista con retazos de nubes grises sobre un mar agitado.
Cuando llegué a la veterana librería Escarabajal, subí los escalones de dos en dos, y pude comprobar que la presentación de “El secreto de Nicea” ya había comenzado. Me senté al final de la media docena de filas de sillas desplegables. Una treintena de personas escuchaba con atención a la dueña de la librería (Ana Escarabajal) comentar el currículum tanto del autor de la obra, Francisco Gijón, como el del hombre que iba a actuar de cicerone del mismo, Francisco Javier Illán.
Debo confesar, que hace cosa de unos meses ni siquiera se me hubiera ocurrido asistir a la presentación de un libro. Ahora, a base de rechazos y del lento despertar de mi ermitaña condición de escritor novel, he decidido hacer un esfuerzo por conocer qué hay al otro lado.
La presentación fue muy agradable. Francisco Javier Illán criminólogo de profesión, escritor, presentador y colaborador de revistas literarias, además de bloguer y un montón de cosas más que no recuerdo, resultó un tipo sencillo, campechano, y sin pelos en la lengua. Contó los avatares que le habían llevado a estar ese día allí, en el primer piso de Escarabajal presentando una novela, que, a priori, tocaba temas que se contraponían a sus propias creencias morales. Me resultó significativo que hoy en día, en el mundo de las letras, un hombre insertado en ellas plenamente, fuera capaz de reconocer sus tendencias sin maniqueísmos. Francisco Javier presentó con brillantez “El secreto de Nicea”. Pido disculpas por no colocar fotos del propio evento, pero el estrés diario me tenía noqueado aquel día.
Francisco Javier Illán
Luego, fue el propio autor, Francisco Gijón, quien tomó la palabra. Habló con una voz capaz de encantar a serpientes, de esas que dejan huella. Una voz sabia y madura, impropia de alguien tan joven. Eso, unido a su aplomo, me causó una profunda impresión de lo que significa ser escritor ante un público y hablar sobre literatura. Obviamente, yo, como aspirante, sentí un cierto retraimiento. Cuando estoy ante otros escritores tengo tendencia a empequeñecerme.
Francisco Gijón
En este caso, en concreto, Gijón defendió a capa y espada un tipo de literatura histórica que sobresale de los cánones actuales. Historiador de formación, explicó el riguroso trabajo que hizo, basado en fuentes clásicas, para abordar un libro como aquel. La historia bien contada resulta fascinante, aunque como él mismo apostilló, el hecho de que esté profusamente asentada en escritos existentes no la hace más veraz, puesto que, en definitiva, se basa en palabras que otras personas escribieron, que no necesariamente, reflejan lo que realmente ocurrió. Y como también resaltó: los vencedores, que son al final los que escriben la historia, no añaden nada, en todo caso, borran.
Curiosa tertulia siguió después, pasando de puntillas sobre “la otra literatura histórica” o “pseudohistórica”. Dominada por esa especie de histrionismo que embarga al mercado editorial actual donde, forzosamente, todo hecho histórico debe ir acompañado por un misterio oscuro, y a poder ser, un misterio tan grande que sostenga él sólo la existencia de la humanidad.
Finalmente me quedo con la disertación sobre el Concilio de Nicea, sobre el que versa profusamente el libro. Fue realmente interesante puesto que yo desconocía que en aquel concilio se filtraron 270 evangelios, quedando los cuatro que todos conocemos. Esa criba produjo una “fusión” de los distintos caminos que había tomado el cristianismo hasta el siglo IV, y, en la práctica, dio lugar al asentamiento de una forma común de entender la sociedad a partir de ese momento, con la religión, una religión más homogénea, en costumbres y principios de fe, como centro motor de la sociedad. Y ese paso sí fue definitivo en la historia, por tanto que sus consecuencias han llegado hasta nuestros días haciéndonos ser lo que somos.
Lamentablemente, debido a lo tarde que se había hecho, se tuvo que cerrar la presentación. El autor comenzó su ronda de firmas y yo me acerqué a saludar a Francisco Javier Illán. Tenía muchas ganas de conocerlo, precisamente por una de las cosas que había leído sobre él: que era un hombre muy interesado en los nuevos escritores de la región de Murcia.
Fue una conversación breve. Básicamente me dio ánimos para seguir adelante, inculcándome la idea de que al final, seguro, publicaría. Comentamos acerca de cómo se las gasta el sector editorial, y, justo cuando íbamos a despedirnos, empleó la palabra mágica. La que debe acompañar a cualquier escritor en ciernes: Perseverancia.
Así que la repito de nuevo, desde este modesto blog, porque a mí su sonido me produce una especie de sugestión. Creo que "Perseverancia" es una de esas palabras nobles, rotundas, que crean un efecto de "poder" a quien las emplea.
Gracias, Francisco Javier, fue un placer conocerte.
39 comentarios:
Qué interesante, y al menos un escritor que no huye ante los que estamos empezando XD.
Me ha resultado curioso porque para mí, fin de semana es sinónimo de hormigonera y sol, así que prefiero los días entre semana, no puedo haraganear todo lo que querría, pero al menos sí un poco XD.
Estoy de acuerdo con las palabras de ese escritor, perseverancia es lo que todos debemos tener. Además estoy seguro de que editarás, me gusta mucho cómo describes.
Bueno, no me explayo que tengo que terminar un trabajo o el profesor se va a enfadar conmigo.
Saludos, y disfruta de lo que queda de descanso.
Es verdad que ahora se "vende" el tema histórico-misterio y trasfondo religioso. Es curioso la sociedad esta descreída que nos han hecho ser y triunfa eso. Otra paradoja.
Yo creo que al lector moderno lo que más le emociona es lo que ha perdido: el amor, la religión profunda creída con coherencia, la amistad desinteresada: hoy en día todo eso es tan raro que un tema que trate de eso triunfará estoy seguro porque va a emocionar a muchos.
Os doy estimados escritores en ciernes un consejo de lector.
