domingo, 25 de julio de 2010

Dice la gente...

El sábado por la mañana mientras conducía, escuché una entrevista muy interesante. El entrevistado era el músico Kiko Veneno, que regresa al panorama musical con su nuevo trabajo “Dice la Gente”, volviendo con una gran discográfica (Warner).
Cuando la presentadora de radio le preguntó por qué había dado el salto a una gran Discográfica después de su conocida relación de amor-odio con las mismas (con sonoras rupturas), Kiko Veneno respondió con una larga parrafada que me resultó bastante familiar y extrapolable al mundo literario.
Explicó que la relación entre las Discográficas y el músico no es una relación de igualdad. El músico, como autor, crea y trabaja en su obra, pero cuando la termina, no tiene medios ni forma de hacerla llegar al Gran Público. Es ahí donde entran las Discográficas que sí tienen los medios. Pero, ojo, la cosa no es tan sencilla porque el músico tiene que esperar sentado a que suene el teléfono, porque son las Discográficas las que eligen y deciden si el producto del músico les interesa. Entonces y solo entonces, ofrecen un contrato que el artista puede o no aceptar. Veneno contó que en alguna ocasión se había sentido maltratado por las Discográficas.
La entrevistadora aprovechó entonces para reflexionar sobre lo frío que sonaba que una empresa que cotizaba en Bolsa (Discográfica) manejara el arte y decidiera lo que era bueno y no para el público, y Kiko Veneno respondió que, desgraciadamente, las cosas estaban así: eran las reglas de este mundo que nos había tocado vivir e hizo otra reflexión que me gustó mucho: comentó que nos han vendido un MUNDO GLOBAL, pero esa misma globalidad es la que está matando al Mundo. No se pueden encontrar soluciones globales para todos, pues muchas veces, los problemas deben ser resueltos a niveles locales.
Lo que me gusta de esa reflexión es precisamente la parte filosófica que encierra y que creo muy acertada: hoy en día la clave para vender es “conectar” con todo tipo de público, y para ello se buscan artistas cuyos trazos puedan encajar en muchos modelos de pensamiento, que pasen de puntillas por problemas, sentimientos y situaciones, y puedan gustar a mucha gente. Pero eso mismo desdibuja la particularidad de cada uno.
Y me quedo con otro apunte, uno que escuché decir una vez a un gran director de cine sobre Almodóvar: que triunfaba en el mundo entero porque era capaz de exportar su propio universo, su propia visión del mundo, de colores y formas, de entender la vida.
Así tomo este último apunte para pensar que, a pesar de todo, hay esperanza.
Buena semana.

sábado, 17 de julio de 2010

Objetivo cumplido, revisión terminada.


Hola, amigos.
Como habréis podido comprobar llevo un tiempo alejado del ciberespacio. El motivo ha sido la revisión de mi último manuscrito, “Su nombre empezaba por E”, al que para abreviar llamaré SNEE, costumbre que tomo prestada de Blas Malo, escritor y bloguero conocido por todos vosotros, cuyas peripecias podéis seguir en el excelente blog A Hemigway le negaron 27, y que en septiembre publicará su primera novela: El esclavo de la Alhamra, Ediciones B (título al que se refiere habitualmente con la abreviatura de EEDLA).
La verdad es que he quedado satisfecho con esta nueva revisión de SNEE. ¿Y qué diferencia tiene esta nueva revisión con las anteriores que hice? Pues destacaría varias, pero por encima de todo, una reducción de un 15% del número de páginas, lo que ha permitido la eliminación de subtramas románticas con personajes secundarios que en cierta forma lastraban el aspecto de thriller de la novela. En definitiva, me parece que ha quedado más limpia, más despejada. Obviamente, lo más difícil ha sido saber qué cortar y qué dejar, fue lo que más tiempo me llevó. Pero ahora, con el trabajo terminado, creo que ha merecido la pena.
¿Y ahora qué? Bueno, mientras las musas de la inspiración deciden visitarme, voy a dedicarme a leer un poco, pues tengo un buen puñado de libros pendientes. Me parece que no hay mejor forma para despejar la mente, y de paso aprender lo mucho que me queda por mejorar.
Ah, la imagen de cabecera no quiere decir nada, solo es una foto que hice en un barrio de mi ciudad porque me llamó mucho la atención. Los españoles no tenemos término medio: lo mismo encontramos calles sin un paso de cebra, y en cambio, esta callecita secundaria los tiene a docenas.
Un abrazo y buena (y calurosa) semana.

jueves, 1 de julio de 2010

Datos del sector editorial español 2009


El otro día me topé con un interesante artículo publicado en El País sobre el estado de nuestro sector editorial.
Me llamaron la atención varios detalles:
  1. Que la ficción ha subido en ventas, desmarcándose del resto del sector, lo que a mi parecer es una buena señal dentro de tanto pesimismo.
  2. Salen muchos títulos nuevos al mercado (más de la mitad del global son novedades, aunque con tiradas menores), lo que también, a priori, puede ser bueno para los que buscamos hacernos un hueco.
  3. Un dato extraño: el libro de bolsillo pierde fuelle frente a la tapa dura. Eso no me cuadra mucho en una época de crisis, y personalmente, a la hora de leer, prefiero el libro de bolsillo: es más cómodo, barato y práctico. Eso sí, la tapa dura viste más y tiene más calidad de impresión.

