miércoles, 19 de agosto de 2009

La importancia de los cimientos

A menudo cuando escribo me dan pequeños bajones (otras veces no son tan pequeños). Supongo que nos pasa a todos. Me digo, chico, esto es una porquería, ¿por qué no lo mandas todo al cuerno? -en mi realidad literaria "el cuerno" se llama "Papelera de Reciclaje"--. No sé a vosotros, pero yo he desarrollado una serie de técnicas y tácticas para superar estos bachecillos.

Cada uno se busca la vida como puede, ¿no? Uno de mis métodos consiste en obligarme a leer. Pero durante la creación de una obra se me plantea otro problema. Hay épocas en las que no quiero leer nada relacionado con el tema del que escribo (me refiero a leer novelas, no a documentación). Es como si una parte de mí quisiera ser "virgen" y respetuosa con lo que escribe, no recibir influencias de fuera, no intoxicarme. Con el tiempo, en blogs y foros, pude comprobar que esto le pasa a muchos escritores. ¿No os parece curioso? Somos, en teoría, seres aislados, ascetas que viven en su mundo y luego, resulta, que aún en ese retiro van otros y hacen cosas parecidas. ¿Será el "inconsciente colectivo"? Bueno, esto último lo he sacado de un comentario del blog de Zanbar, el blog de Lucrecia se oscurece que os recomiendo a todos por su originalidad y que podéis ver a la derecha de esta página. Por lo que he leído de Zanbar, es un escritor con una mente en ebullición, muy peculiar e inquieta, y también dará que hablar. Algún día tendré que leer tu libro, amigo y hacer una reseña. Perdóname, no tengo excusa.

Como decía: leer cuando tengas baches.

Ojo, leer lo que te apetezca. Sea bueno o malo. Espero que no os lo toméis al pie de la letra ni nada de eso. Soy un poco raro. A mí me da por hacer eso, a lo mejor, a otro escritor le da por rascarse con la jamba de la puerta.
Pero aunque comprendo que leer novelas relacionadas con lo que estás escribiendo pueda, en determinadas circunstancias perjudicar a la obra, tal vez, ocurra todo lo contrario. Quizá, ese miedo sea totalmente injustificado, y lo que haga, sea impedirte obtener otra perspectiva, otro aire, otro enfoque. Recuerdo que cuando estaba escribiendo mi mamotreto de segunda novela, descubrí buceando en Internet una novela que se desarrollaba en la misma época, en el mismo país, en la misma ciudad, y en el mismo barrio étnico en el que discurría mi obra. ¡Vaya, me han jodido la originalidad! --pensó mi mente genial y sin parangón--. Je, je... Me entró un ataque de nervios, cogí el coche y fui a la librería más grande que conocía para comprarlo. Angustiado, leí las cuatrocientas páginas en dos días, sin apenas dormir, y a cada gesto, nombre, calle, anécdota común a mi novela sentía como si me clavaran una flecha ardiendo. Mi mujer me miraba con una ceja enarcada, guasona, y yo le devolvía la mirada con una cara tan larga como la de mi Cocker Spaniel. Ya sabéis: los párpados por el suelo y los ojos de cordero degollado.... ¡¡Ay!!, suspiraba como un amante cornudo, ja, ja, ja.... Un drama, ¿verdad? Pues ahora, con el paso del tiempo puedo deciros que ese libro me ayudó mucho a enfocar detalles del mío. ¿Por qué? Pues porque no se parecían en nada, y al mismo tiempo tenían cosas en común. Bien es verdad, que mi novela (en lo concerniente a la parte que eran comunes) estaba ya en su fase final. Pero pude aprender detalles, pistas y enfoques para mejorar mi manuscrito (formas de hablar, expresiones..). Básicamente aprendí con dolor que no soy el puto centro del Universo (perdón por lo de "puto"). No lo sé todo. Es más, siempre hay alguien que sabe más que yo, seguro.
Desde ese día leo y leo todo lo que pillo y me apetece. Y cuando no me apetece me doy una pequeñísima tregua, y después, me obligo a mí mismo a continuar. Porque, ¿qué fue antes: la lectura o la escritura? Je, je... Los libros son los cimientos sobre los que construimos nuestra imaginación.