Hola, Deusvolt. Desde luego, el título del libro a cuya presentación asististe: "El Secreto de Nicea", es sugestivo y enganchón. Yo opino que toda novela que pretenda ser leída (y bien vendida) ha de tener un buen título, de esos que enganchan. Sí, ya sé que suena muy superficial, pero bueno, a mí si estoy en el Fnac y me gusta un título le doy la vuelta al libro para leerme la sinopsis... Oye, que hoy termina la feria de Frankfurt, ¿tendremos noticias pronto? Crucemos los dedos, a ver si suena la flauta y recordamos esta feria como una de las mejores. Ah! y que perseveren también las editoriales y agencias, un poco más de rapidez en las respuestas no vendría mal, verdad? jaja. Un abrazo!!
¡Vaya entrada! Voy a empezar a tomar medidas antes de sentarme al ordenador a leer tus post, Deusvolt; mesa recogida, niños acostados y el resto de minutos para mí, aaaa... leer; ja, ja es broma.
Me gustó la manera de irnos involucrando en la lectura en la cotidiana forma de tu día a día, hasta introducirnos en la librería Escarabajal y la presentación del libro de Francisco Gijón... perfecto.
Perseverancia, paciencia, ¿yo creo que ya hemos hablado de esto? Pero al hacerlo insistimos en recordar esa constancia, ese tesón y, obviamente, eso es bueno, sobre todo no olvidarlo.
Un fuerte abrazo, compañero.
Es verdad, Ithur: la percepción del fin de semana (y en general de todo en la vida) dependede de cada persona. Parece que no te dejan estar todo lo que quisieras entre piratas y galeones. En fin, siempre podrás decir que anduviste entre hormigón y ladrillo cuando firmes autógrafos en la Quinta Avenida, ja,ja.. Eso vende.
Como siempre gracias por tus deseos, amigo, y venga, termina el trabajo. Ese profesor merece todos nuestros respetos.
Un abrazo.
Ofiafontan, estoy de acuerdo contigo: el leit movit de una obra es la emoción que provoca. Puede ser rabia, tristeza, melancolía.. pero los motores de las buenas historias fueron esos mismos que tú señalas. Recuerdo una entrevista a Ken Follet, el cual al referirse a "Los pilares de la tierra" venía a decir que tras el telón de fondo histórico, lo imporante de la novela en sí, eran las relaciones humanas, el amor, el odio, los celos... Los sentimientos, al fin y al cabo.
Desde luego, en mis manuscritos esos sentimientos están presentes, y quiero creer, que no cómo efectos secundarios. Son quienes hilvanan las historias.
Desde luego, es un buen consejo, compañero.
Silvia, me has hecho reflexionar. Estoy inmerso en la revisión cuatro de mi último manuscrito, y será la definitiva porque quiero descansar ya. Una de las cuestiones que se me plantean es si he elegido bien el título. El título tiene para mí bastante importancia. El caso es que cuando fui a registra el manuscrito, el hombre del registro se equivocó, mi suegro también se confundió al leerlo. Es un título distinto, quiero creer, pero no es fácil, y no sé si me dará problemas. De las personas que lo han conocido, unas opinan bien y otras no tanto. En fin estoy en una pequeña encrucijada pero creo que para juzgar ese título habría que leer la novela, y lo que ocurre, por desgracia, es que no la leerán si no les atrae el título, ¡vaya paradoja!
Ah, "El secreto de Nicea" tiene muy buena pinta, desde luego. El autor se lo ha currado de lo lindo.
Bueno, chica, entramos en la recta final, tras la Feria de Frankfurt, ¿tendremos suerte esta vez?
Ojalá, ¡que ya toca! Porque mira que llevamos esperando de lo lindo.
MiánRos: es cierto, se me ha ido un poco la mano con esta entrada. Demasiado larga, pido perdón, pero quería explicar cómo fue el día. Sí un día gris. Últimamente tengo bastantes días así. Eres un hombre ocupado y tienes muchos quehaceres, eso es digno de admiración -también hemos hablado de eso alguna vez-: el tesón que demuestran los noveles compaginando su vida diaria y laboral en la búsqueda de un sueño: convertirse en escritores.
Umm... la paciencia, difícil cualidad para un occidental, desde luego. ¿Tendrán los mismos problemas los editores chinos?
En fin, amigo, espero al menos que tan larga entrada haya merecido la pena.
Un abrazo, y suerte también para tí.
Pues yo también te voy a matar, porque he entrado "a echar un vistazo rápido", me he enganchado y me lo he leído todo, todito, todo. Siempre me pasa igual. Me ha encantado la forma de enfocarlo, el inicio, y luego el fondo del asunto.
Perseverancia y fe, es la caracteística de los alcoyanos ¿verdad? Veremos si tenemos noticias pronto alguno de nosotros.
Lo del título Sergio, si vieses la cantidad de nombres que le han dado a la mía. Es más, si ves el vídeo de la presentación, escucharás a la locutora diciendo un título que no es. Pero no se me ocurrió otro. Si tú estás convencido, adelante.
Hola, Deusvolt. No te preocupes por lo del registro. Mi primera novela la tengo registrada con un título bastante diferente del actual; y claro, en un principio les llamé por teléfono en plan: "¿Es necesario que vuelva a registrar la novela?, pues le he cambiado el título y también algunas frases en los capítulos" y los del registro me dijeron que no, que por un cambio de título o de frases, no es necesario volver a registrar. De hecho, sé de bastantes escritores que tras registrarla con un título concreto la editorial les ha hecho cambiarlo por otro más comercial; así que no por eso hay peligro de plagio. Ah! Y escoge el título que te guste más a ti; porque siempre habrá opiniones diversas, pero de entrada el autor se tiene que sentir super a gusto con el nombre de la criatura jeje. Un beso!
Interesante libro, Devoust, un título sugerente, así como el de tu entrada: "Perseverancia". Creo que es lo que nos queda a todos, hayamos publicado o no.
Pienso que los géneros novelísticos tienen sus ciclos, y por supuesto, dependerá de las tendencias, de lo que más se esté vendiendo, o de lo que a la gente más le agrade leer. No quiero contradecir a Francisco Guijón, pero aunque él esté en contra de la literatura pseudohistórica, en la que se mezclan hechos ocurridos con grandes misterios que podrían dar luces a la humanidad, en buena cuenta él mismo se subió al carro halado por los grandes del género. Empezando por el título: "El secreto de Nicea".