Bueno, dicho esto, os dejo el artículo completo (clicad aquí) para que le echéis un vistazo si os apetece y así podáis opinar con conocimiento de causa. Buen fin de semana a todos.


La venta de libros sigue bajando.


El sector editorial español facturó en 2009 un 2,4% menos que el año anterior. El libro digital supone el 1,6% de la facturación total
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 01/07/2010

"Con la que está cayendo, el sector aguanta". Lo dijo esta mañana Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) durante la presentación del informe sobre el comercio del libro en España en 2009. La que está cayendo, según Ávila, tiene un nombre (crisis) y dos caras: por un lado, la "atonía de los mercados, es decir, el miedo de los consumidores"; por otro, la "política errática" del Gobierno central y de los diversos gobiernos autonómicos respecto a las bibliotecas publicas y, sobre todo, respecto a los libros de texto. He aquí algunas claves del informe, patrocinado por el Ministerio de Cultura y CEDRO .

Menos libros vendidos. Concretamente cuatro millones de libros menos (236 millones de ejemplares en 2009 frente a los 240 de 2008 y los 250 de 2007).

La revolución de los derechos. El sector editorial español facturó en 2009 3.110 millones de euros frente a los 3.185 del año anterior, es decir, un 2,4% menos. Esa facturación, no obstante, alcanza la cifra de 3.250 millones de euros si se le suma la venta de derechos de autor (a otros países, a otras editoriales), con lo que la caída del 2,4% se transformaría en una subida del 0,9%. ¿Qué ha pasado? Ha pasado que el sector sufrió una pequeña revolución en ese capítulo: en 2009 ingresó por ese concepto 139 millones de euros; en 2008 no había ingresado más que 33 millones. El único "problema" es que sectores todavía clave en el sector editorial como los libreros y distribuidores no intervienen en el floreciente comercio de los derechos.

Más títulos, menos ejemplares. Los que piensan que en España se edita demasiado tienen un motivo más para pensarlo. En 2009 se publicaron 76.200 títulos, de los que el 55% fueron novedades. El año anterior la cifra fue de 73.000 títulos. Eso sí, el miedo a las devoluciones hizo que los editores fueron algo más cautos en cuanto a las tiradas: la media se redujo a 4.300 ejemplares por título frente a los 5.000 de 2008. Así, el número total de ejemplares bajó alrededor de un 10%. Las editoriales siguen sacando novedades en busca de un título de éxito pero el riesgo en menor cuando éste no llega.

A comprar al hipermercado. Las librerías y las cadenas de librerías siguen siendo el punto de compra de libros preferidos por los lectores españoles (bajan levísimamente en cuanto a la facturación), pero la gran revolución se ha producido en los hipermercados, que suben un 10%. Por otro lado, canales como la venta de las editoriales por Internet (las librerías quedan aparte) y la venta por correo, por teléfono o a crédito (es decir, el reino de las enciclopedias) se desploman. Su caía se mueve entre el 20 y el 48 %.

La ficción sube. Suben la literatura infantil y juvenil (un 4,5%) y la narrativa (un 3,2%). Los problemas para el sector editorial no deberían, pues, venir ni de los lectores del futuro ni de los presentes amantes de la ficción.

El libro de texto baja. El libro de texto no universitario, que supone el 27% del mercado interior, baja un 6% en su facturación. Según la FGEE, debido a una política más dirigida por la economía que por la pedagogía: frente al "razonable" cheque libro de algunas comunidades autónoma, el "poco pedagógico" sistema de préstamo y reutilización de otras. Para 2010, Antonio María Ávila anunció una "grave crisis" en el libro de texto.

El otro subsector son "problemas notables" según la FGEE es el de los libros científico-técnicos (caen un 2%) y, sobre todo, el de ciencias sociales y humanidades (cae un 10%). ¿El motivo? Dos según Ávila: "La alergia de la universidad española al libro" y la "piratería digital ejercida por los profesores" a través de las webs de las propias facultades.

Casos aparte son el cómic, que baja un 19%, y la poesía y el teatro, que se desploman: caen un 38%. Malos tiempos para la lírica.

A la crisis no le gusta el bolsillo. Muchos pensaron al anunciarse la desaceleración-recesión-crisis económica que el libro de bolsillo (7 euros de precio medio, la mitad aproximadamente que su hermano mayor) sería un buen refugio para los lectores. No ha sido así. En 2009 se vendió un 10% que el año anterior.

El tran-tran del libro electrónico. El libro digital, que aparece por primera vez en el informa anual de la FGEE, facturó en 2009 51 millones de euros, es decir, el 1,6% del total. En ese mismo año se comercializaron en formato digital 10.500 títulos. Es muy posible que todos esos datos sean ya prehistoria: sólo la plataforma Libranda tiene previsto comercializar ese mismo número de títulos a finales de 2010.

¿Un 4% para 2010? Con todas las prevenciones pero con la tendencia que se vio en Sant Jordi y en las distintas ferias del libro y ante la evidencia de que vivimos en el segundo año completo de crisis, Antonio María Ávila aventuró una cifra para la caída del sector editorial español durante este año: 4%. La respuesta, en 365 días.