Por eso, aunque cueste a veces, os invito a leer y a leer. Ey, que yo no soy nada especial. Me considero pequeñito, pequeñito, ¿eh? Tengo lagunas tan grandes como el océano Pacífico. Pero no estoy dispuesto a cerrarme a nada. ¿Por qué demonios iba a hacerlo? Por supuesto que debo leer a los grandes clásicos de la literatura, pero también a los que no lo son. Hay otros escritores que sostienen todo lo contrario, solo les interesa "la buena literatura". Algunos de esos escritores que postulan tales argumentos son noveles como tú y como yo.
Y me pregunto: si hacéis eso, es decir, si solo leéis a los grandes, ¿con qué derecho pedís que se os lea a vosotros?

He tenido una visión: una imagen relacionada con la primera foto (el colapso de un bloque de pisos). Como sabéis, los cimientos de un edificio se construyen con hormigón armado de la mejor calidad posible, pero rodeando a este hormigón hay otros tipos de materiales, de naturaleza más pobre, y, sin embargo, igual de útiles.
El corazón de los cimientos es el mejor, aunque sin el relleno, el edificio estaría en el aire.

21 comentarios:

María dijo...

Jolin amigo, me quedo sin palabras, sobre todo poque tú ya has dicho mucho. Es cierto lo de que tenemos que leer mucho, pero a veces nos falta tiempo para todo, a veces, hasta para vivir.

Un beso.

Sergio G.Ros dijo...

Sí, es cierto, Isis, llevamos tantas cosas entre manos que parece que vamos siempre a la carrera. Ahora comprendo las películas donde el protagonista aterriza en una isla tranquila, en la que solo se escucha reggae y te despiertas y acuestas con la luz del sol. ¡¡¡Estamos acelerados!!!
Un beso, amiga.

Ithur dijo...

Me ha sorprendido lo de la novela parecida, resulta que cuando terminé mi cuarta novela cayó en mis manos una obra cuyo inicio era parecido al de mi primera novela, con dos ancianos y un chaval, el mismo destino y... me quedé helado. Mi amigo-crítico me dijo que había cierto parecido, pero simplemente eso. Yo me monté mi película y costó que enviase el manuscrito, pero eso pasó XD.
Por cierto, de nuevo las famosas jambas XD.
También a mí me cuesta leer mientras estoy escribiendo una novela, normalmente lo hago cuando tengo esos momentos en que la musa se marcha, y me parece acertado eso de que nadie puede exigir que lean su obra si no lee a los demás porque los considera peores.
Vaya, como me explayo. Un saludo

Sergio G.Ros dijo...

Ithur, lo de las jambas iba por ti, je,je. Expláyate cuanto quieras, estáis invitados, así que sentiros cómodos en escribir y escribir.
Por eso dije que tenía que obligarme a leer, ya que a veces, cuando escribo cuesta hacerlo. Veo que nuestras coincidencias literarias continúan, me alegro, amigo mío.
¿cómo va tu novela? ¿has cerrado el círculo?
Un abrazo.

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Sergio, ¡bienvenido a la Blogsfera! Lo de la lectura y los baches que me lo digan a mí esta semana. Pero todo pasa, las nubes de tormenta también se agotan. "¡Khazad aí menú!¡Enanos, ya se hará de nuevo el día!"

Un saludo

Sergio G.Ros dijo...

Gracias Blas por pasarte. Veo que has vuelto al mundo cibernético. Eso demuestra que la lectura siempre estará ahí. ¿Que no hay electricidad? Pues nada, a leer a la luz de una vela.
Y, sí, ya llegarán días mejores.
Un abrazo.

Ithur dijo...

Pues claro que las coincidencias continuan, ya te digo que ha veces no sé cuál de los dos eres tú y cual yo XD.
Las novelas...
Estoy en la brecha, esperando por un lado las correcciones que me faltan y por otro a tener la motivación adecuada. No quiero cometer errores innecesarios en mi novela actual por forzar acontecimientos, es que esos personajes se amotinan.
Saludos

pepsi dijo...

hola Deusvolt!

La verdad que tus reflexiones enganchan, ya sean críticas de libros o estos pensamientos que acabo de leer. Así que te seguiré, sí!!!

besos, un placer de lectura,
pepsi

Blanca Miosi dijo...