Es preferible no atacar. Lo importante es resaltar si cabe, lo que uno escribe. A fin de cuentas de lo que trata su libro es de un hecho histórico desconocido por la gran mayoría, que se mantuvo en secreto porque así le convenía a la Iglesia. Ya de por sí un tema interesante al que se le puede sacar mucho filo, y que con seguridad él hizo.
Me ha gustado tu crónica, tienes una manera sutil de adentrarnos en tus temas y sin que nos demos cuenta nos hemos leído varios folios, ja, ja,
Un abrazo,
Blanca
No he descubierto si estaba leyendo un relato o una introducción hasta bien avanzada la entrada. Perseverancia, es la clave, en la literatura y en todo, además de "capacidad de encaje". Como los boxeadores: no basta esperar el momento, hasta que llegue hay que encajar los golpes. Si no, toca lona.
Buena entrada. Lo importante es no olvidar la ilusión por alcanzar lo que soñamos.
Un saludo
Qué fácil decir perseverancia... y sobre todo un viernes por la mañana, ¿verdad? Pero es lo que hay.
Qué suerte por poder asistir a presentaciones. Cualquiera diría que vivo en una capital, porque una de dos: o no me entero de nada, o aquí hay alguna sede de la inquisición, porque no se arriman los escritores ni con mascarilla.
Me llama la atención el aplomo del autor, del que decías ser muy joven. A veces me paro a pensar en las implicaciones que publicar trae consigo. Hay que dar la cara... Hablar en público. Y no sé por qué (bueno, sí) los escritores tenemos fama de taciturnos. Yo también me siento pequeñita al lado de un escritor, porque es algo más que alguien que escribe... o al menos, debería serlo.
Ánimo, que el correo vuelve el lunes.
¡Abrazos!
Hola Sergio,
Gracias por traernos a Francisco Gijón y su novela: El Secreto de Nicea. Estaré pendiente de comprarla.
La literatura, el cine y la televisión—como industria del entretenimiento—, aunque manejan infinidad de géneros, mantienen el ingrediente principal: emoción. Revisa las películas, series y novelas de mayor éxito mundial y comprobaras que todas lo tienen.
Me alegra que asistas a eventos literarios; te ayudará a comprender una faceta de la industria: presentación de libros y autores.
Mantén la perseverancia y ve haciéndote la idea de cómo lucirás cuando te toque presentar tu novela ante el público lector.
Un cordial abrazo,
Daniel DC
Perdón, perdón, perdón.. por una entrada tan larga, ja,ja.. Prima Malube, gracias por tus palabras: de momento dejaré el título como está, cuadra con la historia. Además me guío por el tito S. King, que viene a decir que si la gente que opina sobre tu obra comenta cosas contrarias, y empatan, pues ¡la última palabra la tienes tú! Así que lo dejo tal cual. Esperemos que, pasada ya la Feria de Frankfurt, tengamos noticias pronto. Oye, que uno tiene su paciencia, ¡¡pero ya está bien!!
Gracias a tí también, Silvia. Eso que comentas acerca del registro, pues yo no lo tenía tan claro. Por tanto, seguiré tu consejo, que creo es un buen consejo, además, XD.
¿No dicen que la fe mueve montañas?
Pues os veo a todos muy "motivados". Eso es buena señal. Crucemos los dedos.
Blanca, ja,ja, cómo me has hecho reír con eso de que habéis leído unos cuantos folios sin daros cuenta, ¿quién crees que soy, Erik Hanussen por lo menos? (ojalá tuviera emoticonos para guiñar un ojo XD). En fin, creo que me expresé mal en el comentario... Por supuesto se habló de la diferencia entre histórica y pseudohistórica, y hasta creo que se comentó "novela de aventuras" con fondo histórico. Pero el autor -y es justo reconocerlo_ dijo que bueno, que él se lo había pasado en grande leyendo "El código Da Vinci", pero él no consideraba que esa novela fuera estrictamente novela histórica y dejó correr un tupido velo, como suele decirse. Gijón habló con mucho acierto, y es difícil expresar lo que dijo exactamente, así que pido disculpas por haberme expresado algo mal (tengo que pulir mis comentarios, je,je..). Bueno, querida Blanca, estoy de acuerdo contigo: nadie puede juzgar a nadie ni arrojar la primera piedra. Es más, doy mi propia opinón: podemos estar todo el día hablando de novela histórica, de novela negra, de novela romántica, de terror, de aventuras, etc, etc. pero ¿dónde quedan los personajes? ¿Dónde quedan las emociones, los sentimientos? Para mí, se ha perdido un poco la perspectiva en la literatura, porque de tanto hablar de géneros, no nos fijamos en novelas muy hermosas que pululan por ahí, pasando desapercibidas.
¡¡Qué manía tenemos en esta sociedad de encasillarlo todo!!
Un beso, guapa, estoy con tu novela, pero el trabajo, como relaté en esta larga entrada me tiene contra las cuerdas!!
Hola, Blas, encantado de leerte de nuevo. Ya sé que terminaste tu corrección de la novela y ahora va camino del Olimpo de los Dioses. Recuérdanos cuando te codees con Netpuno y sus amigos, recuerda que una vez fuiste un ser humano!!!
En serio, tú eres el ejemplo de la propia entrada: perseverancia!!!
¿Bien la vida de casado? ¿A que no es para tanto? Un abrazo, amigo.
P.D. El ejemplo de los boxeadores es muy bueno. Creo que yo ya no tengo tabique nasal.
naTTs R, si te sirve de algo, hasta hace dos días, no tenía ni idea de los actos que se celebraban en Cartagena. Fue a través de un conocido escritor que entré en una tertulia literaria, y el coordinador nos avisa. Aunque en este caso, fue gracias al Facebook (que me aconsejó Daniel DC) como Francisco Javier se puso en contacto conmigo y me dijo que me pasara por la presentación, ya que era en mi ciudad. Ya ves, poco a poco y casi sin quererlo, chica. De todas formas, a veces, en los foros también se comentan los actos, y la gente avisa cuando van a presentar un libro.
