miércoles, 26 de diciembre de 2012

Adiós 2012, fue duro conocerte.



2012 ha sido un año complicado. Un año jodido para mucha gente. También ha sido un año difícil para mí.

He tenido que volver a la universidad, compaginando los estudios con un nuevo puesto de trabajo y mi paternidad primeriza, y he percibido el desasosiego que produce la sombra de la madurez, donde las primeras grietas en la salud me han hecho meditar.

Lo que más me ha dolido ha sido no poder pasar todo el tiempo que hubiera querido con mi hijo, con mi esposa, con mis padres. Todo ello ha resquebrajado un poco mi espíritu.

Por supuesto, no he podido escribir, ni una sola frase, y leído a duras penas unos cuantos libros.

Pero 2012 también me ha valido para conocer mis propios límites... y sobrepasarlos a base de esfuerzo, luchando contra mis debilidades y flaquezas.

Ahora, cuando me queda poco para concluir el reto de la universidad, echo la vista atrás y reflexiono sobre mi lado literario, esa parte de mí que, salvo mi familia y media docena de amigos, nadie conoce (claro, sin contaros a vosotros).

Por otro lado, este año de silencio bloguero y cibernético me ha abierto los ojos hacia algunas cosas. Por ejemplo, me he dado cuenta que los que creía mis amigos cibernautas me han dado la espalda, han repudiado mis novelas. Sinceramente, aunque no soy un niño y creo conocer el mundo que nos rodea, esta actitud me ha conmocionado. Mis cuatro novelas -la primera la publiqué en Amazon a finales de 2011- no han tenido ni una sola entrada, ni una reseña, ni una entrevista en los blogs y páginas de los que creía mis amigos cibernautas, gente a la que promocioné con mucho cariño en este mismo blog y en páginas literarias. Y para que quede claro: no quiero decir con ello que las opiniones sobre mis novelas tuvieran que ser positivas.

He llegado a la conclusión de que quizá para ellos, no soy suficientemente bueno como escritor o que, dado que ninguna editorial ha respaldado mi obra, y sólo he podido publicarla en Amazon, no doy la altura a su estatus. Lo único cierto es que mis novelas en su mundo no existen, así que creo que para ser consecuente debo renunciar a todo tipo de grupos y generaciones como la kindle, o la que yo mismo creé (Generación del XXI).

Pienso que uno debe ser fiel a sí mismo, a su estilo, a su forma de escribir y de sentir. Por eso, el silencio literario y cibernético me ha ayudado comprender lo mucho que amo mis libros, lo mucho que quiero a mis personajes, lo hermoso que fue crearlos y estar con ellos mientras se desarrollaban. Sólo por ellos merece la pena escribir.

Y, para no ponerme tan melodramático, también quisiera decir que 2012 ha supuesto un punto de inflexión maravilloso en ciertos sentidos, personas a la que no conocía de nada se han interesado por mis obras. La mayoría de esas personas han sido chicas que regentan blogs y páginas webs, algunas muy populares, que han tenido la amabilidad de organizar lecturas conjuntas y reseñar mis novelas. A todas ellas les doy las gracias de corazón.

2012 fue el año sin duda de mi novela más ligera y fresca: El ladrón de compresas, una novelita que es más una sátira del mundo policíaco que una novela negra al uso, pero que tiene mucha acción y suspense.

También, poco a poco, empiezan a despertar interés mis otras obras.

Por eso, cierro este post con la última reseña publicada sobre Transmutación, mi novela más ambiciosa hasta la fecha. La reseña la ha realizado Margari, del blog Mis lecturas y más cositas. Es una reseña estupenda.


Y nada más, sólo me resta desearos lo mejor para este nuevo año 2013.

Un abrazo,

Sergio G.Ros

Este es mi perfil en Amazon donde pueden encontrarse todas mis novelas (en digital y en papel):
http://www.amazon.es/s/ref=sr_gnr_aps?rh=i%3Aaps%2Ck%3Asergio+g.ros&keywords=sergio+g.ros&ie=UTF8&qid=1356478421