Hola Devoust, es un placer leer tus pensamientos, y estoy de acuerdo contigo cuando dices que es posible que exista lo de la imaginación colectiva, o algo por el estilo, pues yo también he tenido esos momentos de pánico al leer obras que parecían sacadas de la que estaba escribiendo, pero si te pones a ver, hay muchos temas parecidos, los repetimos hasta el cansancio: el amor, el odio, las guerras, los personajes históricos más importantes, que si ves no son demasiados, etc., pero la diferencia consiste en cómo enfocarlos. Así que tranquilo. Me has hecho reír con tu descripción de cómo te veía tu esposa y cómo te sentías tú, eres muy bueno escribiendo, amigo,

Un abrazo,
Blanca

Sergio G.Ros dijo...

Ithur, algún día nos conoceremos en persona y nos tomaremos una cerveza juntos. Pero antes recuerda que tenemos que asegurarnos no destrozar el espacio-tiempo por coincidir en el mismo sitio y a la misma hora, je,je..
Haces bien tomándote tu tiempo. Si fuerzas las cosas puede que el relato se resienta...¡Y qué voy a decirte yo que no sepas de los personajes!!! Buff.. podríamos hablar sobre ellos durante toda la tarde. Pero tú mismo respondiste a la pregunta: estás en la brecha, así que ánimo. Saca el látigo y mantenlos a raya, que como te descuides se te suben a la chepa.
Un abrazo, amigo mío.

Sergio G.Ros dijo...

¡¡Gracias, Pepsi!! ¡A mí también me gusta leerte!! Me alegra mucho que te pases por aquí, el placer es todo mío guapetona.
Un beso grande.

Sergio G.Ros dijo...

Blanca, ¡¡me sacas los colores!! Tú si que eres genial: articulista, novelista, entrevistadora, bloguera, prosófaga, ... Pero mujer de Dios, ¿qué es lo que no sabes hacer?
Lo de las coincidencias lo piensan muchos escritores. Fíjate, hace cosa de un mes fui a la presentación de Patrick Ericson (El ocaso de las siete colinas), y él y Jerónimo Tristante, hablaron sobre los tropezones en el camino de algunas obras suyas que tuvieron que dejar en el cajón. ¡¡Siempre tenían la sombra del maldito Dan Brown planeando sobre ellos!!! Je,je... un abrazo muy fuerte amiga mía.

Ithur dijo...

Sabiendo cómo piensas y cómo pienso yo, podríamos tener conversación para rato XD.
El espacio-tiempo, ese lastre para todos los viajeros y personas demasiado parecidas, está ya bastante fastidiado, no sé yo si sorportará algo así.
Desde luego hay que sacarles el látigo a los personajes a veces, porque no se les puede castigar "venga, este capítulo castigados contra la pared". Supongo que en parte es bueno que los personajes se amotinen, eso indica que el escritor está en sintonía con ellos y puede comprender, dentro de unos límites, a cada uno de ellos. Así es más fácil escribir sobre personas, pues en la mente del escritor, son reales.
Saludos

Pilar dijo...

A mí lo que más me impulsa a escribir es la observación de mi entorno. Imágenes, paisajes, personas, conversaciones..., todo lo que nos rodea diariamente, y, cuando cambio de escenario, se acelera más mi imaginación. Y, por supuesto, leer. Si mi mente se transporta a los pasajes del libro, mi imaginación también me presente nuevas escenas, nuevas aventuras o perspectivas. Cierto que es fácil caer en lo ya escrito, ya está casi todo dicho, pero siempre habrá otro punto de vista, otro sentimiento personal que al plasmarlo con tus palabras, con tus emociones, den lugar a algo diferente, a aquello que quieres mostrar a los demás desde el punto de vista personal e intransferible que cada uno poseemos.
Es un placer leerte. Me ha encantado esta entrada, sobre todo por aquello de que a veces nos derrumbamos..., es cierto, pero hay que sobreponerse y obligarnos a escribir y a leer. Al final, es nuestra pasión, o una de ellas.

Sergio G.Ros dijo...