Respecto a hablar en público, creo que las terturlias también son algo bueno, porque te abres a la gente y te das cuenta de que necesita "su técnica". Por cierto, recuerdo a un escritor que dijo refiriéndose a sí mismo, que tenía dos personalidades, el hombre que escribía y el que hablaba, y que una y otra no tenían nada que ver. Un poco es mi caso: no sé si sería capaz de expresar las ideas que guardo en el sótano. Además, no soy nada bueno hablando en público.
Pero, todo tiene su precio, baby.
Gracias por pasarte, Daniel. Es un buen consejo lo de revisar películas. Es cierto, la emoción es el leit motiv de casi todas las historias, emoción que puede adquirir formas muy distintas. PEro básicamente, una historia se sustenta en emoción o, si me apuras, en la falta absoluta de ella. A veces, la frialdad total también causa una reacción en el espectador. PEro esa frialdad, no deja de ser una emoción, ja,ja.. vaya paranoia, ¿no?
Bueno, no sé cómo acostumbrarme. De momento, a mis tertulias y, cuando se tercie, asistiré a más presentaciones. Yo también lo recomiendo.
Hola amigo.
Haces con las entradas a tu blog un placer, si lo que escribes es tan bueno, no temas, seguro que tienes suerte.
Es un encanto leer lo que cuentas.
Besicos.
Me alegro de que tu mala semana se arreglara con literatura, Un saludo
Muy buenas. Soy el autor de EL SECRETO DE NICEA. Encantado de que vinieses. Opino que deberías haberte acercado a hablar conmigo también (otra vez será). Me alegra que te gustase la charleta y quedo a tu disposición (y a la de todos los amigos de tu blog) para intercambiar impresiones sobre este mundillo.
Abrazos a todos y yo también os animo a la perseverancia. Cada NO que recibimos nos acerca a todos hacia el inevitable SI que nos aguarda.
Hola de nuevo. Acabo de leer el comentario de B.Miosi. Querría puntualizar que el título me lo cambió el editor, pensando que EL SECRETO DE... era más comercial. Yo no estaba en absoluto de acuerdo con ese cambio... pero el que paga, manda. En cuanto a la narrativa pseudohistórica, yo no estoy en contra ni dije que lo estuviera en la charla. Lo que dije fue que EL CÓDIGO DA VINCI me había entretenido mucho y que las novelas que le siguieron, unas buenas y otras malas, estaban para leerlas, pero que no eran históricas y que no había que confundir al lector. Para mí todo tipo de narrativa es válido y el que decide si algo es bueno o malo es el público que al final se gasta su dinero en la obra y la recomienda (o no). Solo eso y que yo, personalmente y por motivos profesionales, me quedo con una novela histórica antes que con una pseudohistórica.
Isis, gracias por tus palabras. Espero que tu soñado proyecto vaya viento en popa. Un beso.
Xavier, gracias por pasarte. Es un placer tener caras nuevas por aquí. Espero leerte de nuevo. Un abrazo.
Francisco Gijón... ¡vaya lío!
Bueno, antes de nada tengo que presentarte mis excusas por no haber hablado contigo en persona: tienes toda la razón, pero sirva en mi defensa que ese viernes fue de aupa. Que sepas que me quedé con unas terribles ganas de hablar contigo. Ahora bien, en medio de tu charla recibí una llamada telefónica: se había muerto el hermano de un compañero de trabajo. Así que, al final de la presentación, estaba por una lado, intercambiando unas breves palabras con Francisco Javier que tenía que irse, escuchando a la dueña de Escarabajal apremiando porque tenía que cerrar, y viéndote a tí, sentado, firmando libros. No me pareció oportuno "colarme" entre aquella gente que charlaba contigo mientras les firmabas. Por cierto, terminé la tarde en el tanatorio, dos horas después, muerto de hambre. Conclusión: a ver si en otra ocasión coincidimos. Vivo en Cartagena, así que nada es imposible.
Respecto a lo de la interpretación que se haya podido sacar de la entrada, me echo todas las culpas porque, tal vez, no fui lo suficientemente preciso. En ningún caso quise decir que tú hablaste mal de las novelas pseudohistóricas. Creo que comenté que hubo "una tertulia" acerca de la diferencia entre ese tipo de novelas (sin tanto rigor) y las novelas, como la tuya, que llevaban detrás una gran documentación. Pero no me refería a tí. También creo que lo dejé claro en la respuesta que yo mismo dí a Blanca -libre de toda culpa- donde intenté arreglar mi impreciso comentario.
Pido disculpas por si he podido causarte alguna molestia.
Quiero también manifestar el interés que tiene tu novela, y reiterar lo recomendable que es por el tema que sacas a colación: El Concilio de Nicea.
Por cierto, se me había olvidado colocar el libro en el expositor de El alma impresa, cosa que solucionaré en cuanto tenga dos minutos.
También he visto que tienes un blog, así que, si te parece bien, paso a enlazarlo.
Un abrazo, y pásate cuando gustes.
Sergio.
Hola
No te preocupes. Tu lo has expresado bien, pero se ha entendido mal. Este sábado estaré firmando libros en el stand de BERTRAND de 18.00 a 20.30 en la Feria del Libro de Cartagena. En cualquier caso estamos en contacto cuando y como quieras. Siempre encantado de conocer gente nueva y compartir puntos de vista y experiencias.
Devoust, Francisco, creo que yo fui la que entendí que Francisco tenía algo en contra de las novelas que se llaman históricas por el hecho de que muchas aventuras en las que se basan las tramas de las novelas están recreadas en medio de un acontecimiento conocido, llámese Religiones, (caso Código DVinci), II Guerra y toda las novelas que se han hecho basándose en Hitler y los campos de concentración, etc.) sin la reegurosidad histórica como para llamarse "novela histórica".
En buena cuenta yo también podría estar en contra de ellas, pues he leído novelas que no tienen nada que ver con la realidad que se vivió en aquellas épocas.
Pero si partimos de la premisa de que se escribe para contar una historia y entretener al público, y si en adición podemos enseñar o dar la ilusión de que se enseña algo de historia, no me parece mal.
Al fin y al cabo la novela es, como yo lo entiendo un libro que se lee para disfrutar de su contenido. Si yo deseara saber únicamente de historia, leería una enciclopedia o algún libro de historia propiamente dicho.
No dudo que "El secreto de Nicea" sea un libro súper interesante, el cambio de título lo hace más comercial, sin lugar a dudas, y Francisco, al ser historiador debe haber hecho un buen trabajo de recopilación. Pero siempre quedan los momentos íntimos, las situaciones ocultas, los pensamientos que con cierta lógica, el escritór deberá rellenar con imaginación e inteligencia para hacer de un hecho histórico un elemento novelístico.
Felicito a Francisco por su don de gentes y le deseo mucho éxito con su novela, no sé si estará a la venta por aquí, (Venezuela), me interesa leerla, pues toca un tema fascinante, que como él dice, cambió nuestro modo de vida.
Un abrazo,
Blanca
Francisco, intentaré pasarme por el stand, y ya te saludo.
Blanca: ¡¡Vaya lío se ha montado!! Ja,ja.. ¡¡No le demos más vueltas!! Tú eres fantástica y yo un patán, ja,ja... En serio, suscribo lo que has dicho y te mando un beso.
Cualquiera que te haya leído y que te lea sabe lo bienintencionada y grande que eres.
Hola de nuedo Desvoult (y compañía)
El libro está únicamente a la venta en España. Ajec es una editorial modesta y de hecho he tenido que ser yo el que se mueva personalmente para venderlo en el extranjero. El año próximo saldrá en inglés en Estados Unidos y posiblemente en Inglaterra.
Sugiero a los contertulios escritores que no se desanimen, pero que tampoco se queden cruzados de brazos: no depositéis todas vuestras esperanzas en los agentes literarios, que en España cobran un pastón e imponen unos contratos leoninos. Yo, tras recibir un par de ofertas, las desestimé (40% de comisión y escribir en negro para otros autores como condición previa a difundir - sin garantías - mis 4 próximas obras). No mencionaré nombres porque no quiero hablar mal de nadie, pero cuando vi que en el extranjero la comisión de un agente es máximo del 15% (o nada, porque le cobran a la editorial y no al autor) no me lo pensé dos veces: pagué por una traducción decente al inglés y, ni corto ni mucho menos perezoso, la envié a editoriales y agentes de fuera... ¡y funcionó!.
Sobra decir las ventajas añadidas de este sistema - ¿quién quiere ser reconocido en su país si tiene que pagar un justiprecio que ni es justi ni es precio?. A mí me da lo mismo, sinceramente. Prefiero el anonimato en mi tierra.
Querámoslo o no, las novelas las escribimos como si fuésemos relojeros, con mucho esfuerzo, pero aspiramos a que se vendan como preservativos - perdonad el símil - porque al fin y al cabo a lo que aspiramos es a que nos den de comer o, cuando menos, de merendar, que buen esfuerzo le dedicamos al trabajo (porque es un trabajo en toda regla).
El año próximo saco mi segunda novela en España, LOS CUADERNOS DE LA MEMORIA, y ya tengo preparada la tercera mientras escribo la siguiente. Voy, pues con cierta ventaja - ridículo sacar más de una obra por año - y al mismo tiempo me despreocupo de los tejemanejes de los intermediarios, los cuales, si están de verdad interesados, acabarán por contratarte decentemente y no aprovechándose de la siempre presunta "debilidad" del autor novel. Además de perseverar tenemos que saber vendernos y echarle imaginación. En estos meses he conocido autores que están verdaderamente amargados porque firmaron alegremente con representantes que los llevan fritos y luego, cuando echan cuentas, casi que pierden dinero. ASí no merece la pena escribir.
Yo llevo escribiendo más de la mitad de mi vida, seguro que la mayoría de vosotros también, y pienso que a estas alturas la vanidad de sentirse publicado queda en un segundo plano. Es el público y no el editor o el agente - que ganan dinero con nuestro esfuerzo y pagan con retraso - el que tiene la última palabra.
No dejéis que un editor os diga que nadie os habría publicado si no fuese por que él apostó por vosotros - los editores desconocen cuántas ofertas tuvísteis después de aceptar la suya - y tampoco busquéis desesperadamente un agente que os puede ofrecer - y de hecho lo hacen - un caramelo envenenado.
El mejor representante de una obra es su propio autor.
Y perdonad la perorata, pero he leído que algunos estáis pendientes de ferias y agentes. En serio, no merece la pena: hay mercado para todos y los lectores nos esperan con ansia y ansiedad.
En España el pastel se lo reparten entre cuatro gatos esmirriados y el lector de verdad va estando harto.
Luego vendrán las descargas para libros digitales y les pasará lo que le ha pasado a las discográficas y pondrán el grito en el cielo, como de costumbre, mientras cada uno de nosotros tiene su web y cobra por su obra lo que en el fondo le va a pagar su editorial.
Y es que el kilo de tomates no se puede pagar a 9 euros... (los que seáis de Murcia me entenderéis a qué me refiero).
Abrazos a todos y encantado de compartir mis impresiones con vosotros.
Fran.
Las palabras, tanto perseverencia como cualquiera, son poderosas, más de lo que muchos imaginan, pero nos pasamos la vida cacareando y malgastando energías. Apunte de Zanbar.
Illán Vivas es un tipo muy majo. Siempre le hace publicidad a los que "semos desconosíos", he intercambiado algunos mails con él y es entrañable. Tenemos, además, una cosa en común, y es que a los dos nos estafó un libro una pedorra venezolana que por cierto conocí en Bibliotecas Virtuales.
Veo que Francisco es un buen comentarista y me alegra que aporte consejos valiosos a ustedes.
Francisco, ¿te querían quitar 40% de comisión? Eso es inaudito. En Estados Unidos se estila entre el 10% al 20%
Buena opción tomaste en mandar a traducir tu obra; ya tienes el resultado: vas a publicar en Inglaterra y Estados Unidos.