Ithur, me ha encantado tu frase: "...en parte es bueno que los personajes se amotinen, eso indica que el escritor está en sintonía con ellos y puede comprender, dentro de unos límites, a cada uno de ellos.". Es muy cierto lo que dices. Digamos que tú, como escritor, haces unos trazos, rescatas unos recuerdos, y de pronto, si todo va bien, ellos se levantan y andan por su cuenta. Lo más importante del proceso es que "sea verdad", ¿no? Por eso es bueno darse cuenta del momento en el que se encuentra uno mismo para escribir. Hiciste bien dándote una tregua. Ahora, coge carrerilla y ¡¡adelante!!!
Bueno, supongo que lo del espacio-tiempo es como lo del Ozono. Me pregunto: ¿es verdad? Porque ahora dicen que las flatulencias de las vacas se lo están cargando, ¿te lo imaginas? Miles de años pastando en el campo, tirándose pedorretas mientras rumian hierba, y ahora, ellas tienen la culpa...

Sergio G.Ros dijo...

Pilar, te aseguro que para mí también es un placer leer tus reflexiones. ¡Lo que has comentado daría para otra entrada! Y es que una de las mayores inspiraciones para nuestra imaginación es la vida real. Hay muchos escritores que postulan acerca de esto último mediante un principio bien sencillo: escribe sobre lo que conoces. ¿Y qué conoces mejor que tu propio entorno? Por supuesto que la gracia del asunto estriba en la óptica de la observación del escritor. Cada cual tiene su particular punto de vista. ¿No escribimos al final siempre de lo mismo?
No hay nada nuevo bajo el Cielo, ¿o sí? Muchas gracias por pasarte, amiga. Un beso.

oriafontan dijo...

Me ha parecido bonita la sinceridad expuesta.

Uno de los libros que más me emocionó fue:

Martin Eden de Jack London.

Reltato autobiografico del escritor que recomiendo. Un marinero analfabeto se enamora de una mujer culta y decide hacerse escritor de la nada.

Yo nunca he escrito nada sólo leo pero si escribiera seguro que Martin Eden me inspiraría.

Sergio G.Ros dijo...

Oriafontan me alegra de que te guste el blog. Es un halago para mí, viniendo de lector tan exigente.
No he leído "Martín Eden", pero lo apunto porque eso que dices me parece muy atrayente.
¡Escribir! No creas, para mí, a veces es duro. Digamos que es un salto hacia el vacío, porque para escribir bien, bien de verdad, habría que haber leído los mejores libros del mundo mundial, y no es mi caso. Como dije, tengo grandes lagunas, que, sumado a mi memoria de pez me deja en una débil posición. Salvo que "escribir" es algo mágico, supongo. Se hace o no se hace. Lo importante es que seas honesto y no te creas el ombligo del Mundo. A mí me queda muchísimo por recorrer, mucho que aprender, mucho que leer. Por eso os agradezco vuestra colaboración y vuestros consejos. Te espero por aquí Oriafontan, me alegra leerte, de verdad.
Un abrazo.

Jesús F. Alonso Asensio dijo...

Hola Deusvolt,
y sigo hacia atrás en el tiempo por medi ode tu blog y me encuentro unas interesantes reflexiones.
Con respecto a leer, ¿qué te voy a contar? comencé con tres años y desde entonces no he parado. Y al igual que a ti, cuando escribo una determinada temática prefiero no leer nada de ese estilo, si bien con una salvedad: cuandose trata de una temática que no he abarcado me leo un par de libros antes de comenzar para tomar el modo de expresarse, los recursos utilizados, y todas esas cosas. Esto me permite afrontar el reto de escribir algo hasta la fecha desconocido.
Un saludo.

un saludo

Martikka dijo...

Yo también empecé a leer con 3 años y todavía no he parado, como Jesús. Cuando escribo una novela, leo que lo me apetece, como siempre, no me importa si está relacionado o no con mi tema. En cuánto a la "contaminación" posible, no la temo en exceso porque lo esencial es encontrar la voz propia: si la tienes, las lecturas te alimentan, no te contaminan.

Sergio G.Ros dijo...

Hola Marta (martikka) gracias por pasarte. Debo confesar que yo soy un lector lento, y, además, tengo una memoria pobre, de pez. Por eso tal vez no me dedique nunca a la novela histórica, je,je.. aunque nunca se sabe. Lo de la "contaminación" lo he escuchado de varios escritores, pero creo que tus palabras son la clave: uno debe encontrar "su voz propia", y si la encuentra, no tiene por qué temer a nadie.
Gracias por tu interesante reflexión.
Un abrazo.