Un autor debe entender que las editoriales, son corporativas dedicadas al negocio del libro; hay unas que te absorben la creatividad y luego te desechan; otras al tener una infraestructura modesta, no tienen la capacidad de alcanzar grandes mercados. Lo importante: te vean como persona y producto pero los ayudes a promocionarte. Todo dependerá de la plataforma en que el autor esté montado.
Mantengo una profunda amistad con la editorial que controla mi patrimonio; ellos al ver mis películas, me animaron a que dedicara parte de mi futuro a la literatura. Fue tanta la confianza, que arriesgaron un capital enorme para cumplir mis sueños.
Por eso, en mi caso, sí se pueden aplicar las palabras: una editorial apostó por mis sueños.
Un cordial abrazo,
Daniel DC
Fran, he leído un par de veces tu comentario. Has tenido una experiencia muy amarga. Evidentemente, estoy de acuerdo contigo en que, un 40% de comisión y "escribir" para otros (negro) es algo inaudito, insultante. Yo puedo hablar con conocimiento de causa en algunos temas: me han rechazado un montón de agentes y editores, pero también me han hecho ofertas. Solo que tenían mucha letra pequeña y, básicamente, tenías que poner pasta. Es cierto que hay que andar con cuidado, el mercado editorial está plagado de intermediarios, pero aún así es difícil publicar. Puede haber todo un público ansiando leernos, como has comentado, pero en mi caso y en el de otros compañeros la cosa no es tan fácil. Por supuesto no hay que dejar de moverse, de buscar y de intentarlo. En esas estamos.
También sería injusto decir que todo el monte es orégano. Me consta que hay agentes y editores que no tienen ese comportamiento que has descirto, aunque es cierto que, aunque se diga lo contrario, en España son cuatro gatos, por lo menos a nivel de agentes. Respecto a las editoriales puede haber cientos, pero una vez una amiga me dijo que "no tirara a todo lo que se moviese". Es cierto, un manuscrito es como un hijo, al que tienes que intentar dar lo mejor. Sería una necedad entregarlo en manos de cualquier despiadado, decapitando su futuro. Hay que pensar en editoriales serias, con ciertas garantías de distribución, solvencia, con personal que corrija, que asesore... Es muy complicado de lograr. Y, también hay que decirlo, hay editoriales medianas que ofrecen estos servicios, pero es difícil, muy difícil llegar hasta ellas.
Eso sí, yo humildemente, reconozco que no tengo ni idea, pues no he conseguido publicar, aunque no voy a rasgarme las vestiduras, porque es muy fácil echar las culpas "al mundo". Digo yo, que algo tendrán mis obras que no gustan como debieran o, para ser exactos, como a mí me gustaría.
No obstante, tu comentario, Fran me parece la mar de interesante e instructivo (genial la idea de traducir y buscarte la vida por el extranjero).
Quería pedirte un favor: ¿Puedo copiarlo y colocarlo en algún foro en el que participo nombrado, por supuesto, tu autoría? Si me dieras el consentimiento te informaría aquí mismo de los enlaces donde lo pondría. Así podrías contestar a las dudas de gente, que como yo, tratan de buscarse un hueco.
Quedo a la espera de tu respuesta.
Muchas gracias por compartir tus avatares literarios.
Zanbar, no conocía esa historia tuya (jope, ¡tienes tantas!).
Oye, buen apunte. Como dice el libro más publicado de la historia en su primera frase: "En principio fue el verbo...". Así que afirmo: las palabras son poderosas.
Refrendo también lo comentado: Illán Vivas es un tío muy majo.
Daniel, no conocía el caso de una editorial que controlase el patrimonio de un autor. Conocía editoriales que "tenían fichados a escritores". Sí sabía el caso de autores que crearon sus propias editoriales, o más bien, equipos de profesionales a su servicio, como es el caso de Murakami, que tiene unos asesores que trabajan para él.
Creo que la relación de amistad editor-escritor o agente-escritor puede darse según el caso, claro, pero ahora, en los tiempos que corren, parece más bien una relación profesional. Eso sí, leí hace tiempo una entrevista a la entrañable Carmen Balcells y ésta si había mantenido relaciones de verdadera amistad con sus representados, más allá de lazos profesionales. PEro esta señora parece surgida de otros tiempos, donde las cosas se daban por firmadas con una apretón de manos o entregando la palabra.
Eso sí, no descarto que esas relaciones existan. Todo depende de las personas y su calidad humana.
Un abrazo.
Hola Deusvolt
Por supuesto que puedes publicar mis comentarios donde te plazca.
Os ofrezco otras sugerencias:
No enviéis los manuscritos a ninguna de esas editoriales que te garantizan un análisis gratuito de la obra. Luego te dirán que por 4.000 euros te la publican y comparten los derechos contigo. Una farsa.
Una cosa que funciona es que editéis la obra vosotros mismos (pero sin ISBN). Os recomiendo www.liberlibro.com. Podéis hacer una edición chulísima y sale más barato que ir a una copistería. ASí, cuando se lo mandéis a una editorial les "entrará mejor por los ojos".
Olvidad los concursos literarios. Ya os contaré una anécdota de Susana Fortes otro día. Sólo decir que cuando Planeta se hizo cargo del AZORÍN de Alicante, comenzaron a ganarlo sus autores en nómina. Usan los premios para prestigiarles.
Me han hablado muy bien de la agencia KERRIGAN. Efectivamente, no todo el monte es orégano (también hay tomillo, romero, y ortigas).
Editores y agentes valoran mucho que el autor tenga sus contactos y se mueva independientemente incluso de su editor (en mi caso no había otro remedio porque el hombre no da para más). Yo he dado dos charlas en dos librerías, una conferencia en la X Semana de la Novela Histórica de Cartagena y llevo ya varias entrevistas de radio. Todo eso me lo he currado yo, no mi editor, merced a las simpatías que ha despertado mi libro.
Evidentemente esto es un negocio y los autores somos los comerciales que tenemos que vender nuestra obra tanto como nuestra imagen. Esto va preparando el terreno para que, cuando llegue el momento de una editorial seria decidirán si merece la pena la inversión.
AJEC es una editorial màs que modesta, a veces roza lo mediocre, pero hay una cosa indiscutiblemente buena que mi editor ha hecho: el libro lo tiene muy buen distribuidor y está en toda España, asi como en las grandes superficies. Por ejemplo LA CASA DEL LIBRO lo tiene y, si lo buscáis en su web, podréis leer los comentarios de la gente que se lo ha leído. Son pocas personas, pero es publicidad.
Otra sugerencia. Si en vuestra ciudad veis el libro en FNAC o BERTRAND, echadle morro y presentáos como su autor. Os ofrecerán una presentación o firmar en la Feria del Libro (a mi me pasó con Bertrand) y se moverán para que os llamen de otras librerías de la misma cadena de España (porque a ellos les prestigia y a vosotros os conviene).
Con este tipo de cosas os vais dando a conocer y "hacéis curriculo". Cuando mandéis la siguiente novela a una editorial incluid un dossier con todas las cosas que habéis hecho para que el potencial editor sepa que autor novel ha sabido hacer su trabajo.
En el caso de Estados Unidos a mi me encantaría que saliese el libro y tuviese éxito, pero lo importante es que invertí una cantidad en la traducción y que, a modo de derechos de autor, yo ya he cobrado más de lo que me costó, así que, en el peor de los casos, puedo pagarme las lentejas para ir tirando y sacar adelante otros proyectos.
Abrazos a todos y espero que lo dicho os sirva.
Fran
Je,je.. algunos de tus consejos (no mandar manuscritos a editoriales que luego te piden 4.000 €) ya los he sufrido yo en mis propias carnes, Fran. Así que estoy encantado de que refresques a los que no lo sepan.
El resto de tu comentario es para reflexionar, desde luego: ¡qué panorama más triste, jolín!
Me parece muy bueno eso que dices de moverse. En definitiva, que te conozcan y darte a conocer, y, claro, echarle un poco de morro.
Oye, como lo prometido es deuda te pongo los enlaces donde he copiado tu comentario, por si te apetece pasarte.
Un abrazo
http://portal.bibliotecasvirtuales.com/es/foros/mis-contactos-con-las-agencias?page=39
http://locusliterario.com/forum/viewtopic.php?f=58&t=1096&start=70
Sin problemas. Lo he leído y me parece bien. Podéis (a los que les interese la historia) cosultar mi blog (nada literario) franciscogijon.blogspot.com
En otro orden de cosas a mí me han hablado francamente bien de Kerrigan. Pero desde luego no seré yo el que hable mal de las que me han ofrecido esos contratos leoninos de los que hablaba. A lo mejor a otro se los ofrecen mejores. En cualquier caso os puedo asegurar que agentes literarios de prestigio han movido y publicado auténticos bodrios infumables (tampoco señalaré: sólo digo que tras leer el libro le eché morro y volví al Corte Inglés a devolverlo con la excusa de que me lo habían regalado y ya lo tenía: no está el bollo para hornos).
Tampoco os fiéis de los comentarios que aparecen en sitios como LA CASA DEL LIBRO. No hace mucho supe que algunos de los comentarios los ponen los propios autores o agentes. No es mi caso (se me caería la cara de vergüenza) pero es un medio de publicidad y supongo que es difícil resistirse, especialmente cuando surge alguna crítica mala de tu obra y te quieres defender (qué bobada, como si le tuviese que gustar a todo el mundo).
En el blog que me dices yo no estoy de acuerdo en una cosa: conviene acostarse con el señor Polanco para que te publiquen (yo mismo lo haría si me garantizase una Catedral del Mar a cambio). Lo que no hago es escribir para otro en negro como cierta escritora que montó por su cuenta su editorial y le puso esa condición a sus autores (los avezados sabréis a quién me refiero: se descubrió el pastel a las dos siestecicas, aunque no pasó nada luego).
Otra cosa peligrosa son los libros de encargo: ¿y si me dicen que tengo que escribir la historia de Agustina de Aragón como si fuese lesbiana y dejase un legado póstumo que iniciase la segunda Guerra Mundial?. ¿Lo hago?, ¿no lo hago?. Bueno, todo hombre tiene su precio y muchos estamos en rebajas. ¡Pero qué triste, amigo mío, que se aprovechen de nosotros para que un periodista saque un premio planeta!.
En el foro no os puedo contar anécdotas, pero en privado si nos conocemos, ya te contaré las cosas que me han ido comentando de un sitio y de otro y que, por desgracia, son demasiado verosímiles como para ser inciertas.
Vae victis, que dijo el poeta.
Abrazos
Ja,ja.. De acuerdo, Fran. A ver si puedo pasarme el sábado y te saludo. Oye, olvidé colocar la dirección de tu blog en el comentario (eso tiene fácil solución). Así, si alguien quiere comentar algo contigo puede visitarte "in situ", aunque aquí se está bien, ¿no?
Encantado de que te pases y cuentes tus experiencias. A mí, personalmente, me ayudan un montón.
Saludos.
Hola.
Acabo de leer tu mensaje y esta entrada, gracias por tus palabras.
Un abrazo y, por cierto, ya que estoy nuevamente reintegrado a la vida bloguera (tras breves y romanas vacaciones) subiré las fotos del evento.
Un abrazo
Hola de nuevo a todos y a todas:
Acabo de recibir un mail sobre un concurso literario para autores noveles organizado por CIRCULO DE LECTORES. El plazo pasó el 1 de noviembre, pero, tras leer las condiciones del concurso (20.000 sabrososo euros de premio) no me resisto a toro pasado compartir con vosotros unas apreciaciones PARA QUE VEÁIS QUÉ PILLOS SON ALGUNOS.
Leyendo las condiciones (descolgadas en la página web de la editorial: http://www.premiocirculo.com/inicio.php) encontraréis entre sus cláusulas que:
1. Sólo pueden participar autores noveles.
2. Las obras NO DEBEN ESTAR REGISTRADAS: la editorial se encargará de registrarla una vez se falle el premio a favor de la ganadora.
3. La editorial no informará ni siquiera de la recepción de los manuscritos, ni sobre la evolución de las votaciones.
4. El premio se entregará (o concederá) a finales del año 2010.
Bien. Si se os ocurre enviar una obra sin registrar a cualquier sitio (especialmente a un premio literario) ... despedíos de ella. Pasado un año desde su creación, si ésta no ha sido registrada os resultará muy difícil reivindicarla.
¿Quién nos asegura que, tras una criba inicial, las mejores obras no serán registradas a nombre de autores consagrados o medianamente en curso de consagración?.
Luego nos podemos pagar un abogado para que un juez, ley en mano, desestime nuestra querella: la obra ya es de otro y puede estar publicada en cualquier país sin que lo sepamos.
Ojo, amigos, mucho ojo con los cantos de sirena (cuando te dejan ver las condiciones, a pesar de los 20 mil euros de zanahoria, los cantos acaban siendo eructos).
Pues eso. Todo lo que vaya averiguando que se pueda compartir aquí os lo iré diciendo.
Abrazos múltiples.
Gracias Francisco (Illán) por pasarte. El placer de conocerte fue mío. Estaré antento por lo de las fotos.
Fran (Gijón), alucinante lo que cuentas: vaya cara! Lo que acabas de comentar es una de las primeras cosas que debe hacer un autor que piensa mandar información a agencias, editoriales y concursos: registrar su obra. Es barato y accesible para todo el mundo. Qué menos que proteger algo que tanto esfuerzo te ha costado.
Muy útiles tus consejos, amigo.
Un saludo.
Buenos días a todos. Son las 6 de la mañana. Me suelo levantar a escribir a estas horas porque lo que he soñado se mezcla con lo que me encuentro por los pasillos de la casa en silencio. No obstante tengo la legaña pegada y las neuronas con menos carne que el tobillo de un canario, disculpadme.
También me sirve para chatear con amigos de Japón y Estados Unidos y me acaban de confirmar un par de noticias que quiero compartir con vosotros.
Es sobre los libros electrónicos:parece que se están poniendo de moda en aquellos lares.
Hay escritores que forman lo que se llama UN ANILLO WEB (no sé si la traducción sería la adecuada, pero os la explico).
Tú tienes varias obras decentemente escritas, y las compartes en blogs para que otros las lean y las comenten. Luego te haces una página web con TPV virtual para que la gente se las pueda descargar o bien, te asocias con otros autores de cierta calidad y las ponéis todos en comun en la misma web, que incluiría blogs de literatura, páginas de autores y obras y posibilidad de descarga unitaria en PDF a precios casi simbólicos (unos 3 dólares). SE LE DA PUBLICIDAD MEDIÁTICA AL PROYECTO POR MEDIO DE PRENSA, RADIO, TV... La gente al final se los descarga y los lee en su libro electrónico tan campantemente. Como el precio es tan bajo, sorprendentemente no hay riesgo de pirateo. Y si los autores son buenos de verdad (criba previa entre ellos y con la ayuda de críticos de cierto prestigio) la cosa acaba chutando.
Es una solución a la crisis, los royalties son casi idénticos a la edición impresa y "está de moda". Ya sé que en España no está la cosa aún para eso, pero es cuestión de meses o años (y todos lo sabemos). Además llama la atención de editoriales avezadas que pueden incluso descargarse tu obra y hacerte una oferta para editar en papel impreso, lo cual no chocaría con tu autoedición electrónica, posibilidad que ellos no ofrecen en España.
El truco: que la web, portal o anillo tenga buen aspecto y que las obras vayan bien presentadas (con su portada y contraportada, no sólo el texto).
Parece que la cosa va camino de ser una revolución que acabará llegando aquí a medio plazo (ya hay editoriales como VICEVERSA interesadas en ese ajo).
Esto es lo que me han contado y yo os lo transmito. Personalmente llevaba semanas pensando en ello y es probable que comience en breve a trabajar el tema para, a la vuelta de un par de años, ofrecer esa posibilidad a los lectores en la parte que me toca.
Si os parece interesante, recordad que hacen falta meses para hacerlo bien, que la inversión es mínima y que la unión hace la fuerza. Además tened en cuenta la globalización y que se llega a todos los países de habla hispana (o mejor dicho, a todos los lectores de habla hispana).
Hay un precedente cutre en Europa: el famoso librito italiano para adolescentes (el de los candados en el puente sobre el Tíber) que estuvo girulando un año de mano en mano en forma de fotocopias y acabó en una editorial por el éxito cosechado.
Bueno, aquí dejo la información y el comentario y ya me decís qué os parece. Eso sí: tened en cuenta que la obra hay que registrarla internacionalmente y sale un poco más carillo (unas cuatro veces más de lo normal)
Pero pensad siempre en cómo estará el mundo dentro de unos años, no penséis en el mañana inmediato. Y vaya por delante que a mi lo que me gusta es pasarle las páginas a un libro y ver cómo acumula polvo en la estantería y me hace estornudar cuando lo abro, pero, chiquillos, tampoco me gustan los teléfonos móviles y tengo dos.
Abrazos y besos
Fran
Hola, Fran. Qué casualidad yo también me he levantado temprano para seguir con la corrección de mi manuscrito.
Oye, para que la gente pueda leer tus comentarios, mejor debes insertarlos en la entrada más actual. Lo digo porque aunque yo sí leo todos los comentarios, los demás visitantes no suelen volver sobre los comentarios de entradas pasadas a no ser que esperen alguna respuesta -no suelen, no quiere decir que alguno sí lo haga-
Es decir, si colocas tus comentarios en la entrada más actual la gente que entra seguro que te leerá. Vamos, creo yo.
Si quieres puedes copiarlo y pegarlo en la entrada más reciente. No importa que se duplique un comentario más.
El tema que has tocado es muy interesante, desde luego. Suena casi quimérico, pero sabemos que llegará, tarde o temprano y habrá que adaptarse.
Un saludo, y gracias por la aportación.
Interesting blog. It would be great if you can provide more details about it. Thanks you.
Dvinci Wheels
Thank you, Steffi, for visiting El alma impresa, always is a pleasure to have new friends and also reading your comments.
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